Cambiar de opinión te hace parecer inteligente. Al menos, es la conclusión de un estudio de la 'Harvard Business Review'. El presidente argentino Javier Milei ha rectificado por todo lo alto. Altísimo. De llamar al Papa ‘representante del maligno en la Tierra’ y ‘mal cagado’ ha pasado a ir al Vaticano a prestarle sus respetos. Dice ahora que ‘el Papa es la persona más importante de Argentina’. Explica Milei que ha cambiado su parecer porque ha evolucionado y entendido cosas.
De cambiar de idea sabemos mucho en la política española. A lo mejor cambiar de idea tiene tan mala prensa porque a veces es muy difícil distinguirlo de mentir. Aunque Harvard dice que puede ser un acierto. ¿Qué pasa cuando está la obstinación en defender una idea equivocada mejor vista que rectificar? ¿Es una postura firme cuestión de principios o de cabezonería?
El estudio de Harvard no se hizo con políticos, sino con directivos. Descubrieron que el 76% de los empresarios se negaba a cambiar de idea cuando se encontraban evidencias contradictorias a sus premisas, algo negativo para sus empresas. También descubrieron en sus experimentos que los líderes que sí cambian de opinión son percibidos como carentes de confianza, pero más inteligentes. Y, en un contexto empresarial, mostrar inteligencia es primordial. En política, no tanto.
El estudio de Harvard propone algo que puede sonar revolucionario en la política española: para que rectificar tenga efectos positivos hay que hacerlo diciendo, en voz alta y clara, “estaba equivocado". Qué sorpresa, ¿eh? Resulta más convincente reconocer un error y explicarse públicamente que andar fingiendo que decir blanco y después negro es de lo más normal.
Sánchez está tan acostumbrado a rectificarse a sí mismo que ya ni le afecta. El lío de Feijóo sobre las condiciones a un indulto de Puigdemont es más novedoso. De rectificar con un off the record confuso no sabemos qué dice Harvard, pero por lo bajini no parece que funcione. Y luego eso de rectificar la rectificación, para parecer listo, tampoco puntúa.
¿Moraleja?
De ser cierto que cambiar de idea nos hace más inteligentes, tendríamos unos políticos excelentes.