OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Dejen al Parlamento hacer lo que es suyo"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la urgencia del PSOE por renovar el Consejo General del Poder Judicial, una falsa obligación que se ha atribuido el gobierno para justificar que sea él quien lleve la iniciativa y quien negocie con el PP.

📻 Vicente Guilarte expresa su desánimo por el bloqueo en el CGPJ: "Esto es insostenible"

🔴 Sánchez amenaza al PP con quitar al CGPJ la facultad de nombrar a sus jueces si no pactan antes de julio

Carlos Alsina

Madrid | 13.06.2024 08:50

Una de las aptitudes más apreciadas en el maravilloso mundo del trilerismo político es la de achacar al adversario las intenciones, perversiones y maniobras que en realidad tiene uno mismo. Y en eso, como en tantas otras cosas de la política distorsionadora y desinformadora de nuestro tiempo el rey del mambo -lo siento por sus adversarios- es Pedro Sánchez.

El interés por tener mayoría de vocales afines en el CGPJ

Seis años después de llegar al poder, seis años con el CGPJ sin renovar, el presidente nos invita a caer en la cuenta de que el interés del PP por tener mayoría de vocales afines en el CGPJ es que son estos vocales los que luego nombran a los jueces del Supremo, las Audiencias y los Tribunales Superiores. Núñez de Balboa descubriendo el océano Pacífico.

Naturalmente que ése es el interés principal. Bien lo sabe el presidente, que lidera un partido que tiene exactamente el mismo interés. Si no de qué iba a estar tan decidido a cambiar ese Consejo para que haya de una vez mayoría de vocales afines a su causa y que pongan en el Supremo a jueces de los buenos, es decir, de izquierdas. Si no de qué iba a llevar seis años hablando de la renovación del CGPJ, y las funciones del CGPJ, como si fuera competencia suya.

Si no de qué, presidente -si no de qué- iban a llevar cuarenta años el PP y el PSOE cambiando cromos y sexando políticamente a los vocales antes de meterlos en su lista. Si no de qué iba a haber maniatado usted a los vocales que hay ahora para que no puedan hacer un solo nombramiento. La facultad de hacer nombramientos es justo la que no tiene el Consejo que hay ahora porque él se ocupó de que dejara de tenerla.

Una de las aptitudes más apreciadas en el maravilloso mundo del trilerismo político es la de achacar al adversario las intenciones, perversiones y maniobras que en realidad tiene uno mismo

Esto de ahora es un remakede aquella brillantísima operación política que consistió en maniatar al CGPJ para que el PP aceptara de una vez pactar nombres o para que los vocales dimitieran en bloque: brillantísima en la cabeza del presidente, pero luego no sirvió para lo que se pretendía pero sí sirvió para que el Supremo y los Tribunales Superiores se poblaran de vacantes que nadie puede cubrir: Lesmes lo bautizó, acuérdese, como el estropicio.

Deje al Parlamento lo que corresponde al Parlamento

Prediquemos una vez más en el desierto y animemos al presidente Sánchez, ahora que va a erigirse en el aenor de nuestra calidad democrática -el certificador de qué es aceptable y qué no- a ocuparse de sus competencias y no meterse en lo que no le corresponde. El CGPJ no es cosa suya. La elección de los vocales le corresponde al Parlamento y la regulación de su funcionamiento le corresponde al Parlamento. Deje al Parlamento lo que corresponde al Parlamento. ¿Dónde está Francina Armengol cuando se la necesita para defender la autonomía y las funciones de la Cámara?

No es verdad que el gobierno tenga la obligación de asegurar que el Consejo se renueve. La falsa obligación se la ha atribuido él para justificar que sea él quien lleve la iniciativa, quien negocie con el PP, quien impulse reformas legales y quien emita ahora ultimátums con fecha incluida: entérate Feijóo de que o pactas los sillones de una vez o te vuelvo a cambiar la ley y me invento otra forma de nombrar jueces del Supremo.

No es verdad que el gobierno tenga la obligación de asegurar que el Consejo se renueve

Dos preguntas inocentes: una, ¿el presidente cree que a los jueces los puede nombrar un poder distinto al judicial?; dos, ¿por qué habla en nombre de una mayoría que no tiene? Si ningún grupo parlamentario tiene idea de qué se le pasa por la cabeza al presidente -tampoco el suyo, como demuestra Patxi constantemente-, ¿por qué habla como si cualquier propuesta suya fuera a salir adelante?

Quien planteó hace ya muchos meses que a los jueces del Supremo no los eligieran directamente -la palabra clave es directamente- los vocales del CGPJ fue su actual presidente, el señor Guilarte, que no es juez sino abogado y fue propuesto por el PP. Lo planteó como antídoto, precisamente, a la obsesión de los partidos por sentar afines en el Consejo. Y como vía para que los partidos, y el gobierno, dejen de usar el CGPJ como campo de batalla y a los vocales como soldados de sus ejércitos respectivos.

Guilarte les da ideas por si tuvieran a bien valorarlas

Eso es, déjennos en paz. Y ya que ustedes, diputados y senadores, llevan seis años sin dar un solo paso para que la renovación se desbloquee -diputados y senadores que han asumido mansamente que Sánchez y Feijóo hablen por ellos-, Guilarte les da ideas por si tuvieran a bien valorarlas. Obsérvese lo que ha ocurrido: Guilarte envía su propuesta, argumentada, a las presidencias del Congreso y del Senado, no a la Moncloa porque la Moncloa no pinta nada en esto. Pero quien se hace eco de ella y la abraza parcial e interesadamente es la Moncloa, el gobierno, Sánchez.

Aceptar que los doce vocales se elijan de entre esos cincuenta mediante un sorteo

Parcial e interesadamente porque Guilarte tiene hecha una segunda propuesta que se podría aplicar ya mismo, como diría el profesor Rodríguez Braun. Mire qué sencilla: como el Congreso y el Senado tienen ya una lista de cincuenta jueces avalados por sus colegas para ser vocales, que la presidenta del Congreso y el presidente del Senado insten a los grupos parlamentarios a aceptar que los doce vocales se elijan de entre esos cincuenta mediante un sorteo. Los cincuenta están capacitados, no queremos que influya su color político, pues se meten los nombres en un bombo y que San Ildefonso reparta suerte.

Si hay que darle solemnidad al sorteo se le pide prestado a Loterías del Estado un bombo de los grandes y se pone en el centro del Hemiciclo con María Jesús Montero cantando los premios. Mayor desvinculación de los criterios políticos no cabe. De esta propuesta, sin embargo, el presidente no ha dicho nada.

Aquí de lo que se trata es de meter la mano y mecer la cuna para que el Supremo se nutra de jueces afines a la causa. Eso vale para el PP y vale para el gobierno Sánchez

Díganos, ¿qué le parece, resignarse a ser simple espectador de los designios del azar? Me apuesto algo a que eso no le vale. Porque ahí, perdóneme, no mete mano. Y aquí de lo que se trata es de meter la mano y mecer la cuna para que el Supremo se nutra de jueces afines a la causa. Eso vale para el PP, claro que sí, y vale, cómo no, para el gobierno Sánchez.

Con Sánchez el criterio que más pesa es el de la afinidad política

Uno es hijo de lo que ha ido sembrando. No esperará el presidente que alguien se crea que anhela una forma ecuánime y objetiva de elegir jueces para el Supremo. Si en rigor lo que tiene demostrado en todos y cada uno de los nombramientos que él ha hecho es que el criterio que más pesa es el de la afinidad política.

Cuando tuvo que nombrar un fiscal general del Estado, eligió a su ministra de Justicia. Cuando tuvo que nombrar presidentes del Consejo de Estado, nombró a dos de sus ministras. Cuando tuvo que nombrar magistrados del Constitucional, nombró a su ministro. Cuando tuvo que nombrar presidenta del Hipódromo de Madrid, nombró a la jefa de prensa de su partido. Cuando tuvo que nombrar presidente del CIS ¡nombró a Tezanos!

Entenderá el presidente las reservas ante la posibilidad de que sea él quien diseñe la forma de nombrar jueces del Supremo y certifique su calidad democrática

Entenderá el presidente las reservas ante la posibilidad de que sea él quien diseñe la forma de nombrar jueces del Supremo y certifique su calidad democrática. ¿Quién y cómo nombraría a esos jueces? Se lo preguntaron ayer en Televisión Española y confundió, me temo, jueces con vocales y Supremo con CGPJ.

¿Quién tiene que nombrar a los jueces del Supremo?

Ya, pero que quién tiene que nombrar a los jueces del Supremo, que es la novedad que usted está planteando. A los vocales ya sabemos cómo se les nombra y sabemos que usted ha cambiado de opinión sobre esto como sobre tantas otras cosas. Pero, a los jueces del Supremo, ¿quién y cómo? Quién y cómo del Poder Judicial, salvo que el presidente pretenda ahora que el gobierno de los jueces deje de gobernar a los jueces.

Y ya me callo que ha dicho el Papa que las homilías no deben durar más de ocho minutos porque la gente se duerme.

Hable por usted, Santidad. Pero tomo nota. Para un día que no hace bromas de mal gusto sobre el mariconeo entre los curas no le voy a pedir que haga propósito de enmienda. Un par de avemarías por si acaso.

Monólogo de Alsina 13/06/2024