OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Begoña Gómez está como estaba"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la noticia de que Begoña Gómez está investigada por tráfico de influencias y corrupción en los negocios desde el primer día que el juez abrió diligencias. Un hecho que Sánchez conocía antes de replantearse su futuro al frente del gobierno.

🔴 Las implicaciones que tiene para Begoña Gómez estar 'investigada' por sus negocios

Carlos Alsina

Madrid |

Hoy toca recular y desdecirse. Cada vez que en los últimos treinta días les dije que Begoña Gómez estaba denunciada por Manos Limpias pero no investigada, me columpié. Porque sí lo estaba. Su condición procesal es el de investigada desde el mismo día en que el juez abrió diligencias previas sobre la denuncia. De modo que todo aquello que les dije de que el juez Peinado indagaba sobre el material aportado por Manos Limpias antes de decidir si había base para imputarle algún delito (o investigar por algún delito) a la señora Gómez no era exacto.

La investigaba ya, sin esperar a que la UCO le informara de si había o no había indicios; la investiga por tráfico de influencias y corrupción en los negocios; y le comunicó el veintidós de abril que ésa era su situación legal: investigada. Aunque, en rigor, aún no le impute nada. Y aunque en rigor, esté como estaba. Es decir, que esto de investigada viene a ser como estar denunciada y a la espera de que el juez decida si le imputa algún delito y con qué base.

Se cambió la ley y el nombre de las cosas

Es un fascinante debate jurídico y terminológico fruto de la reforma de la ley de 2015. Antes a quien era objeto de una investigación judicial se le llamaba imputado. Y los partidos políticos estaban deseando que un juez imputara a sus rivales para exigirles que se aplicaran la doctrina -injusta doctrina- de que el imputado tiene que irse a su casa.

Los partidos políticos estaban deseando que un juez imputara a sus rivales para exigirles que se aplicaran la doctrina -injusta doctrina- de que el imputado tiene que irse a su casa

Luego se cambió la ley y el nombre de las cosas. Donde había imputado pasó a haber investigado y encausado, el primero si sólo se indaga sobre él, el segundo cuando ya se le cita para informarle de qué delitos se le imputan y basándose en qué indicios. Eso conduce a este debate, ligeramente estéril pero muy vehemente, respecto de si Begoña Gómez está imputada o, como decíamos hasta ayer, sólo denunciada. Pues ni lo uno ni lo otro: ¿situación oficial? Investigada. Ni para ti ni para mí.

Begoña Gómez estaba investigada desde el primer día

¿Quiénes lo sabían antes de que se levantara el secreto del sumario? Lo sabían las partes personadas en la causa (o sea, Gómez, su abogado, los denunciantes, la fiscalía) y lo sabía el marido de Gómez, Pedro Sánchez. Y lo sabía Alberto Núñez Feijóo, a quien yo mismo corregí el lunes -y ahora veo que corregí mal- cuando él se refirió a Gómez como investigada en un juzgado y yo le maticé que era denunciada.

Pues las dos respuestas eran sí. Feijóo lo sabía, yo no. Feijóo estaba al tanto de que la condición de Begoña Gómez era investigada. Se lo preguntó a Sánchez en el Congreso hace una semana.

El viernes pasado, el diario El País ya informó, citando fuentes de la instrucción judicial, de que Gómez tenía esa condición desde el primer día. Los documentos del juzgado conocidos ayer, ahora que ya no hay secreto, confirman que esa información era correcta.

Pedro Sánchez lo sabía bastante antes

Pedro Sánchez lo sabía bastante antes que El País y que Feijóo. El juez se lo comunicó a Gómez el 22 de abril. El 24 fue la carta de San Pedro a los corintios. Sorprendió -lo recordarán- que unas meras diligencias previas llevaran al presidente a replantearse su vida: hoy sabemos que no eran sólo unas diligencias, era una situación procesal que anticipa que Gómez acabará siendo, probablemente, citada en el juzgado en compañía de abogado.

Hoy sabemos que no eran sólo unas diligencias, era una situación procesal que anticipa que Gómez acabará siendo, probablemente, citada en el juzgado

El día 24 Sánchez escribe su carta. El 29 le pregunta Fortes en TVE si cree que su esposa acabará investigada (ahora sabemos que lo estaba desde muchos días antes).

Pareció que el presidente respondía que el caso no terminaría con su esposa imputada. Pero ya sabía que lo estaba, luego en su respuesta lo que hizo fue dejar pasar la ocasión de precisar que, en contra de lo que todos pensábamos, ese escenario ya había llegado.

¿Cuál es la diferencia entre ser investigada o no serlo?

¿Cuál es la diferencia entre ser investigada o no serlo? En términos de culpabilidad, ninguna. Begoña Gómez sigue siendo tan inocente, mientras no se demuestre lo contrario, como cuando pensábamos que sólo estaba denunciada. Incluso lo seguiría siendo si alguna vez el juez decidiera que hay razones para llevarla a juicio, procesándola.

En términos políticos la diferencia es que una esposa de presidente investigada por corrupción suena más grave, pesa más -erosiona más- que una esposa de presidente simplemente denunciada por Manos Limpias. Porque permite afirmar que es el juez, no Manos Limpias, quien aprecia indicios de una actividad delictiva. Que es justo lo que Patxi pasó por alto ayer al afirmar que aquí hay que elegir: entre la UCO y Manos Limpias.

En términos políticos una esposa de presidente investigada por corrupción suena más grave, pesa más

Pregúnteselo al juez, que es quien dirige esta causa. Y cuya decisión de investigar a Begoña Gómez sin esperar a tener ni investigación de la UCO ni indicios sólidos responde a su percepción de que podría haber caso. En los documentos conocidos ayer no aparecen esos indicios; en el informe de la UCO, tampoco. Pero como el juez la llama investigada, pues investigada queda.

El asunto servirá de munición a quienes achacan un comportamiento inaceptable al presidente y su esposa y servirá de munición a quienes achacan al juez lawfare y empeño en imputar a Gómez fuera como fuera. Y además estamos en campaña electoral. Y hay sesión de control, hoy, en el Congreso. Para qué queremos más.

Netanyahu imputa a Sánchez y Yolanda de promover el genocidio de los judíos

A once días de las elecciones europeas, ministros de Exteriores de países árabes peregrinan a Madrid a agradecer al presidente Sánchez el reconocimiento del Estado palestino. Los medios recordamos ayer cuál es el reparto del territorio conforme a las líneas marcadas en el año 67. Lo que impresiona es ver cuál habría sido el reparto si los países árabes hubieran aceptado los dos estados del año 48, mucho más territorio palestino del que hay hoy y mucha menos superficie para Israel. Pero la historia no tiene marcha atrás.

El gobierno español dice estar trabajando por el futuro y se revuelve, por injustas, contra las acusaciones del gobierno israelí, que sigue elevando el tono. Ayer ya imputó abiertamente a Sánchez y Yolanda Díaz promover el genocidio de los judíos -¿en qué quedó esto que se llamaba diplomacia?-. Medio gobierno español llama genocida a Netanyahu -incluidas la ministra de Defensa y la ministra de Energía- y el ministro de Exteriores israelí llama a Sánchez cómplice de incitación al genocidio judío.

Medio gobierno español llama genocida a Netanyahu y el ministro de Exteriores israelí llama a Sánchez cómplice de incitación al genocidio judío

Albares promete respuesta, pero no dice cuál será. Digamos que el gobierno ha reaccionado a la acusación de genocida contra Yolanda Díaz con menos beligerancia con la que respondió a la acusación de corrupta contra Begoña Gómez. Las comparaciones son odiosas. Al menos en esto del reconocimiento del Estado Palestino la vicepresidenta dos sí coincide con el presidente al que sirve; empiezan a ser ya excepcionales las coincidencias.

Yolanda Díaz se queja del gobierno opaco

No así en la política hacia Ucrania. Enternece escuchar a la vicepresidenta rasgándose las vestiduras por la falta de transparencia del gobierno de España.

Amable recordatorio a la líder de Sumar: ese gobierno opaco que oculta el debate a los españoles (y las españolas) tiene como número tres a una señora que es clavadita a ella. Tanto, que es ella. Ella es la vicepresidenta segunda del gobierno desleal a los españoles (y las españolas). Por si quisiera darle una vuelta.

Monólogo de Alsina 29/05/2024