Y no, aún no se sabe quién va a gobernar Castilla y León. O mejor, no se sabe cómo va a conseguir Mañueco ser investido presidente. La victoria canija le obliga o a pagar el precio que le ponga Vox por sus trece síes, o a trenzar acuerdos varios con Soria Ya, Por Ávila, la Unión del Pueblo Leonés, Ciudadanos (un poco a lo frankenstein, que diría el PP si se tratara de otros) para acabar pagando el precio que le ponga Vox a sus necesarias abstenciones.
Porque incluso amarrando el sí de todos los pezqueñines seguiría dependiendo Mañueco de lo que Vox quiera hacer con él. Salvo que el PSOE acudiera en su socorro. Es decir, que todo está como lo dejamos en la noche electoral.
Cómo va a conseguir Mañueco ser investido presidente
El mejor termómetro del fiasco que han encajado cuatro de los cinco partidos nacionales es el silencio de los mandamases. Sin asomar la cara y escondidos en el Twitter. Casado, Sánchez, Yolanda Díaz, Arrimadas. Sacaron a los subalternos a colocar los argumentarios.
El mejor termómetro del fiasco que han encajado cuatro de los cinco partidos nacionales es el silencio de los mandamases
El PP, exultante porque Mañueco, que ya era presidente, con un poco de suerte podrá seguir siéndolo. El PSOE,satisfecho porque ve a Casado en manos de Vox y eso le hace pensar que hay Sánchez para rato. Yolanda, porque hay muchísimos ciudadanos deseando un cambio aunque a Podemos no le haya votado casi nadie. Y Ciudadanos, porque el partido está más fuerte y más unido que nunca. En las raspas, pero como una piña.
Es pronto para dar por terminada esta historia porque Mañueco, que dedicó el día de ayer a maquillar el gatillazo, aún no ha empezado a hablar con los demás para pedirles su apoyo. En eso tienen razón los dirigentes socialistas que andan diciendo que aquí quien tiene que ver cómo saca adelante su candidatura es Mañueco.
Ni descarta gobernar con Vox ni descarta llamar a la puerta del PSOE para evitarlo. El candidato es un junco
Y si Mañueco aspira a que el PSOE le eche un cable para sacudirse de encima a Vox lo primero que tendrá que hacer es pedirlo. Hasta ahora sólo ha dicho ---lo dijo ayer aquí--- que no descarta nada. Ni descarta gobernar con Vox ni descarta llamar a la puerta del PSOE para evitarlo.
El candidato, como se ve, es un junco. Le vale cualquier cosa que le garantice seguir ejerciendo la presidencia. Y quiere que quede claro que, en esto, Casado y Teodoro García Egea pueden opinar como gusten, pero él hará lo que quiera.
Teodoro García Egea sugiere que la opción de Vox está descartada
En el PP, como van de pulso en pulso entre Teodoro y sus barones extraña poco que Mañueco esté predicando que si hay que meter a Vox en el gobierno se le mete y que García Egea esté sugiriendo que esa opción hay que descartarla.
Porque en el tablero del secretario general aparece una nueva audacia que pasa por amarrar el sí de todos los partidos pequeños para que a Vox no le quede otra que investir a Mañueco a cambio de nada. O a cambio de que no le afeen que haya impedido que gobierne la derecha. Ríndete, Abascal.
Ya vale de elecciones, dice quien alentó a Mañueco a que las convocara. Claro que tambien ensalza los gobiernos monocolor frente a las coaliciones y a renglón seguido afirma que lo de menos es qué partido tenga cada consejería.
Dado que el gran debate nacional es si Vox entra o no en el gobierno de Castilla y León, cada partido, y cada líder nacional, tendrá que tomar postura sobre qué escenario prefiere
En Vox dicen que si poco importa de qué partido sea el vicepresidente, pues ya está, que lo sea de Vox y así Mañueco lo tiene hecho.
Dado que el gran debate, nacional, es si Vox entra o no entra en el gobierno de Castilla y León, cada partido, y cada líder nacional, tendrá que tomar postura sobre qué escenario prefiere. Sobre cómo de nocivo le parece que esa entrada se consume y qué entiende que se puede hacer para que no suceda.
Tres escenarios posibles en Castilla y León
Por supuesto que en ese debate tendrán que entrar Casado y Sánchez. Quién va a entrar si no. Hay tres escenarios posibles:
- Uno: que el PP acepte las condiciones de Vox y Vox cogobierne.
- Dos: que los partidos que no son Vox, incluido el PSOE, permitan la investidura de Mañueco para que gobierne solo.
- Tres: que haya urnas de nuevo para que los votantes, otra vez, repartan cartas.
Más allá de lapropaganda, de celebrar la debilidad del adversario y de culparle de que Vox siga engordando, toca fijar postura: cuál de los tres escenarios prefiere cada uno de los líderes.
"Distingámonos del PP demostrando que la prioridad es que Vox no gobierne"
El alcalde socialista de Valladolid, Oscar Puente, se ha ganado ya el título de disidente. Contra pronóstico, y contra el criterio de la dirección nacional del PSOE, ha abogado por darle una vuelta a la posible abstención socialista.
Distingámonos del PP, dice Puente, demostrando que la prioridad para nosotros es que Vox no gobierne. Ni con el PP ni sin él. No ha consechado el alcalde un clamor entusiasta dentro de su partido, la verdad. Lo más parecido a una declaración que sintoniza con la suya es esto del alcalde de León en La Brújula de Castilla y León anoche.
Admite el alcalde leonés, José Antonio Díez, que es un asunto difícil porque el PP no ha hecho méritos para que el PSOE le saque del apuro. Pero pide, al menos, una reflexión a la Ejecutiva de su partido. Que despachó ayer la reflexión en medio minuto. Dijo el portavoz Felipe Sicilia que ni en sueños van a prestarle votos a Mañueco, él sabrá en lo que se ha metido.
A Guillermo Fernández Vara le preguntó anoche Juan Ramón Lucas y dijo, en perfecta sintonía con Ferraz, que aquí no hay caso.
El PSOE puede evitar, si quiere, que Vox tenga la llave del gobierno. Y si no lo evita es porque no quiere
El problema de este razonamiento es que equivale a admitir que el PSOE puede evitar, si quiere, que Vox tenga la llave del gobierno de una comunidad autónoma.
Y que si no lo evita es porque no quiere. El PSOE está cargado de razón cuando dice que es Mañueco quien se ha metido en este lío al convocar elecciones para liquidar a Ciudadanos. Amén.
El PSOE no tiene socios con los que pactar un gobierno alternativo
Pero el nuevo Parlamento es el que es. Con Ciudadanos reducido a la mínima expresión y con Podemos en fase terminal, el PSOE ---éste es su drama--- no tiene socios con los que poder pactar un gobierno alternativo. Es el PP el que se lo ha buscado, desde luego, pero los tres escenarios no cambian:
- Que Vox cogobierne con el beneplácito del PP.
- Que los demás permitan la investidura de Mañueco para que Vox no tenga la llave.
- O elecciones de nuevo.
Los líderes han de tomar postura. Cada uno de ellos, ¿qué escenario prefiere? ¿Y a qué está dispuesto a renunciar para hacerlo posible? Casado no quiere gobierno con Vox bajo ninguna circunstancia, eso dicen. Muy bien. ¿Eso incluye ir a elecciones de nuevo con tal de no darles lo que exigen? ¿Le pedirá, con humildad, una ayudita Casado a Pedro Sánchez?
No vaya a parecer que quien más ganas tiene de ver a Vox ya gobernando en algún sitio no es Abascal sino Sánchez
A Albert Rivera se le sigue reprochando, con razón, que cegado de antisanchismo y creyendo tener al alcance de la mano soprepasar al PP, cerrara la posibilidad de un gobierno de coalición entre él y Sánchez que hubiera desactivado a Podemos, a Esquerra y a Bildu (tres en uno) como socios necesarios. Incluso en el PSOE hay quien aún se lo reprocha. Nos echó en manos de los extremos, dicen, aparentemente dolidos.
Nada tiene de extraño que ahora se le pregunte al PSOE qué prefiere, si facilitar la investidura del ganador de las elecciones en Castilla y León o tener al PP abrazado a Vox y cociéndose en su propia salsa. No vaya a parecer que quien más ganas tiene de ver a Vox ya gobernando en algún sitio no es Abascal sino Sánchez.