Ha vuelto a pasar. El mundo se mueve más deprisa que nunca en la era de la inteligencia artificial. Y cuando creíamos que empezábamos a entenderla, otro golpe en el tablero. Terremoto en las grandes tecnológicas. Ayer una empresa china desconocida llamada DeepSeek ha puesto Wall Street y Silicon Valley patas arriba a la vez.
¿Por qué? Porque el nuevo chatbot de inteligencia artificial que de DeepSeek parece tan bueno o mejor que ChatGPT y es, seguro, más barato. Mucho más. Esta es la clave. Le basta con una fracción de los chips informáticos que necesitan OpenAI o Meta. Y que la IA pueda desarrollarse de forma mucho más barata de lo que se creía y con código abierto, que haya más competencia y menos costes, ¿no es una buena noticia? Depende.
No si te dedicas a fabricar chips, como le pasa al gigante Nvidia: ver cómo de un día para otro los chips pasen a ser el bien más preciado a parecer sobrevalorados hace que te desplomes en bolsa. Mucho. Hasta ayer Nvidia era la empresa más valiosa del mundo en bolsa. De repente perdió 600.000 millones de dólares. No sé si me dejo algún cero. Tampoco es buena noticia para los gigantes tecnológicos como Meta que han invertido una millonada en esos chips, ni para los centros de datos que los procesan.
Pero puede ser una buena noticia para quienes están desarrollando inteligencia artificial y veían en el alto precio de los chips una barrera de entrada insalvable. Parecía que este mercado ya estaba repartido. DeepSeek muestra otra manera de hacer las cosas.
Es buena noticia para China, desde luego. Y para la censura, por tanto. Y mala señal para quienes confían en las barreras comerciales. Estados Unidos limitaba la cantidad de chips que Nvidia podía vender a China. Esa escasez ha fomentado que los chinos desarrollen una IA más creativa que necesita menos chips. Ahora la gran duda de los inversores es cómo de sobrevalorados están los gigantes de la inteligencia artificial.
¿Moraleja?
Lo único seguro es que está lleno de sorpresas el futuro.