Resulta muy interesante mirar lo que está pasando en Reino Unido. Enterrada la Reina Isabel, a la nueva ministra no le ha quedado más remedio que ponerse a gobernar y el resultado está siendo francamente mejorable.
El plan estrella de Liz Truss de bajar radicalmente de impuestos no está teniendo el efecto que los fans de las bajadas de impuestos suelen prometer. Los mercados no se lo han creído. No es que no se hayan creído que no vaya a bajar mucho los impuestos, lo que no se han creído son los efectos beneficiosos que pueda tener ahora.
Bajar los impuestos deja más dinero disponible en el bolsillo de los ciudadanos. Eso, que se supone que es bueno, puede tener efectos peligrosos en un momento como este. Con más dinero para gastar, si van y lo gastan, el aumento de la demanda puede hacer que los precios suban más todavía. Y cuando la inflación sube demasiado, los mercados se asustan y la libra se desploma, que es exactamente lo que ha pasado.
¿Y qué pasa cuando la libra se desploma? Pues se complican los planes de las empresas del Reino Unido que importan bienes. Y teniendo en cuenta que los británicos traen de fuera cerca del 50% de los alimentos van a tener que pagar mucho más por lo que comen. Y por todo lo demás, porque también el gas o el petróleo se compran en dólares. Así lo de tener más dinero en el bolsillo no parece muy rentable si luego hay que gastarlo porque todo cuesta más. También las hipotecas, porque cuanto más se desboque la inflación más van a tener que subir los tipos de interés.
Y luego están las cuentas públicas. Los votantes no sé, pero los mercados no se están creyendo mucho que Truss pueda cuadrar las cuentas con menos impuestos justo cuando se acaba de anunciar un plan de ayudas directas de 150.000 millones.
La culpa no es solo de la bajada radical de impuestos, claro, también de la falta de credibilidad del nuevo gobierno, y de la ristra de problemas que se le amontonan al país. Pero a ver quién no tiene en estos tiempos un gobierno con poca credibilidad y problemas amontonándose.
¿Moraleja?
Con la que han liado los británicos con el presupuesto, queda claro que no todo se arregla bajando mucho los impuestos.