Bienvenidos al día de la marmota catalana. La marmota de la república catalana, eso es. Hay un nuevo presidente de la Generalitat que hereda el trono del fracasado Joaquim Torra y que debe disciplina al tutor que le ha puesto ahí, un recluso que cumple condena de permiso en permiso penitenciario y que responde al nombre de Oriol Junqueras. Hay un nuevo presidente de la Generalitat que es subalterno de Junqueras (hasta que se emancipe, que se acabará emancipando) y socio en la distancia de Puigdemont el prófugo. Hay, en fin, un nuevo presidente de la Generalitat con el mismo discurso antiguo de sus antecesores y la misma determinación para mantener la falacia que alimentó el procés, este cuentito que dice que Cataluña puede autodeterminarse sin violentar la ley ni atentar contra el derecho a decidir del resto de los españoles. Este embuste de la soberanía catalana con su nuevo traje de camuflaje, que esla matraca del referéndum pactado.
Hay un nuevo presidente de la Generalitat con la misma determinación para mantener la falacia que alimentó el procés, ese cuentito que dice que Cataluña puede autodeterminarse sin violentar la ley
Pere Aragonés, 38 años, nuevo presidente autonómico de Cataluña y representante ---mal que a él le pese--- del Estado español, ha tomado posesión de su cargo prometiendo un futuro de luz y de color para todos los catalanes. Hará felices a todos y cada uno de ellos, seguro que sí. Sobre todo a la mitad de la población que abomina del procés y lleva cinco años sufriendo el desdén de sus instituciones autonómicas. La semana pasada, en el Parlamento catalán, prometió forzar al gobierno central a tragar con la autodeterminación. Ayer prometió hacerla inevitable.
[[H3:Aragonès prometió hacer inevitable la autodeterminación]]
Hacerla inevitable significa lo de siempre: el Estado, o traga o traga. Eso es el diálogo en la versión, muy poco dialogante, del independentismo. Fue un discurso de lugares comunes y de más de lo mismo. Un opositor aplicado recitando la lección como si orara. Sin el menor vuelo literario y sin relato. Autodeterminación y amnistía. Y por supuesto, la marmota catalana.
Hay que entender que el nuevo prometa que hará lo que ya hicieron los de antes sabiendo que si alguna vez le juzgan y le condenan por sabotear la Constitución y el Estatutoacudirá en su auxilio el gobierno del Estado para perdonarle el cumplimiento de la pena. Después de todo, y como dice el ministro de Justicia, indultar es una facultad del gobierno que no debe, ¿cómo dijo el ministro?, asustarnos.
Lo que provoca susto es el uso torcido de la figura del indulto
Susto no produce la figura del indulto, ministro. Si acaso lo que provoca susto es el uso torcido de esa figura. Que está prevista para reparar injusticias o porque tenga alguna utilidad pública, y que prevé que se pida criterio al tribunal que condenó en la idea de tener presente ese criterio, que es justo lo contrario de lo que el gobierno viene avanzando ya, a base de filtraciones de prensa, que acabará haciendo.
Ni el Supremo ni la Fiscalía están por la labor de indultar porque ni hubo injusticia ni hay voluntad de los condenados de corregirse
Ni el Supremo ni la fiscalía están por la labor de indultar porque ni hubo injusticia ni hay voluntad de los condenados de corregirse. Y sabiendo eso, el gobierno ya avanza que indultará de todos modos. Indulto parcial, claro, porque el total con el Tribunal Supremo en contra no puede concederlo. Parcial sí, conmutando la pena de trece años por otra más baja, de tres y medio por ejemplo, justo la que en verano llevarán ya cumplida. Un indulto agosteño.
Como ayer dijo el ministro, el indulto está regulado por una ley de 1870. Es curioso, eh: esta ley al gobierno no le parece que se haya quedado antigua. El Código Penal, que es de 1995, requiere de una modernización urgente (que rebaje las penas por sedición) pero la ley de 125 años antes sigue siendo estupenda. Permite indultar como y a quien yo quiera.
¿Qué fue de los 11.000 millones de ayudas directas?
Catorce meses después de que empezara la epidemia en España, el estado de las pequeñas empresas y los trabajadores autónomos es éste, según el presidente de la Asociación de Autónomos: "El tejido empresarial se ha quedado en pelotas". Que significa lo que miles de autónomos y pequeños empresarios de nuestro país están viviendo en primera persona: agotados los ahorros, sin más expectativa ahora mismo que la de seguir aguantando (el que pueda) y preguntándose qué fue de aquellos once mil millones de euros en ayudas directas que aprobó el Consejo de Ministros en marzo y que, setenta y cinco días después, no ha llegado a su destino.
Las ayudas directas se anunciaron pero, a día de hoy, no han llegado. Su gestión corresponde a los gobiernos autonómicos y, según las patronales, son los trámites exhaustivos y farragosos los que han provocado un enorme atasco. Lo mismo que sucedió con el ingreso mínimo vital pero en versión pymes y autónomos.
No atraviesa la relación del gobierno con las patronales su mejor momento. Al consejo de ministros de hoy tenía que haber ido la nueva prórroga de los ERTES---a seis días de que caduquen los que están vigentes ahora---. Pero aquello que hasta ahora exhibía el gobierno con su mayor mérito, acordarlo todo con patronales y sindicatos, hace agua. Apurando, apurando, la negociación se prolongó hasta la noche de ayer pero sin resultado. Ni a patronales ni a sindicatos les parece de recibo que la vicepresidenta Díaz hubiera ofrecido una prórroga y el ministro Escrivá quiera cambiar ahora las condiciones.
La vicepresidenta Díaz ofreció una prórroga de los ERTE y el ministro Escrivá quiere cambiar ahora las condiciones
Mismas reglas y mismo balón ---esto que ayer dijo Garamendi--- significa que no se modifiquen ahora las cuotas de la Seguridad Social de los trabajadores que siguen en los ERTE (para subirlas) con la coartada de que se bajan las de los trabajadores que salen del erte para volver a la actividad. En ausencia de acuerdo ---este borrón que amenaza con manchar la hoja de servicios de Yolanda Díaz--- el gobierno puede aplazar la decisión al viernes, en consejo de ministros extraordinario, o proceder por su cuenta poniéndose a patronales y sindicatos en contra. El presidente escoge.
"Fernando Simón tiene ganas de dejar el púlpito de alertólogo jefe"
Fernando Simón tiene ganas de dejarlo. No el cargo de alertólogo jefe, o sea, el director del Centro de Alertas, pero sí el púlpito. El atril al que se asoma dos veces por semana para felicitarnos, abroncarnos, dictarnos normas de conducta, lamentarse de las críticas periodísticas o hacer pronósticos que agarran al vuelo los cómicos para hacer bromas.
En principio sí habrá vacunas para todos. Más vale porque su jefe el presidente ya tiene dicho –--y redicho y vuelto a decir--- que el 18 de agosto será el gran día en que alcanzaremos la inmunidad de grupo. Como diría Simón, en principio. El portavoz nos anima a fijarnos ya menos en la incidencia acumulada y más en cuántas vacunas se han puesto. Y nos desanima a contar como si fuera una gran noticia que los turistas británicos (y de otros países) ya pueden venir de visita sin pcr ni nada.
Hay que decir que España está abierta al turismo pero en voz baja, no vayan a enterarse los turistas. Y una vez enterados, vengan. El portavoz susurra mientras su jefe, el presidente, canta victoria cada día. Normal que esté deseando quitarse de en medio.