Impecable nunca fue un rasgo objetivo de la proposición de amnistía que redactó el gobierno al gusto de la corte puigdemónica. ’Impecable’ siempre fue una opinión de parte; es como quería ver, y que fuera vista, su amnistía el Partido Socialista. Es como decir de ti mismo que nunca has cometido falta alguna. Lo dices tú. ¿Qué vas a decir? ¿Qué valor tiene? Ninguno.
Por mucho tono categórico que le pusiera Patxi López, letrado mayor del PSOE, o el ministro Bolaños, ingeniero jefe de los proyectos jurídicos de Sánchez, cuando el debate nacional se pretendía que fuera si amnistiar era constitucional o todo lo contrario, por mucho tono de ‘no cabe duda’ que pusieran aquello nunca pasó de ser la defensa cerrada que uno hace de sí mismo. Y de sus pretensiones.
La "impecable" ley de amnistía
Lo de que el grupo socialista estuviera ‘plenamente convencido’ ya era discutible, porque el grupo socialista se convence plenamente de lo que cada día le ordena la Moncloa convencerse. Pero, en efecto, en el mejor de los casos era un convencimiento tan interesado y tan sólido como el que tenían tres meses antes respecto de todo lo contrario, lo imposible que era encajar una amnistía en el marco constitucional que rige en España.
¿Es justo dejar impune a Puigdemont?
Hace tiempo que el debate sobre este asunto -¡el asunto!- viró hacia un terreno menos jurídico y más interesante, que es si dejar impune a Puigdemont, o al señor Jové (con el que ayer departió por videollamada el ministro de Justicia), o a los del tsunami democrátic es justo, es merecido, es aceptable y es positivo no para los amnistiados sino para el país.
Entre el sesenta y el setenta por ciento de los españoles, según las encuestas, opinan que no lo es, ni justo, ni merecido, ni positivo. Tal como la mayoría de la sociedad, según las encuestas, no requiere de pedagogía alguna para entender el porqué de dejar impune a Puigdemont y a Jové y a los tsunami: para que hubiera investidura de Sánchez.
Pero aquel debate inicial que hubo, respecto de la constitucionalidad de la medida, sigue sin estar resuelto. No lo estará, probablemente, hasta que el Constitucional se pronuncie en caso de recurso. Y aún así (acuérdese de lo que pasó con el Estatut). Para entonces la amnistía ya habrá sido aprobada por las Cortes, habrá entrado en vigor, Puigdemont habrá regresado a España y los procesados por terrorismo habrán quedado limpios de polvo y paja abortada la posibilidad de que llegara a existir contra ellos una sentencia firme.
Los letrados de la comisión de Justicia del Congreso discrepan del gobierno sobre la amnistía
Pero entretanto, el debate jurídico ahí sigue. Y a aquella proclamación tan sonora sobre lo constitucionalísima que es esta amnistía, y a los diez folios que el proyecto dedica -exposición de motivos- a sostenerlo por todos los medios posibles le ha salido un soberano reparo en forma de examen de los letrados de la comisión de Justicia del Congreso. Que aunque formalmente escriben que la proposición les ‘plantea dudas’, en realidad ellos mismos se las despejan y no precisamente en la dirección que le habría gustado al gobierno.
La amnistía no figura expresamente en la Constitución porque se decidió que no figurara
Su informe encabalga argumentos para concluir que la amnistía no figura expresamente en la Constitución porque se decidió que no figurara. No es que esté prohibida, es que se dio por hecho que en la España democrática, tras la amnistía del 77, no cabía ya amnistía alguna precisamente porque el nuevo marco legal era estrictamente democrático. Para hacer constitucional lo que no lo es sólo hay un camino: reformar la Constitución.
Objeciones al texto del PSOE
Señalan, además, leído el texto que presentó el PSOE, algunas otras objeciones:
· Una, que añadir ahora en el Código Penal que entre las causas para que a un condenado se le extinga la pena está la amnistía es contradictorio con presentar esta ley como algo excepcional, singular, sólo para una vez.
· Dos, que se describe la amnistía en términos elásticos, tanto en el arco temporal de los hechos que quedarían cubiertos (muy anteriores a 2017 y muy posteriores) como a los posibles beneficiados.
· Y tres, que personas que podrían haber llegado a estar condenadas en firme por delito de terrorismo quedarían impunes porque la amnistía también les cubriría a ellas. Este aspecto es interesante porque es donde el gobierno tiene detectado que su ley es más cuestionable. Dejar impune el terrorismo en la Unión Europea no cabe. Metieron aquella coletilla de que no serán amnistiados quienes estén condenados en sentencia firme. Pero, como señalan los letrados, en realidad lo que están diciendo es que un procesado por terrorismo al que no dé tiempo a imponer condena firme queda exonerado aunque haya ejercido el terrorismo. Si usted aborta un procedimiento judicial antes de que termine, está impidiendo que exista sentencia firme. Y por tanto, está ajustándolo usted a lo mismo que ha establecido en la ley para que esos procesados se libren.
Un procesado por terrorismo al que no dé tiempo a imponer condena firme queda exonerado aunque haya ejercido el terrorismo
Dices: para ser impecable, le han encontrado unas cuantas tachas.
La amnistía no corre riesgo de no aprobarse
¿Está en riesgo que la amnistía llegue a aprobarse? En absoluto. Los promotores de la cosa ya han dicho que estudiarán el informe con enorme interés. Y que bah, hay tantos informes de tanta gente, que es uno más.
Que sí, que vale, que los letrados hablen. Pero a quién puede preocuparle que la impunidad sea, o no, constitucional, viendo lo maravillosamente bien que hoy está Cataluña. Y más ahora que se le van a delegar las competencias en inmigración no se sabe por qué ni para qué.
Para qué va a estudiar el gobierno otro informe si él ya se erigió en juez y parte y calificó su propio proyecto de perfectamente constitucional. Para qué lo va a estudiar si primero fue la decisión de que unos cuantos actos delictivos quedaran impunes y luego la ingeniería legal para encajarlo, aunque fuera a martillazos, en el marco constitucional. El patrón siempre es el mismo.
Acuérdese de la malversación. Había que modificarla en el Código Penalpara evitar la prisión a Lluis Salvadó y Josep María Jové, dos de los hombres de Junqueras que están procesados por un juzgado de Barcelona. Procesados por corrupción pero colocados uno en el puerto de Barcelona y el otro de presidente del grupo parlamentario de Esquerra en el Parlament.
Luego el Supremo le aguó la fiesta haciendo una interpretación del Código que ni Esquerra ni el gobierno esperaban y por eso ahora están obsesionados con blindar la amnistía: sacad vuestras manos, jueces, de nuestra máquina de exonerar.
Con este Josep María Jové, procesado y para el que la fiscalía pide siete años de cárcel, es con quien estuvo repasando ayer el ministro de Justicia las enmiendas a la ley de la que será directo beneficiado. Mientras Cerdán las repasaba con el delegado de Puigdemont, señor Turull, en una reunión perfectamente opaca y de la que el PSOE, partido de la transparencia, no ha querido que se sepa nada.
Coincidieron en Davos Sánchez y Milei pero no hicieron por verse
Coincidieron en Davos, pero no hicieron nada por verse, el muy socialdemócrata Pedro Sánchez y el muy libertario Javier Milei. Nuestro presidente ya es un habitual del Foro de Ricos y Poderosos, pero el argentino es debutante. Sólo por eso, y con permiso del presidente, era lógico que despertara más interés.
A Sánchez lo presentó, como el año pasado, el noruego Borge Brende, que es conservador pero lo cubrió de elogios. Dices: mira, así se ve a nuestro presidente por ahí fuera. Ya, lo que pasa es que es tradición que a quien habla en el Foro de Davos lo presenten haciéndole la ola.
Mira, si no, cómo presentó a Milei el presidente ejecutivo del Foro. ¿A quién le hicieron la pelota más? "Usted ha traído Argentina de vuelta al Estado de Derecho". En exaltación de su figura, Milei ganó a Sánchez. En aplausos al final de su discurso, no.
Milei hizo un discurso contra la devaluación de Occidente
El argentino se marcó un mítin contra la devaluación de Occidente, entregado al socialismo y secuestrado por la casta política que dilapida el esfuerzo de los empresarios.
Le aplaudieron sólo quienes estaban en la primera fila. Que siempre son los miembros de la comitiva del que habla y ejecutivos de empresas de su país. Sánchez repitió su tradicional discurso contra el neoliberalismo y a favor del Estado, menos beligerante que el del año pasado, tan celebrado aquel en la órbita de Yolanda.
En exaltación de su figura, Milei ganó a Sánchez. En aplausos al final de su discurso, no
En aplausos ganó Sánchez, sin grandes ovaciones tampoco. Pero arropado en la primera fila por Cuerpo, por Albares, por Pallete. Luego se vio el presidente con los ejecutivos de grandes compañías españolas, que si Entrecanales, que si Reynés, que si Sánchez Galán, que si Imaz, que si Rafael del Pino.
La organización les cedió una salita mortecina y canija para que pudieran verse un minuto y hacer la foto, que es lo que más aprecia, entiendo la Moncloa. Muy lucida no ha quedado. Un cuarto pequeño con una mesa, un televisor y unas cuantas sillas pegadas a la pared, apretados, las manos cruzadas y posición corporal de a ver si esto pasa pronto. Pero retratarse, se retrataron. Con once hombres -creo haber contado- y una señora.