Mientras discutíamos eso de judicializar la política, hemos judicializado hacer pis. Y menos mal. El Tribunal Supremo ha dictado una sentencia en la que prohíbe a las empresas que hagan fichar a sus trabajadores sus visitas al baño para descontárselo. Los jueces dan la razón a los trabajadores de un call center que eran obligados a contabilizar de manera específica los minutos que pasaban en el baño y descontarlos del rato de la comida.
Los jueces han tenido que recordar que las personas, todas, necesitamos hacer pis. En lenguaje jurídico: "todo ser humano tiene unas necesidades fisiológicas básicas" que no siempre se pueden controlar, y, además, sentencian que penalizar ir al baño puede ser discriminatorio con los trabajadores de más edad. También hemos judicializado la próstata.
Pero no deja de ser curioso que en plena era de la inteligencia artificial haya hecho falta que un juez ratifique que ir al baño es algo que hacemos todos los humanos y no se nos puede penalizar por ello. Será que de tanto automatizar los 'call center', a los que los dirigen, se les están olvidando las diferencias entre las máquinas y los humanos. Los humanos meamos, qué le vamos a hacer.
A lo mejor nos hace menos productivos, pero nuevo, nuevo, no es. Lo que sí que es nuevo es que los humanos que se dedican al 'call center' tengan que competir cada vez con más asistentes virtuales. Y cada vez más sofisticados. Hay unos nuevos chatbots, robots que dan conversación, para entendernos, que acaba de lanzar Meta (la empresa de Facebook, Instagram y Whatsapp) que son chats interpretados por famosos como Paris Hilton, se supone, para darles personalidad.
La gracia de esta especie de nueva generación de 'all center' de inteligencia artificial, que esperan colarse en las aplicaciones de nuestro día a día, es que no buscan hacer al usuario más productivo, sino entretenerlo y darle conversación. Es una de las contradicciones de esta tecnología, nos impulsa a ser más productivos y a perder el tiempo a la vez. Ahora son por texto, pero pronto serán por voz. Y aunque estos chatbots no necesitan parar nunca para ir al baño, este va a ser un sitio ideal donde charlar con ellos.
¿Moraleja?
Qué tiempo tan extraño, necesitamos al Supremo para ir al baño.