ADELANTA ONDA CERO

Màxim Huerta fue condenado en 2017 por fraude fiscal

Onda Cero adelanta a esta hora la noticia que va a publicar El Confidencial. Un ministro del nuevo Gobierno de España está condenado por fraude fiscal. Màxim Huerta, ministro de Cultura y Deporte, fue condenado el año pasado a pagar 243.000 euros a Hacienda por los impuestos que dejó de pagar en los ejercicios de 2006, 2007 y 2008, cuando trabajaba como presentador de televisión.

ondacero.es

Madrid |

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid resolvió el año pasado contra Màxim Huerta, que había recurrido la decisión del llamado tribunal económico administrativo, un órgano de la administración ante el que los contribuyentes pueden recurrir cuando no comparten decisiones de la Agencia Tributaria. El Tribunal Superior entendió que Hacienda tenía razón al reclamar al escritor 243.000 euros de sanción, incluyendo recargo e intereses (como es costumbre en Hacienda) por los tres ejercicios fiscales mencionados. Huerta fue condenado a abonar también las costas del proceso.

Éste es el hecho, irrefutable: el ministro tiene una condena por fraude fiscal. Y cabe pensar que Pedro Sánchez no estaba enterado cuando procedió a su nombramiento. Hoy lo iremos sabiendo.

Déjenme que les explique cómo llegó Huerta a ser condenado.

Desde los años noventa era costumbre en muchos profesionales, artistas, periodistas de radio y televisión, crear una sociedad (una pequeña empresa) y facturar sus servicios a la compañía que los contrataba a través de esa sociedad. Cuando era presentador en TeleCinco, Huerta utilizó —como muchos otros profesionales— este sistema. La cadena, lo la productora del programa, pagaba a la sociedad del periodista y éste declaraba a Hacienda los ingresos, gastos y beneficios de esa sociedad. Pagaba el impuesto de sociedades que le correspondía. El procedimiento de la sociedad, perfectamente legal, permitía pagar menos que si uno declaraba sus ingresos como renta personal, es decir, IRPF. Por sociedades se pagaba menos que por IRPF. Y Hacienda, en aquel momento, no le veía ningún problema.

Con la llegada de Montoro al ministerio, en 2012, los criterios del fisco cambiaron. Lo que hasta entonces se consideraba correcto pasó a considerarse fraudulento. En las inspecciones abiertas a decenas de profesionales, entre ellos presentadores de televisión y radio, tertulianos, artistas, Hacienda estableció que los servicios profesionales debían tributarse como IRPF. Es decir, que si Màxim Huerta estaba contratado por ser Màxim Huerta, debía declarar como IRPF sus ingresos, por mucho que tuviera constituida una sociedad. Hacienda hizo sus inspecciones, calculó lo que esos profesionales habían dejado de pagar y comunicó sus sanciones. En la mayoría de los casos, los asesores fiscales de los afectados le discutieron al fisco sus nuevos criterios, pero la mayoría de los inspeccionados optaron por pagar lo que se les reclamaba y modificar, en adelante, su forma de funcionar conforme a los criterios nuevos de Hacienda.

Sólo algunos profesionales llevaron la discrepancia hasta el final y recurrieron las sanciones de Hacienda. Màxim Huerta fue uno de ellos. Los tribunales están dando la razón a Hacienda en casi todos los casos, lo que supone que aquellos que recurrieron, además de tener que pagar, arrastran ahora una condena judicial. Al avalar las sanciones de Hacienda, los tribunales están condenando por fraude fiscal a los contribuyentes afectados.

En el caso del ministro de Cultura existió, según el tribunal, fraude a Hacienda porque en tres años su sociedad ingresó casi 800.000 euros pero por IRPF él sólo tributó 22.000. No hubo delito fiscal, porque la cuantía fue muy inferior a los 120.000 euros defraudados por ejercicio, pero sí hubo fraude. Si Huerta, y su asesor fiscal imagino, hubiera aceptado la sanción, la hubiera abonado y se hubiera olvidado del asunto, esta condena nunca habría llegado. La sanción doy por hecho que la pagó porque tiene que pagarla todo el mundo, también el que la recurre. De tal manera que, a día de hoy, Màxim Huerta no tiene, seguramente (vamos a ver qué explicaciones da él), ningún asunto pendiente con Hacienda, estará al día de sus obligaciones. Pero en la mochila lleva una condena judicial. Y eso es lo que políticamente, hoy, va a tener relevancia.

Primer revés, primeras curvas, para el nuevo gobierno de Pedro Sánchez.

Siempre acaban apareciendo las curvas, ya lo dijimos hace dos semanas. Seis días después de tomar posesión, el ministro de Cultura se encuentra en una posición delicada.