Vamos avanzando. No sabemos qué es el régimen cubano para el gobierno español pero al menos sabemos qué no es.
"Cuba no es una democracia"
Pedro Sánchez, en conversación anoche en casa Piqueras, llegó hasta ahí. No es una democracia. El Presidente no va a dar el paso de decir abiertamente que ese régimen es lo que es ---una dictadura de libro (la más longeva de América)--- porque entiende que complicaría las relaciones y no traería ningún efecto positivo.
Sí podría haberse esforzado un poco el presidente en mostrar su simpatía por quienes se están jugando el tipo, en aquel país, para acabar con la tiranía. Y en mostrar su condena a la represión, las detenciones y el apagón informativo.
Esto lo despachó el Presidente con una frase de aliño sobre el derecho de la gente a expresarse y la reformas que hacen falta, pero para poner el acento, de inmediato, en la pandemia a la que el Presidente señala como causa primera del malestar social que ha originado estas marchas.
Podría parecer que si la causa de las manifestaciones es que no hay vacunas pesa menos la exigencia de libertad que tanto irrita al presidente cubano, y castrista, Díaz Canel. Podría parecer que poner el foco en el Covid resta trascendencia a la protesta en la medida en que la convierte en algo pasajero, coyuntural, vinculado a la pandemia. Y no es así. El movimiento social que hoy carga contra el gobierno por la dramática situación que atraviesa Cuba tiene raíces más antiguas y más hondas.
Poner el foco en el Covid resta trascendencia a la protesta, puesto que la convierte en algo pasajero y coyuntural
Son cientos los activistas por los Derechos Humanos que llevan años pidiendo que la comunidad internacional, y singularmente España, se involucre más, se comprometa más, en la causa de la libertad en Cuba.
La llegada de Díaz Canel a la presidencia se quiso ver como un paso hacia la transición y la apertura, pero ya hemos visto su reacción a las manifestaciones pacíficas: tachar de disidentes, traidores, agentes de los Estados Unidos a los que protestan, incitar a los adictos al régimen a salir a la calle a silenciarles y desplegar al Ejército y los boinas negras para recordarle al pueblo de Cuba cuál es el precio de creerse que de verdad tiene libertad para opinar. El precio lo están contando, a duras penas y sorteando el apagón de internet, familiares de los detenidos. Y de los apaleados.
Para Unidas Podemos lo que sucede en Cuba no merece condena
Para el partido que cogobierna España, la marca Unidas Podemos que hoy tiene como líder (o eso dicen) a Yolanda Díaz, todo esto que está sucediendo en Cuba no merece ni media declaración de condena. Suave, suave. Ni medio tuit. Los rendidos admiradores de Fidel no parecen muy consternados por la represión que ejerce su heredero. Todo lo que ha sido capaz de decir Podemos es que el gobierno de Díaz Canel no es dictatorial y que a Cuba nunca se le ha permitido explorar un proceso de apertura política. Pobre régimen. Él habría querido pero sus enemigos no se lo han permitido.
La nueva portavoz del Gobierno apuntó maneras de no responder a casi nada
Cumplió con la tradición la nueva portavoz del gobierno de España. Siempre que alguien se estrena en ese cargo dice lo mismo. "No utilizaré esta rueda de prensa para hablar de los partidos". Ni siquiera del mío, dijo la ministra Rodríguez. En realidad estaba diciendo: de Podemos, menos que de ninguno.
Pongamos el reloj en marcha para ver cuánto tarda la recién portavoz en atizar, desde la sala de prensa de Moncloa, al Partido Popular, a Ciudadanos, a Vox o a Díaz Ayuso. Su predecesora, la ministra Montero, alcanzó cotas difícilmente superables de utilización de las ruedas de prensa para soltar mítines electorales hubiera o no elecciones a la vista.
En su estreno se desempeñó con soltura y simpatía la nueva ministra y apuntó maneras de no responder, en realidad, a casi nada.
Pues eso. Pregunte lo que quiera que ya me reformulo yo a mí misma la pregunta. A la manera de Sánchez, que en las pocas entrevistas que concede (y siempre a los mismos) acostumbra ahora a corregir las preguntas. No, presidente, si no queremos que plantee usted las preguntas, queremos que las responda. Ésta era si habría decapitado a Garzón de haber sido un ministro socialista. Al punto. Del chuletón.
Los números son abrumadoramente desalentadores
El Gobierno se multiplica en su esfuerzo por ser visto como un revulsivo para la recuperación del país ---por lo mucho que se ha renovado--- y en convencernos a todos de que, por mal que vayan los indicadores de la epidemia, en cuanto hayamos alcanzado el setenta por ciento de vacunados en septiembre todo esto que estamos contando ahora habrá dejado de tener relevancia. Ojalá. Pero a 14 de julio los indicadores sanitarios son abrumadores. Por la velocidad de los contagios y porque están empeorando ya en todos los tramos de edad. Suben también en la población vacunada. Los números son abrumadoramente desalentadores.