Todo era como parecía que era. Dos empresas públicas del ministerio de Transportes pagaron consecutivamente un salario a una empleada que nunca le pegó un palo al agua porque había sido contratada no para que trabajara, sino para que cobrara. Gentileza del gran colocador, Koldo García Izaguirre, a sugerencia de su jefe, el ministro -amante de la empleada- José Luis Ábalos.
Un empleo fake, pero verdaderamente pagado
Jéssica Rodríguez -habrá que agradecerle la franqueza- confirmó ayer ante un juez del Supremo que no sólo no dedicó un minuto de su tiempo a cumplir con el trabajo que, en teoría, desempeñaba, es que ni siquiera supo dónde estaba físicamente el lugar en el que había de desempeñarlo. (Esto de no poder ubicar la oficina a la que una, o uno, está adscrito empieza a ser epidemia).
Habrá que agradecerle a Jéssica su franqueza y habrá que censurarle que le pagásemos un sueldo entre todos y ella lo disfrutara a sabiendas de que no debería haber cobrado un euro
Habrá que agradecerle a Jéssica Rodríguez su franqueza y habrá que censurarle que le pagásemos un sueldo entre todos y ella lo disfrutara a sabiendas de que no debería haber cobrado un euro. Porque no trabajaba. Era un empleo fake, podría decirse, pero verdaderamente pagado. Alega que ella nunca supo que Ineco y Tragsatec eran empresas públicas. Entiendo que ni siquiera preguntó. Para qué. Te dicen que no tienes que hacer nada, sólo firmar el contrato y disfrutar cuando te ingresan la nómina, y para qué vas a preguntar nada. Ahí tiene el ministro Puente otra indagación interna de ésas que le gustan: cuántos empleados más de empresas públicas cobran sin aparecer jamás por la oficina.
Todo era como parecía
Todo era como parecía. Jéssica volaba como acompañante privada de Ábalos en viajes oficiales -el tiempo libre hay que ocuparlo- y no le costaba un euro porque de los billetes y el hotel -nos lo dijo él aquí- se ocupaba Ábalos.
Yo, yo, yo. El piso de la Torre de Madrid, sin embargo, no lo pagaba el ministro. Él anima a Jéssica a emanciparse, ella escoge un piso que sale por 2.700 euros mensuales, pero no lo pagan ni ella ni él, esto sí que es raro. La contundencia con que el ex ministro dijo aquí que los vuelos los pagaba él no existe cuando se le pregunta por el piso.
La historia de amor se convierte en indicio de caso de corrupción
¿Por qué? ¿Y por qué no lo pagaba también él, si era su novia, qué problema hay en que sea él quien se hace cargo? El caso es los 2.700 euros mensuales -todo era como parecía- los pagaba Alberto Escolano, peón de Víctor de Aldama. Ya le había dicho Koldo a Jéssica que cualquier problema, con Alberto. ¿La nevera no enfría? Con Alberto.
El enchufismo es un abuso de poder propio de caraduras, pero que empresarios interesados en que les adjudiques contratos le paguen el piso a tu amante precisamente porque es tu amante es algo más grave
Y es aquí donde la hermosa historia de amor entre el ministro y la estudiante a gastos pagados se convierte en indicio de un caso de corrupción. El enchufismo es un abuso de poder propio de caraduras, pero que empresarios interesados en que les adjudiques contratos le paguen el piso a tu amante precisamente porque es tu amante es algo más grave: lo mismo puede considerarse una forma de tenerte contento -y ocultar que eres tú el que anda en tratos con la joven- como una forma de evitarte un gasto asumiéndolo ellos, que viene a ser como si te estuvieran abonando a ti los dos mil setecientos mensuales.
Como el juez se limita a investigar la corrupción, y no los devaneos sexo-amorosos de los imputados, no preguntó por el famoso correo en el que, supuestamente, Jéssica le reprochaba a Ábalos que no estuviera cumpliendo con los ingresos apalabrados, de pe a pe.
Sánchez se marcó un monólogo humorístico sobre lo ejemplar que es su gobierno
Todo era como parecía, en lo que se refiere a Jéssica, y sólo Pedro Sánchez sabe si esta historia de la relación extraconyugal, la amante colocada en empresa pública y el piso en la Torre de Madrid influyó de algún modo -o no- en la destitución del ministro en junio de 2021.
Sólo Sánchez sabe si esta historia de la relación extraconyugal, la amante colocada en empresa pública y el piso en la Torre de Madrid influyó de algún modo -o no- en la destitución del ministro en junio de 2021
Quiso ayer el destino que el mismo día que Jéssica contaba todo esto en el Supremo, el líder político que aupó a Ábalos al puesto de mando del PSOE y al ministerio con más presupuesto de inversión, o sea Sánchez, se marcara un monólogo pretendidamente humorístico ante su público cautivo sobre lo ejemplar que es su gobierno. Público cautivo o cautivado, más bien, por la vis cómica del patrocinador de Ábalos y garante de la limpieza gubernativa.
El presidente, ayer, exhibiendo su don (discutible don) para la comedia.
Los cómicos, presidente, recomiendan encarecidamente no reírse uno de sus propios chistes, cuanto más serio al colocar la guasa, mejor efecto. Lo peor del presidente bromista no es que le haya copiado, veinte años después, a Pedro Solbes la descripción del gobierno como una coalición entre el ministro de Hacienda y todos los demás.
Lo peor es que se tome como un chiste que su vicepresidenta primera tenga a doce gobiernos autonómicos levantados en armas contra su desidia a la hora de actualizar el modelo de financiación
Solbes lo decía hace veinte años doliéndose de sus dificultades para sacar adelante su criterio ortodoxo por la ductilidad de Zapatero para meterse en gastos mientras que Sánchez lo dice ahora para quitarle hierro a la gresca permanente que se traen los ministros socialistas y los de Sumar por el salario mínimo, el IRPF, el impuesto a las energéticas, el presupuesto de Defensa, la prestación universal por crianza y tantas y tantas (y tantas) otras cosas.
Lo peor no es el plagio del presidente -éste no requiere de turnitín-, lo peor es que se tome como un chiste que su vicepresidenta primera tenga a doce de los quince gobiernos autonómicos del régimen común levantados en armas contra su desidia a la hora de actualizar el modelo de financiación y su utilización del ministerio como herramienta de combate contra los gobiernos autonómicos. Que siga la fiesta.
Cuál es el chiste. Dónde está la gracia
Aquí a quien hay que preguntar no es al humorista sino al público: cuál es el chiste. Dónde está la gracia. ‘Oye que te quito algo de la deuda’.
Oye, que te quito algo de la deuda. ¿Para ponérsela a quien, presidente? Y luego, que si el rigor. Y la desinformación
Qué precisa, rigurosa y matizada la explicación del presidente sobre este trascendental capítulo de su actividad en el gobierno (siete años después de llegar al cargo). Oye, que te quito algo de la deuda. ¿Para ponérsela a quien, presidente? Y luego, que si el rigor. Y la desinformación. Y las medias verdades.
La prueba de descargo usada por Mazón
Que Carlos Mazón ya no remonta es una obviedad. Por sus cambios de versión, por su falta de precisión sobre qué hacía, y dónde, en cada momento del 29 de octubre y, sobre todo, por su falta de diligencia a la hora de advertir la dimensión de la tragedia y anteponer la necesidad de recursos inmediatos al celo por preservar sus competencias. Pero que hoy ya son otros quienes están en situación apurada por haber afirmado que estaba en el Cecopi antes de la hora que él decía también es un hecho.
El gobierno valenciano difundió ayer la imagen captada por la cámara que hay en la puerta del Cecopi en el momento en que entra Mazón. Y ahí aparece que eran, en efecto, las ocho y veintiocho minutos de la tarde, diecisiete minutos después de enviado el sms de alerta a la población -sobre la presa de la Forata, que no el Poyo-.
Difundió el documento el gobierno autonómico para desmentir a quienes mantienen que Mazón fue visto mucho antes. A las ocho menos cuarto, dijo Compromís invocando a un testigo cuyo nombre no ha dado. Varios testigos, sostiene Televisión Española, a quien Mazón ha reclamado formalmente que rectifique. O los testigos dan la cara y aportan alguna prueba de que Mazón estuvo allí antes o, en lo que se refiere a la hora de llegada, la razón está de parte del presidente valenciano.
Haber tardado tanto en llegar desde donde estuviera Mazón hasta el Cecopi ha pasado de ser un borrón en el comportamiento del presidente a ser exhibido por éste como una prueba de descargo
La delegada del gobierno central, Pilar Bernabé, habrá de precisar un poco más qué significa que ella no vio a Mazón hasta que se envió el sms.
Ocurre que la delegada del gobierno, como ella misma está harta de explicar, no estaba en el Cecopi. Asistía telemáticamente. Ella veía a quien estuviera en cámara, supongo. La frase ‘cuando vi al presidente es cuando se mandó el sms’ puede interpretarse como que fue a la vez: se envió el sms y allí estaba Mazón, pero ahora se ve que no es así. Salvo que alguien demuestre que la imagen de ayer está mal minutada, o manipulada, habrá de admitir la delegada que ella no pudo ver a Mazón hasta diecisiete minutos después de enviado el sms. Porque antes no estaba.
Resulta que haber tardado tanto en llegar desde donde quiera que estuviera hasta el Cecopi ha pasado de ser un borrón en el comportamiento del presidente a ser exhibido por éste como una prueba de descargo. Si hubiera llegado a las diez, quién sabe, aún se sentiría más liberado.
La jueza solicita una cronología precisa de aquella tarde y los días posteriores
La jueza que instruye la causa ha encargado a la Guardia Civil una cronología precisa de aquella tarde y los días posteriores. Los periódicos ya publicaron cronologías detalladas en noviembre, pero es verdad que el gobierno valenciano ha modificado ya tantas veces la versión oficial, que mejor ponerse en manos de la policía judicial. A ver si por una vez, el informe que haga no es denigrado ni por el PP ni por el PSOE, que de todos los colores las hemos visto ya.
En esta causa judicial, por cierto, está está personado como acusación popular el partido en el que milita el ministro de Justicia. Cuya opinión sobre la figura de la acusación popular es ésta.
No sé cómo le sentará esta descripción a su colega de gabinete Diana Morant, responsable del PSOE valenciano y responsable de convertir a su partido en acusación popular, quiero pensar que no para filtrar documentos, filtrar vídeos y perseguir personas.
