Buenos días desde Onda cero y en el recuerdo a quien fue una de nuestras voces más conocidas, y queridas, en la programación local de Onda Cero Valladolid.
Se murióVicente Ballester, el locutor con mayúsculas que hizo grandes nuestros programas locales, desde el mismo nacimiento de nuestra cadena, allá por el año 90, hasta que se jubiló. Fue cambiando el título del programa, Si así os parece Valladolid, Protagonistas Valladolid, Valladolid en la Onda, pero permaneció el programa porque el programa era su presentador.
Vicente Ballester tuvo como teloneros a un tal Del Olmo o a un tal Herrera, conscientes los dos de que nuestros oyentes vallisoletanos les escuchaban a ellos pero sólo mientras esperaban a que empezara Vicente. Nuestro abrazo a Marisol, al resto de su familia a la familia de Onda Cero Valladolid.
Yolanda Díaz dio un ultimátum a Sánchez sobre el Estado de Palestina
El riesgo de dar un ultimátum con fecha fija es que llegado el día se compruebe que no te han hecho ni caso y quedes como insignificante. Yolanda Díaz, número tres -sobre el papel, sólo sobre el papel- del gobierno de España, se vino arriba el domingo mientras mitineaba en Tarragona -modesto mitin, dijo El País- y, sabiendo que su marca política va camino de quedar sexta en las elecciones del domingo, de nuevo con menos votos que Vox y esta vez con la mitad de escaños que el PP, echó mano de una bandera que en Sumar tienen por movilizadora y emplazó al presidente Sánchez, hoy obsesionado con la máquina del fango, a recordar que tiene pendiente el reconocimiento prometido del Estado Palestino y a no esperar un día más para consumarlo. Fijó una fecha la vicepresidenta dos. Siete de mayo. O sea, hoy.
Si hoy el Consejo de Ministros deja pasar la ocasión de reconocer ya el Estado Palestino habrá quedado en evidencia que el peso de la número tres y su influencia sobre el número uno es equiparable a la de la ministra de Infancia
Si hoy el Consejo de Ministros, como se presume, deja pasar la ocasión de reconocer ya el Estado Palestino habrá quedado en evidencia que el peso de la número tres y su influencia sobre el número uno es equiparable a la de la ministra de Infancia o el ministro de Cultura.
‘No se puede perder un día más’, dice la vicepresidenta. Aún no toca, dice en voz baja el ministerio de Exteriores. El viernes tiene cita Albares con el ministro estadounidense de Exteriores, que una cosa es que España sea autónoma y otra que no cuide las formas con el gobierno de Biden, que para algo es progresista y no como el de Milei en Argentina, que es muy de derechas y por eso no hay por qué cuidar forma alguna como ayer dejó claro el PSOE.
La última vez que estuvo Albares en este programa le preguntamos qué criterio usará el gobierno para determinar cuál es el mejor momento para reconocer el Estado Palestino.
Se hará cuando el presidente entienda que ha de hacerse
Se hará cuando el presidente entienda que ha de hacerse, sólo faltaba. Y diga lo que diga Yolanda Díaz, el presidente se guarda esta carta para la campaña de las elecciones europeas, más necesaria, debe de entender él, que en la campaña de las catalanas. A la vicepresidenta le preguntaron ayer en TVE qué fue de aquel viaje que anunció a Palestina, qué ha pasado.
El reconocimiento del Estado no puede esperar un día más, pero su viaje sí porque la campaña es prioritaria
Lleva cuatro meses trabajándose su viaje fantasma a Palestina. Y ahora su explicación es que está en campaña electoral en España. El reconocimiento del Estado no puede esperar un día más, pero su viaje sí porque la campaña es prioritaria. Cada uno, o cada una, se engaña como prefiere.
En Oriente Próximo intenta abrirse camino una tregua
Mientas en España va abriéndose camino la operación acampada en los campus, a imagen y semejanza de lo que ha ocurrido en Estados Unidos o en Francia, en Oriente Próximo lo que intenta abrirse camino es una tregua apadrinada por Egipto y Catar -dos gobiernos autoritarios- que ha sido aceptada ya por Hamás y que Israel dice estar estudiando.
Si el gobierno al que tienes por aliado no hace caso a lo que le pides, eres tú quien ve su peso político menguado
Lo que ocurre es que, a la vez que la estudia, sigue adelante con la orden de evacuación de la ciudad de Rafah y el bombardeo previo a la entrada de las tropas terrestres, en contra del criterio de Joe Biden y dejando al presidente de los Estados Unidos en una posición delicada. Si el gobierno al que tienes por aliado no hace caso a lo que le pides, eres tú quien ve su peso político menguado.
Todos a por Illa
A cinco días de que los catalanes elijan nuevo Parlamento autonómico, y con las encuestas que se siguen haciendo vedadas ya a la opinión pública fruto de una legislación arcaica, los candidatos apuran sus mensajes sin aportar novedad alguna.
La experiencia nos enseña que nada de lo que dicen los líderes en campaña respecto de con quién pactarían y con quién no, a quién investirían y a quién no, a qué parte de su programa estarían dispuestos a renunciar tiene el más mínimo valor. En el debate de La Sexta, anoche -todos a por Illa- repitió el maillot amarillo que si puede gobernará en solitario y si no, intentará un gobierno de coalición y que hablará con Esquerra y con Junts, y con Sumar, y con el PP, a ver qué se puede hacer, y que si él gana lo natural es que intente ser investido él. Incluso si, en principio, los números no le dan.
Si el domingo se cumplen las encuestas el bloque independentista habrá perdido la mayoría absoluta
Puigdemont no ha estado en ningún debate porque no reside en Cataluña desde hace siete años, lo que no es obstáculo para que se presente a presidente con la promesa de que estará en la ciudadela el día que se vote la investidura. Y a ser posible, claro, ya amnistiado.
Si el domingo se cumplen las encuestas, Puigdemont podrá presumir de haber arrollado a su ex colega Junqueras y a su pupilo emancipado Pere Aragonés. Pero sólo de eso podrá presumir porque el bloque independentista habrá perdido la mayoría absoluta de que disfrutó los ocho años en que funcionó como un bloque.
Ábalos pareció que se divertía en la comisión de investigación
En contra de lo que sesudos analistas previeron, las dos comisiones de investigación sobre los koldos y las mascarillas en las Cortes no han tenido el menor impacto en las expectativas electorales de los partidos. Singularmente del PSC, cuyo candidato era el ministro de Sanidad cuando se produjeron las adjudicaciones y que ha tenido que comparecer en las dos comisiones a la vez que hacía campaña.
Illa salió indemne del interrogatorio de sus contrarios en el Senado tal como Ábalos salió indemne también ayer. Incluso pareció que se divertía dando réplica a quienes intentaban cazarle en algún renuncio o arrinconarle políticamente. Bueno, arrinconado ya está, por obra y gracia de su partido, el PSOE. De nuevo fue más duro con Santos Cerdán que con el propio Koldo. De quien dijo que ignoraba el patrimonio que ahora se le atribuye y que estuviera demasiado activo cuando las ofertas de mascarillas, incluso que se viera personalmente con el ministro de Sanidad.
Incluso pareció que Ábalos se divertía dando réplica a quienes intentaban cazarle en algún renuncio o arrinconarle políticamente.
Confirma Ábalos que a Barajas, cuando aterrizó Delcy, acudió el omnipresente Víctor de Aldama, pero dice que no iba con él, que le pregunten a Aldama qué hacía allí. Ah, y desmiente a Koldo sobre las maletas. Porque Koldo le dijo a El Mundo que fueron descargadas seis maletas grandes y seis pequeñas que después volvieron a subirse al avión. Y sostiene Ábalos, sin embargo, que lo de las maletas es un bulo.
Urge juntar a Koldo con Ábalos para que aclaren lo de las maletas
Dos eran dos los empleados públicos, y buenos amigos, que acudieron a Barajas a despachar con Delcy: uno era el ministro, Ábalos, el otro era el hombre para todo del ministro, Koldo.
Uno dice que nunca hubo maletas: sólo el equipaje de Delcy que se llevó con ella a Doha. El otro dice que hubo doce maletas que se bajaron y se volvieron a subir al avión. Urge juntar a Koldo con Ábalos para que se aclaren entre ellos (o se aclaren el uno al otro) si hubo maletas o hubo bulo. Y qué hacía, mientras tanto, Víctor de Aldama.