No se espera. No se espera que el rey Felipe llame a Abu Dabi para decirle a su padre: ‘oye, papá, que si tú también vas al funeral de la tía por qué no vamos juntos’. La tía es Isabel II. Tía tatarabuela, me parece.
Felipe VI y Don Juan Carlos, juntos en Londres
Al funeral los han invitado a los dos porque aparte de familia, lejana, son el jefe de Estado de una nación amiga, Felipe, y el ex jefe de Estado, su padre. Sabiendo de la escasa, e incómoda, relación que ambos mantienen desde que salió a la luz lo de las fundaciones tapadera, el dineral de Corinna y la mudanza del emérito a los Emiratos Árabes Unidos cabe pensar que esto de pasar juntos una mañana en Londres no es el plan más apetecible ni para el uno ni para el otro.
La última vez que el rey Juan Carlos estuvo en España acuérdese que no hubo ni una sola imagen de los dos juntos, por expreso deseo -o más bien, por instrucción expresa- del rey de ahora.
La decisión la ha tomado el que está en Abu Dabi. El de aquí se limita a encajarla, digerirla, asimilarla, e informar de ella a la opinión pública española
La Zarzuela comunicó ayer que el emérito sí irá al funeral. O por ser preciso, la Zarzuela comunicó ayer que el emérito le ha comunicado al hijo que allí estará. El matiz es relevante porque la decisión la ha tomado el que está en Abu Dabi. El de aquí se limita a encajarla, digerirla, asimilarla, e informar de ella a la opinión pública española.
Lo que no quiso que se viera en Madrid, una imagen de los dos juntos, será inevitable en Londres por obra y gracia de la tía tatarabuela. A lo más que podrá aspirar el rey Felipe es a que el servicio de protocolo no los siente hombro con hombro en un banco de la Abadía de Westminster. Que haya zona de jefes de Estado en ejercicio, los colegas de Carlos III, y jefes de Estado relevados, jubilados, abdicados y caídos, los colegas de Juan Carlos I.
Lo que no quiso que se viera en Madrid, una imagen de los dos juntos, será inevitable en Londres por obra y gracia de la tía tatarabuela
Una de las incógnitas con que comienza el día es ésta: qué sucedió entre el viernes y el lunes. Por qué el viernes los portavoces oficiosos del de Abu Dabi daban por hecho que en ningún caso iría al funeral de The Queen y ayer los mismos portavoces informaban de todo lo contrario. Qué cambió en cuarenta y ocho horas.
O si es que el viernes era Juan Carlos el que no daba un duro por la posibilidad de que él también fuera invitado. A Londres, donde reside Corinna y donde sigue adelante la causa judicial que ella inició contra él por haberla coaccionado para que le devolviera la pasta.
Putin no acudirá al funeral, salvo sorpresa
El que no estará en el funeral es Putin. Salvo sorpresa, que, en efecto, lo sería y gigantesca. Imagina que al final también cambia de idea el ruso y se planta en la Abadía con Biden y con Macron y con los jefes de Estado de los países de la OTAN. Todos juntos en el autobús ése que les van a poner para llevarlos juntos hasta la abadía, la lanzadera con más poder por centímetro cuadrado del mundo.
Igual si se queda un rato encerrado en el autobús con todos estos colegas y, a la vez, enemigos se rinde sin esperar a que las fuerzas armadas ucranianas terminen de evacuar del Donetz a los rusos.
Cuánto tiempo más va a poder fingir Putin que no se da por enterado del fracaso que su ejército está encajando en el Este de Ucrania
Que ésta es otra de las incógnitas con las que empieza el día: cuánto tiempo más va a poder fingir Putin que no se da por enterado del fracaso que su ejército está encajando en el Este de Ucrania. Y si este giro de guión -del guión bélico- que se produjo el sábado, el avance de las tropas ucranianas empujando a las rusas a volverse a casa, anticipa, o no, el desenlace final que tendrá esta guerra.
Putin aparece como el caudillo tocado al que se le empiezan a ver las costuras
El paseo militar que Putin se prometió en febrero a sí mismo nunca llegó a consumarse. El todopoderoso ejército ruso resultó ser mucho menos poderoso de lo que casi todo el mundo temía. Aún le quedan recursos a Putin para ganarle el pulso a Zelenski, por ejemplo la movilización general y el reclutamiento masivo, pero a día de hoy aparece como el caudillo tocado al que se le empiezan a ver las costuras.
No es posible saber -lo comentábamos ayer con Xavi Colás- hasta dónde llegará este embrión de disidencia que representan los cuarenta concejales de San Petersburgo y Moscú que han pedido que se inicie un impeachment a la rusa, el procesamiento político de Putin por alta traición. En otros tiempos habríamos pronosticado todos que los concejales acabarían en un hospital o en una celda. Hoy, con la infalibilidad del caudillo refutada por los partes diarios de la guerra, cualquiera sabe dónde terminará cada cual. La guerra no ha terminado. Pero ver a Putin a al defensiva es una inyección de moral.
¿Cuál será el siguiente paso de Yolanda Díaz?
Del CGPJ no les digo nada porque ésa es la madre de todas las incógnitas y para qué arriesgar un pronóstico. Pero queda otra pregunta más en el aire. Que es ésta: ahora que Yolanda Díaz ya sabe que su plan de amadrinar una cesta de la compra de precios fijos ha naufragado, ¿cuál es el próximo paso que piensa dar?
Ayer hizo un esfuerzo por convencernos a todos de que su reunión con los híper y los supermercados había sido un éxito. Aunque le salió esta obviedad.
En rigor lo que sucedió es que la vicepresidenta pinchó en hueso
Pues sí, claro, la inflación es lo que más preocupa a las familias. No parece que sea un logro juntar a las patronales de la distribución para llegar a semejante conclusión. En rigor lo que sucedió es que la vicepresidenta pinchó en hueso. Que las patronales allí representadas, a razon de cuatro minutos de intervención por cabeza, lo que le dijeron fueron tres cosas:
- Su propuesta es inviable y contraproducente.
- Si quiere alimentos más baratos, baje el IVA.
- Y deje de cargarnos con el sambenito de que no estamos forrando gracias a la inflación.
Falta saber si, frustrado el anhelo de aparecer como forjadora de pactos, Díaz da el paso de abanderar otro impuesto extraordinario
O sea, que no. No habrá cesta de productos a precios fijos por acuerdo de los distribuidores. Ahora falta saber si frustrado el anhelo de aparecer como forjadora de pactos da el paso la vicepresidenta de abanderar otro impuesto extraordinario, éste para los híper y los supermercados. O acuerdas o te acuerdo.
Aunque eso sí, la vicepresidenta recomienda hacer la compra en el comercio de proximidad tenga éste los precios que tenga. Si le haces caso y compras en la tienda del barrio, ¿qué más te da a qué precio venda los huevos el Carrefour?