Es interesante el ultimátum este que le acaba de dar la Comisión Europea a TikTok. Tiene unas horas para aportar un informe que evalúe los riesgos de su nueva app, TikTokLite y garantizar la seguridad para los menores. La Comisión Europea sospecha que su nueva app, TikTokLite, supone un peligro aún mayor para la salud mental de los menores.
¿Qué tiene esta nueva versión de TikTok de particular? Pues tiene una especie de Centro de Recompensas que dará dinero a los usuarios cuantos más videos vean y más likes den. Lo que faltaba para tener enganchada a la chavalada. Y no tan chavalada. TikTok Lite ofrece puntos por iniciar sesión, recomendar vídeos, seguir a gente y se podrán sumar hasta 30 euros al mes para canjear luego por vales regalo en plataformas como Amazon.
La Comisión Europea sospecha que esta función es tóxica y adictiva y quiere que TikTok demuestre cómo piensa proteger a los menores. Quiere saber cómo va a afectar a la salud mental de los usuarios y considera que el sistema puede ser más adictivo que el tabaco.
Eso de darle a una empresa tecnológica 24 horas para proporcionar pruebas convincentes de su seguridad puede resultar extraño. ¿Pero lo extraño no es que hasta ahora no se les estuvieran exigiendo a estas apps ningún tipo de pruebas de sus efectos en la salud? ¿Entenderíamos que saliera al mercado un coche o un microondas cuya empresa no garantiza su seguridad? Pues con las redes sociales es lo que hemos estado haciendo. Les hemos dejado que experimenten con humanos, con niños, sin aportar pruebas de cómo les afecta y cómo de adictivo es.
El ultimátum se produce cuando el futuro de la plataforma de videos virales está en duda en Estados Unidos. Washington aprobó este fin de semana un proyecto de ley que podría prohibir la aplicación si el propietario chino de TikTok, ByteDance, no vende su participación en el negocio estadounidense. Es mucho más que una app. Es una de las batallas geopolíticas del momento.
¿Moraleja?
Ya era hora de vigilar cómo estas aplicaciones están fomentando las adicciones.