EL MONÓLOGO DE ALSINA

El monólogo de Alsina: Desde Aguilar Campoo, villa milenaria

Les voy a decir una cosa.

Qué ganas tenía de poder decir esta frase aquí. Les voy a decir una cosa desde Aguilar de Campoo, villa milenaria en la montaña palentina cuyo nombre evoca cultura, saber y comunión de esfuerzos individuales para sacar adelante empeños colectivos.

ondacero.es

Aguilar de Campoo | 16.10.2014 20:16

No me perdono que no hayamos venido antes a Aguilar de Campoo, donde sé que hay una gran afición -y una gran devoción- por la radio, por nuestra radio.

Buenas tardes, Aguilar. Gracias.

En realidad yo venía a ver la espada de Bernardo del Carpio pero ya me han dicho que se me adelantó Carlos V, mi tocayo. Que la primera vez que vino le echó el ojo y la segunda, con la excusa de presentar sus respetos ante la tumba del caballero, agarró la espada y se la llevó. Así, porque sí. Cómo son los reyes, eh. Los de entonces. Y la manía que tiene la gente con quedarse con lo que no es suyo. La espada de Bernardo, el derecho a decidir, el dinero de las Cajas de Ahorro.

Una de las noticias de esta tarde es que han ido desfilando por la Audiencia Nacional los tres primeros ex directivos de Caja Madrid a los que el juez Andreu investiga por el uso de las tarjetas chicle -tira de tarjeta, tira de tarjeta que nunca se acaba-. Las tarjetas “está to pagao”.

Los primeros en desfilar han sido Miguel Blesa, que fue presidente de Caja Madrid durante trece años; Rodrigo Rato, que lo fue durante dos; e Ildefonso Sánchez Barcoj, que éste era menos conocido pero también mandaba: fue el número dos de los dos, el que más años estuvo usando la tarjeta y el que más gastaba. Casi medio millón de euros. Él ha dicho, en su defensa, que hay que entender que el puesto que desempeñaba -director general financiero- acarrea muchos gastos y es lógico que tuviera una tarjeta para ayudarle a soportarlos.

Y en cuanto os recuerde un par de datos vais a estar de acuerdo con él, porque su salario era de dos millones y medio al año -doscientos y pico mil brutos al mes- más otros nueve mil mensuales de gastos propios del cargo. Estaréis de acuerdo en que con eso, uno no llega para pagar todas las comidas y viajes que a de realizar un alto ejecutivo -nueve mil al mes, qué vas a hacer con eso- luego...necesitas además una tarjeta de propina que, a ser posible, no tenga fondo.

Claro, tú eres el juez, tienes delante a alguien que, con este sueldo, tenía además gastos de representación y tarjeta chicle y lo que te sale no es hacerle preguntas. Lo que te sale es decirle “vaya chollo, eh”. Pero claro, tienes que hacer preguntas que se ajusten a la investigación. Señor Barcoj, ganando doscientos mil brutos al mes, ¿considera usted imprescindible cargarle al banco estos gastos de...heladería, Frutas Félix, Herbolario Farmabeach, Ferretería Seagarcía. ¿Para hacer bien su trabajo de director financiero de verdad necesitaba comprar escarpias?

Por lo que se sabe, la tesis de los tres imputados que han declarado hoy es que las tarjetas ya existían antes de que llegaran ellos y que siempre les dijeron que eran una parte de su salario. Ya existían y les dijeron. Obsérvese que estamos hablando de los máximos responsables de la gestión de una caja de ahorros. Que hablan de este asunto como si no fuera cosa suya mantener o cambiar lo que antes había y decidir el sistema de retribución, y privilegios añadidos, de directivos y consejeros. Ya existía y nos dijeron.

Cómo será el escándalo que ha ocasionado lo de las tarjetas que la otra noche vino al programa el presidente extremeño, Monago, y fue preguntarle si él tiene tarjeta y abrir la cartera para empezar a enseñarme todo lo que llevaba. Como un resorte. Tocas la tecla y se desnuda. Me enseñó hasta la tarjeta de Leroy Merlin. ¿Para qué? Para que se vea que él las escarpias se las paga de su bolsillo.

Ésta es una de las noticias de la tarde -la declaración judicial de los tarjetistas-. Las otras dos son:

1 · Que nos han dado una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU. A España. Imperio ya no seremos, como en la época de Carlos V, pero a Rajoy le ha salido bien esta carambola y desde hace una hora pintamos más en la política internacional. Supongo que lo habéis notado. Y es un poco más responsabilidad nuestra cómo vaya el mundo (nuestra y de Ana Mato).

2 · Que tenemos tres personas más ingresadas en el hospital Carlos III para analizar si tienen ébola. Confirmado no está todavía ninguno. Son:

· Una persona que tuvo contacto con Teresa Romero.

· Un pasajero que venía de Nigeria en un avión de Air France que aterrizó esta mañana en Barajas. (A estos dos casos se les están haciendo ya las pruebas, no parece probable que sea ébola.

· Y un tercer caso de hoy, que es el que más preocupa, que es un español que pertenece a la orden de San Juan de Dios y llegó a Madrid el martes, desde Liberia, y que ha empezado a tener fiebre. Éste es el caso (aún no confirmado) pero que más preocupa, porque el hombre viene de Liberia y porque antes de ingresar hoy en el Carlos III estuvo atendido, ayer, en el hospital de la orden de San Juan de Dios. Y al personal sanitario de ese hospital también hay que observarle a partir de ahora.

Ya sabeis que en esto del ébola lo más importante es tener controlados siempre a todos los posibles contagiados.

3. Y tercera noticia de esta tarde -está el día movidito-: el bajonazo que se ha metido hoy la bolsa. El segundo (ayer ya se la pegó). Y lo inquietante es que la bolsa, como el precio que pagamos por la deuda pública, son como la fiebre en el ébola, un síntoma de que algo no va bien. Ése es el fondo del asunto, que el horizonte económico en Europa vuelve a ponerse nublado tirando a oscuro.

Hace días que no se escucha a Montoro decir que esto va como una moto, rompiendo los pronósticos, como dice el ministro. La impresión más extendida, ahora mismo, es que puede llegar, otra vez, la recaída.

Bueno, la espada de Bernardo del Carpio no la he visto. Pero, a cambio, lo que si he visto es el tipito que se os ha quedado a los trabajadores de Gullón con el programa de entrenamiento al que os ha sometido doña María Teresa. A hacer ejercicio y comer bien para mejorar la salud de la plantilla. Y por cada kilo que perdieran los trabajadores, dos kilos de galletas para la Cruz Roja. Que es forma de adelgazar mucho menos estresante que las dietas.

En lugar de estar todo el obsesionado por cuántos gramos has perdido, lo que vas mirando es cuántas galletas has ganado. ¿Se nota o no se nota que he ganado mi medio kilo de galletas más? Venir a Aguilar y no hablar de galletas es imposible. Y no recordar a Alberto Fernández Blanco también es imposible.

El orgullo con el que el ciclista llevaba su apodo, el galleta. Esta es la capital galletera de España. Y Gullón es su catedral. Y doña María Teresa es la jefa. Que si vienes un preguntando por ella te dicen: “está en el despacho”. Y es el despacho en sentido literal, o sea, donde se despachan las galletas, la tienda. Caso singular. No te imaginas a Alicia Koplowitz poniéndose el caso para ir a echar hormigón en sus ratos libres.

Llegas al banco a actualizar la cuenta y detrás de la ventanilla...pero usted no es...¡Ana Patricia Botín! Sí señor, para servirle. Gullón es una de los rasgos propios, de los hechos diferenciales de Aguilar. Como la colegiata, el monasterio, Santa Cecilia, el castillo. Había pensado en alojarme en el castillo, pero ya me han dicho que por fuera, es imponente, pero por dentro muy amueblado no está. Y el románico, claro. Vuestro románico.

Estando en Aguilar de Campoo yo necesitaría encomendarme a algún sabio.

Con tu permiso, me pongo bajo tu advocación para que el programa sea dichoso, y bajo la advocación, dejadme que lo diga, de Santiago Amón...

...sabio ya desaparecido y perdidamente enamorado de esta tierra. Escribió Santiago, finales de los setenta, sobre esta formidable labor que ha sido la restauración de Santa María:

“Y es de saberse que don Juan, el anciano cura aguilarense, dejó a su muerte unos dineros a la comunidad de las monjas clarisas. Ellas no hallaron para la herencia imprevista mejor destino que restaurar la alterada capilla gótica de su convento. Y es de saberse también que estas monjitas han trabajado duramente en las obras de restauración con el apoyo del constructor Roberto y el alegre empeño del Niño de la Piedra, cantero y cantaor que entre golpe de cincel y golpe de cante ha venido consolidando la bóveda medio en ruinas”.

Ha sido el pueblo de Aguilar, en el compacto anonimato de una Fuenteovejuna rediviva, el que desde la constancia ha hecho posible esta obra de altos vuelos”.

Enhorabuena, agulilarenses, y bienvenidos a La Brújula.