Hoy, con permiso de Amón, nos tenemos que hacer preguntas todos. ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha cambiado? ¿Qué nos han ocultado? ¿Por qué ahora sí y hasta ahora no? Y sobre todo, ¿quiénes son? ¿Quiénes son ellos y ellas y qué les hace pensar a Sánchez y a Casado que la mitad respira políticamente hacia la izquierda y la otra mitad a la derecha?
"¿A qué esperan para difundir los nombres? Porque en eso consiste el acuerdo, en sus nombres
Porque en eso consiste este formidable acuerdo anunciado ayer (sin revelar aún su contenido), este hito que supone para la vida pública española que los dos líderes con más diputados en la cámara hayan consumado el reparto de cromos (perdón, la saludable renovación de las instituciones –-de algunas instituciones-- que estaba pendiente desde hace meses por decisión de ambos). Si se podía hacer en un pis pas, como se demostró ayer, es que hasta ahora no se había hecho porque no les interesaba.
¿Quiénes son los elegidos, presidente? ¿Quiénes, opositor aspirante? El acuerdo consiste en que han hecho la criba y han pactado los nombres de magistrados que les valen, los consejeros del Tribunal de Cuentas que les valen y la persona a la que harán Defensora del Pueblo. ¿A qué esperan para difundir los nombres? Porque en eso consiste el acuerdo, en sus nombres.
Esto del acuerdo, consenso o pacto de Estado (que de todas esas maneras lo llama hoy la prensa) se puede ver de dos maneras, mire.
- Una, qué estupendo que los dos grandes partidos que representan a doce millones de votantes hayan sabido ponerse de acuerdo para fortalecer las instituciones procediendo a su renovación como establece la ley. Adorémosles.
- Dos, qué exhibición, por parte de los dos grandes partidos, de su desdén al Parlamento usurpando el papel que le corresponde a la Cámara y vulnerando, sin disimulo, el espíritu de la norma.
Contado de la primera forma, es encomiable lo que ayer han anunciado el gobierno y el PP. Contado de la segunda, es un escándalo. Que no por repetido a lo largo de tres décadas deja de serlo.
Qué exhibición de su desdén al Parlamento usurpando el papel que le corresponde a la Cámara y vulnerando, sin disimulo, el espíritu de la norma
Aunque sea predicar en el desierto (asumo que lo es), qué pinta un ministro sacando pecho por haber negociado con un partido político algo que no es competencia del Gobierno. Dices: no, es que todo el mundo entiende que como los 120 diputadossocialistas dirán amén a la lista que confeccione su jefe, Pedro Sánchez, qué más da que éste encomiende a su ministro de Presidencia (y no al portavoz parlamentario, elevemos una oración por Héctor Gómez) que se vea con Teodoro García Egea, a ser posible fuera del Parlamento, para cerrar el intercambio de sillones. Total, los 89 diputados del PP también van a aplaudir la lista que les pase su jefe, Casado, y los demás grupos del Parlamento qué más da lo que digan, si ellos no suman y el bipartidismo sí.
¿Alguien ha escuchado a la presidenta del Congreso Batet quejarse de que el Gobierno se exhiba como decisor de una función que corresponde al Poder Legislativo? Un acuerdo como éste debería de anunciarlo la presidenta del Congreso, bien poco beligerante cuando se trata de poner al Gobierno en su sitio en defensa de las funciones que corresponden al Legislativo. Pero no pasa nada. Que predique en el desierto Edmundo Bal, sólo son diez diputados.
La negociación entre Sánchez y Casado que ha tardado tantos meses en alumbrar 17 nombres aún desconocidos se reduce a esto que hemos explicado cien veces: a un lado de la mesa, el Gobierno; al otro, el PP. Empieza la negociación: dos magistrados del Constitucional para ti, dos para mí. Seis consejeros del Tribunal de Cuentas para ti, seis para mí. Defensor del Pueblo sólo hay uno, así que: éste no, que es demasiado socialista. Ésta tampoco, que es muy derechas, Teodoro. ¿Y éste? No, éste es demasiado de los vuestros. Podríamos aceptar ésta otra. Pues venga, que sea ésta, ¡ya lo tenemos!
El único motivo de que hasta ayer no hayan puesto el huevo es que el pack incluía el CGPJ y ahora lo han dejado fuera. Altísima política
La lista la tenían hecha desde primeros de año (como la otra lista, la del Consejo del Poder Judicial,la tienen casi hecha desde hace años). Y el único motivo de que hasta ayer no hayan puesto el huevo es que el pack incluía el CGPJ y ahora lo han dejado fuera. Altísima política. Un hito, ya le digo.
"Sánchez ha pactado el Tribunal Constitucional de España con un partido desleal con España"
El presidente agradece al PP el esfuerzo que ha hecho para pactar con él los nombres de estos nuevos magistrados y confía en que esté más próxima la renovación del Consejo del Poder Judicial. Bien es verdad que cinco minutos después de subrayar la contribución del PP a la solidez de estas instituciones estaba tachando al PP de desleal con España por decir que vamos a la quiebra.
Ha pactado el Tribunal Constitucional de España con un partido desleal con España, qué cosas.
"El papelón de Podemos ayer sin armar un discurso coherente"
Y a todo esto, el papelón de Podemos ayer. Descolocado con el acuerdo y sin logar armar un discurso coherente. Por la mañana estuvo aquí Ione Belarra. Dijo que la negociación no iba a llegar a nada.
Le pregunté si Podemos veía con buenos ojos que esto lo negocie un ministro con el primer partido de la oposición pasando por alto que la misión de escoger, y pactar, magistrados no es del Gobierno, sino del Parlamento.
El ministro tiene una interlocución privilegiada. No, no arranca los contactos, pacta los nombres y cierra el acuerdo. Y luego se lo cuenta a Podemos. Y por eso Podemos sostiene que Bolaños también negociaba en nombre de ellos. O sea, que Podemos también pilla. Perdón, que alguno de los nombres elegidos ha sido bendecido antes por ellos.
Podemos sostiene que Bolaños también negociaba en nombre de ellos. O sea, que Podemos también pilla
Ah, confirmó anoche el presidente que no se habla con Iván Redondo desde que salió de la Moncloa. Perdón, que no ha tenido oportunidad de hablar. Me cuesta tanto llamarte.
Iván, como uno más del grupo de los no renovados. Esta relación ha debido de acabar mucho peor de lo que casi todo el mundo imaginaba.