Día grande para nuestro idioma. Aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes, cuya partida de defunción se conserva -y se exhibe- a unos pocos metros de donde estamos, jornada en la que se entrega el premio que lleva su nombre, el Cervantes, y víspera del Día del Libro y de la fiesta de San Jorge. En Barcelona, la diada de Sant Jordi. Será por celebraciones.
Añadamos Villalar con su vigilia comunera y con la campa que mañana, sin restricciones y sin mascarilla, espera reunir a veinte mil personas en recuerdo de Bravo, Maldonado y Padilla, con permiso de Carlos V y con permiso de Vox, que hoy cogobierna Castilla y León y que repudia esta celebración porque la considera tergiversada por la izquierda.
En su día promovió que, en lugar de celerabrar la revuelta comunera se trasladara la fiesta de Castilla y León al día que nació Fernando el Santo. Aquí, cada cual con sus preferencias.
La RAE, el templo de nuestra lengua
Hoy les saludamos desde la sede de la Real Academia Española, el templo de nuestra lengua. Aquí es donde los cuarenta y seis sabios que llamamos académicos examinan cómo hablamos quienes no lo somos para añadir palabras, incorporar expresiones o añadir y corregir definiciones a las palabras que ya existen.Trabajan con un material que está vivo y, por tanto, en estado de mutación o mudanza constante.
Contaremos esta mañana qué ocurre, por ejemplo, con expresiones que, de pronto, se ponen de moda aunque sean perfectamente incorrectas o fruto de malas importaciones de otros idiomas, el inglés, sobre todo. Qué hacen los académicos con palabros a los que toman afición los dirigentes políticos y se propagan como la mala hierba entre informadores y opinadores en programas como éste. La jerga política, mediática y tertuliánica.
Qué ocurre con expresiones de moda aunque sean incorrectas o importaciones de otros idiomas
En España nadie decía implementar hasta que alguien lo cogió prestado del inglés y se lo contagió a los escritores de discursos para gobernantes poco exigentes. No hay día que un ministro no diga poner en valor. O que una vicepresidenta promueva un proceso de escucha.
A que algo le afecte a alguien ahora le llaman producir una afección sobre el ciudadano. A gobernar le llaman gobernanza y a eludir gobernar, cogobernanza. A no tolerar, tener tolerancia cero. A repudiar, levantar un cordón sanitario. A ponerle un tope a algo, topar. A quitárselo, destopar.
A gobernar le llaman gobernanza y a eludir gobernar, cogobernanza. A repudiar, levantar un cordón sanitario
Cuánto dinero tienes se dice cuál es tu nivel de renta. Vincular las pensiones a los precios ahora se dice indexar. Y quitarle hierro a la pandemia, gripalizarla. Actuar rectamente ahora se dice respetar el código de buenas prácticas, salvo si eres Rubiales que entonces dices todo el tiempo compliance. Y a que gobierne la derecha se le llama gobierno de derechas, salvo si eres Díaz Ayuso, que entonces dices socialismo free.
Total, que entretenidos están los académicos. Y el día que se aburran, les pasamos el seminario éste que ha montado Podemos para que le hagan la traducción simultánea a ‘los imaginarios de desarrollo post-extractivista y economías heterodoxas en el sur global’, chúpate ésa, Pérez Reverte. Morado era un color entre rojo y azul, o sea hasta que se convertió en un acto de fe.
Morado era un color entre rojo y azul, o sea hasta que se convertió en un acto de fe
Hoy, en 'Más de uno', hablamos de la lengua y las palabras desde la Real Academia Española.
¿Qué entiende la ministra por bajada "generalizada" de impuestos?
Defina usted, por ejemplo, ‘generalizada’, ministra. ¿Qué entiende por generalizada? Porque ésta es, al parecer, la diferencia entre las bajadas de impuestos buenas y las bajadas inaceptables y de extrema derecha.
María Jesús Montero, ministra de Hacienda, no necesita ver los papeles que hoy hará llegar Feijóo a la Moncloa para rechazar por inconvenientes sus propuestas. Basta que Feijóo defienda la actualización de la tarifa del IRPF para rentas inferiores a cuarenta mil euros anuales para que Montero diga que dónde va. Que promover una rebaja de impuestos es empeorar la situación en lugar de arreglarla. Y que en Europa hay un consenso para que no se bajen. Como demuestra, según ella, la campaña electoral en Francia.
A la vez que repudia la bajada generalizada, el Gobierno presume de haber bajado el IVA de la electricidad a todos los consumidores
Generalizada. ¿Qué significa generalizada? Pues, interpretando a Montero, que toque el IRPF. Porque a la vez que repudia la bajada generalizada, el Gobierno presume de haber bajado el IVA de la electricidad a todos los consumidores. Todos. Y todos lo mismo, da igual cuál sea su nivel de renta.
Bajar el IVA es oportuno y progresista; bajar otros impuestos, no
Bajar el IVA es oportuno, beneficioso y progresista. Bajar otros impuestos, oiga, no. Porque genera más inflación, dice el Gobierno.
Y no lo dice sólo él: muchos economistas sostienen que si pones más dinero en el bolsillo de los consumidores para que puedan pagar los precios disparados, contribuyes a que éstos en lugar de bajar sigan subiendo. Pero claro, eso mismo es lo que ha hecho gobierno aprobando descuentos en la gasolina; eso mismo es lo que promete a nueve millones de españoles cuyo sueldo es la pensión de jubilación, que se la subirá lo mismo que suban los precios, aunque sea un 7% y sin que eso, al parecer, genere tensión inflacionista alguna.
Cuando Montero proclama que en Francia sólo la ultraderecha propone bajar impuestos sólo revela que ha tenido poco tiempo para seguir la campaña electoral francesa
Cuando Montero proclama que en Francia sólo la ultraderecha propone bajar impuestos sólo revela que ha tenido poco tiempo para seguir la campaña electoral francesa.
Macron, que seguramente va ganar (y que de ultraderechista tiene poco) ha prometido bajar el impuesto de sociedades, los impuestos de la vivienda y las cotizaciones sociales de asalariados, autónomos y empresas.
La señora Pecresse, que concurrió al frente del Partido Conservador (nada que ver con la ultraderecha) también prometía bajada generalizada de impuestos. Que Le Pen quiera bajar impuestos no debiera llevar a la ministra a caer en la burda tentación de identificar la bajada fiscal con ser de extrema derecha.
Zapatero presumía en 2008 que bajar impuestos era de izquierdas
En enero de 2008, con la inflación en el 4% y las familias sufriendo el encarecimiento de casi todo, José Luis Rodríguez Zapatero, faro del progresismo patrio, presumió de devolver por primera vez a los contribuyentes españoles 400 euros del IRPF porque bajar impuestos era de izquierdas...
Hoy Zapatero se habrá quedado de piedra al descubrir que el día que nos prometió aquello -rebaja fiscal generalizada-estaba asomando su patita de ultraderechista encubierto.
Tú también, José Luis, tú también. Hay que ver cómo cambian los tiempos.