LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "El socialismo en Davos materializaba su influencia en forma de abrigo con capucha"

Marta García Aller reflexiona sobre las principales ideas que se derivan del foro de Davos, donde los líderes mundiales se muestran pesimistas con la deriva del mundo, mientras que Pedro Sánchez ha marcado tendencia con su abrigo con capucha.

Marta García Aller

Madrid |

El foro de Davos es ese lugar donde un montón de poderosos leen la cartilla a otros poderosos como si los problemas del mundo fueran siempre culpa del resto, del resto de poderosos, claro. Pero se nota que los líderes mundiales andan últimamente muy pesimistas, porque en vez de salir a contar cómo arreglar el mundo suben a explicar cómo cada uno ve que se está hundiendo.

El secretario general de la ONU, António Guterres, subió a la tribuna de Davos a alertar a gobernantes y empresarios de que la gente está perdiendo la fe en ellos. De la fe en la ONU no dijo nada. Criticó también que falta voluntad para resolver desafíos como el cambio climático, la pobreza y la desigualdad, lo que alimenta el resentimiento y la ira.

Luego habló Javier Milei, que para darle la razón a Guterres, salió cargadito de ira. Milei también cree que el mundo está en peligro (en eso están de acuerdo todos), pero el argentino echa la culpa precisamente a tanta lucha contra el cambio climático, tanto feminismo y tanta manía con la justicia social. Bueno, y a algo aún peor, al socialismo. Milei dijo que si Occidente está en peligro es por el socialismo, que él ve en auge.

Mientras tanto, en el mundo real, el socialismo en Davos materializaba su influencia en forma de abrigo con capucha. Pedro Sánchez, convertido tras seis años yendo al foro en el líder más veterano y uno de los pocos que le queda a la socialdemocracia occidental, demostró su influencia en Davos: la parka con capucha que llevaba en sus paseos por el Foro Económico Mundial, de marca española y 88 euros, se agotó en pocas horas. El presidente español también dijo temer por el futuro y por la democracia, y alertó contra lo contrario que Milei, o sea, contra él. Ola reaccionaria, lo llamó. Pero que se viralice más su abrigo que su discurso no sé si es el tipo de influencia necesaria para salvar el mundo.

¿Moraleja?

Entre reuniones, conferencias y banquetes, los poderosos dicen que nos vamos al garete.