Marta García Aller nos trae una cajita con tapones para los oídos. Nos trasladamos al siglo XIX a Londres a un gallinero. Hablamos con Jane Carlyle una famosa escritora de dicho siglo que escribía cartas. Londres era muy ruidoso lo que descentraba a la escritora. A finales de este siglo las ciudades eran muy ruidosas, los animales corrían por las calles y la gente no cesaba de gritar. Después con la aparición de los coches, la cosa no mejoró ya que llegó el tráfico y todo lo que este trae. Ahora, los coches apenas se escuchan y cada día menos pero el ruido es algo que nos afecta a todos.