OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Lula sí, pero todavía no"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre los resultados en las elecciones de Brasil donde el expresidente Lula da Silva ha logrado una ajustada victoria y se tendrá que enfrentar en la segunda vuelta contra el ultraderechista Jair Bolsonaro.

Carlos Alsina

Madrid | 03.10.2022 08:28

Cuando no es una cosa es otra. El día que no es una fuga en el gasoducto es un submarino nuclear dotado de un misil de nombre Poseidón. Qué poco duran las celebraciones.

Estábamos ayer celebrando que Dinamarca confirma que ya no hay fugas de gas del Nord Stream -que deje de salir gas es el primer paso para poder examinar la tubería y ver qué arreglo tiene-, estábamos celebrando que Limán, en el camino a Donestz, vuelve a estar controlada por los ucranianos -otra retirada rusa- y aparece el diario italiano La Reppublica con la historia ésta del submarino.

Poseidón, el arma del Apocalipsis

Un aviso que la OTAN ha transmitido a los gobiernos aliados: Rusia está probando en el Ártico el submarino más avanzado de su flota; puede alcanzar profundidades mayores que cualquier nave de la OTAN y va equipado con el torpedo éste que se llama Poseidón y al que en Moscú se refieren, dicen las crónicas, como el arma del Apocalipsis, imagínese por qué. O mejor no, mejor no se lo imagine porque la semana acaba de empezar y bastante tenemos con sobrevivir al madrugón del lunes.

Lula gana las elecciones en Brasil con menos votos de los esperados

Bueno, en América la noticia de la mañana es que la izquierda gana las elecciones celebradas en Brasil. Empezando por la presidencia, que requerirá de segunda vuelta pero en la que Lula de Silva saca cinco puntos a Bolsonaro, que son bastantes menos de los que calcularon las encuestas y que mantienen vivo al actual presidente. Aunque Lula se vea ganador.

Treinta días más de campaña con debate televisado entre los dos aspirantes que han pasado la criba. No habiendo alcanzado ninguno el 50%, lo más interesante ahora es saber a cuál de los dos prefieren quienes han quedado fuera de la carrera. Empezando por Simone Tebet, 4% del voto.

Que ya tiene claro a quien recomendará votar pero aún no lo dice porque se declara respetuosa con el proceso. Su ubicación política es el centro: el centro feminista porque hace bandera de la igualdad de derechos.

Lula tendría que gobernar con un Congreso a la contra

En el Congreso obtienen representación más de veinte partidos. El que más diputados tendrá es el de Bolsonaro, y la constelación de partidos conservadores anticipa que la derecha puede mantener la mayoría.

Es decir, que Lula tendría que gobernar con un Congreso a la contra. Porque, salvo sorpresa, Lula volverá a ser presidente, enterrando la etapa Bolsonaro y desquitándose del juicio por corrupción que le llevó a la cárcel casi dos años y que fue anulado por el Tribunal Supremo en la seguridad de que el juez que intruyó la investigación vulneró sus derechos fundamentales. Y en la sospecha de que antepuso el interés político de ver al ex presidente en prisión a la solvencia de las pruebas.

El juez Sergio Moro, que pasó de emular a Antonio Di Pietro, el italiano de Manos limpias, a fichar como ministro de Justicia por el presidente de la extrema derecha populista Jair Bolsonaro.

Caso de que Lula presida el país, Brasil se sumaría a los cambios de signo político, favorables todos a la izquierda, que se han producido en Colombia, con Gustavo Petro, y en Chile, Gabriel Boric

Caso de que Lula presida el país, Brasil se sumaría a los cambios de signo político, favorables todos a la izquierda, que se han producido estos meses atrás en Colombia, con Gustavo Petro, y en Chile, Gabriel Boric. Tienen también gobiernos de izquierda Argentina, Bolivia, Perú, Venezuela y, ya en Norteamérica, México, con López Obrador.

Las naciones más extensas y más pobladas del continente han cambiado gobiernos conservadores por gobiernos progresistas, bien es verdad que con grandes diferencias entre ellos: nada tienen que ver Boric y Petro con Nicolás Maduro. O Lula con Luis Arce. Pero el avance de la izquierda es un hecho. Es indiscutible su condición de ideología hegemónica hoy en América.

Quien tiene una algarroba tiene un tesoro

Quien tiene una algarroba tiene un tesoro. Superado ya su coronavirus, el presidente Sánchez viaja a Mallorca. Eh, a trabajar, no sea usted malpensado (o malpensada). Su trabajo de hoy es visitar un polígono industrial (parece un locutor de radio que yo me sé, de gira por los polígonos).

En Marratxí aguarda al presidente un edificio de color naranja que es la sede de una empresa que fabrica goma de garrofín. Repito: goma de garrofín. Si usted no tiene noticia de qué es ni el garrofín ni la goma, no se apure que para esto está el presidente, para contárnoslo hoy. Yo, todo lo que puedo avanzarle es que es una goma vegetal, que se usa para endulzar alimentos y que se obtiene de la algarroba. Que es el fruto del algarrobo. Cuyo cultivo está muy extendido en Mallorca y en otros lugares de España.

La algarroba registra estos días el precio más alto de su historia: de ochenta céntimos el kilo a dos euros y medio

La algarroba registra estos días el precio más alto de su historia. Dirá usted: como todo. No, aún más. De ochenta céntimos el kilo a dos euros y medio. Buena noticia para quienes la cultivan siempre que encuentren quien se las compre. Y no tan buena noticia para quienes dependen de la algarroba para fabricar su producto y vendérselo a la industria alimentaria.

Qué lleva al presidente a interesarse hoy por la goma de garrofín lo sabremos en cuanto hable. Porque, naturalmente, hablará. Imagino que no con una algarroba en la mano para no ponérselo fácil a los inventores de motes.

Sánchez estaba hoy invitado, he leído, al Congreso de la Empresa Familiar que se celebra en Cáceres. Pero, al parecer, ha declinado. No se cruzará, por tanto, con Feijóo. Que sí que acude. Lástima, porque podrían haber debatido allí mismo sobre deflactaciones, reducciones de rendimientos, patrimonio, grandes fortunas, brujos, chamanes y gobiernos que se forran. Un poco lo que viene siendo el debate público de España estas últimas semanas.

Patrimonio, grandes fortunas, brujos, chamanes y gobiernos que se forran... El debate público en España

No le gustó que le llamara brujo a Juanma Moreno, detonante de las últimas reformas fiscales que ha anunciado el Gobierno, tanto del impuesto a las grandes fortunas, ideado para neutralizar la bonificación del impuesto de patrimonio, como el alivio del IRPF a quienes ganen entre 18.000 y 21.000 euros anuales, ideado para que no parezca que es el PP el único que revisa el impuesto de la renta para las clases populares. Perdón, para la clase media trabajadora de nuestro país. El latiguillo gubernativo.

España, el paraíso de la clase media trabajadora

España es el paraíso de la clase media trabajadora. Tantas semanas escuchándole al Gobierno el estribillo éste de la clase media para la que trabaja y hasta el viernes no supimos que la sociedad se reparte, según el Gobierno, de este modo: el 1% son ricos y el resto somos clase media. Lo dijo aquí la ministra de Hacienda. Si es que no hay como preguntar.

Si el 98 ó 99 % de la población española es clase media y el 1% son ricos, estaremos de acuerdo en que este es el país más igualitario del planeta: ni rastro de pobres, oiga, aquí no existen ni los pobres, ni los desfavorecidos, ni la clase baja. Incluso quienes ingresan menos de seiscientos euros al mes son considerados clase media.

Ríete de la estadística y ríete del "España va bien" de Aznar. España está que se sale

Con razón el Gobierno está tan satisfecho de la gestión que ha realizado. Ríete tú del INE, de Eurostat o del Observatorio Social de La Caixa que se empeñan en decir que tenemos uno de los índices de desigualdad más elevados de la Unión Europea. Quitando al uno por ciento ése de ricos, de los que uno de cada diez pagará impuesto de grandes fortunas, el resto estamos todos ahí ahí. Clase media trabajadora.

Ríete de la estadística y ríete del "España va bien" de Aznar. España está que se sale.