OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Por sus hechos será juzgado"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre los compromisos y promesas de Feijóo si en otoño empieza a gobernar y por los cuales será juzgado, en función de si los cumple o no, igual que ha ocurrido con todos sus antecesores.

Carlos Alsina

Madrid | 05.07.2023 08:36

Como en los viernes de sorteo de Champions, aunque hoy sea miércoles y Champions ni haya. Como si fueran los emparejamientos de la Liga de Campeones, a las doce de este mediodía transmitiremos el sorteo del debate.El Debate. Escríbase con mayúsculas porque todos los debates son bienvenidos, pero en una campaña electoral el duelo que más interés despierta es, naturalmente, el cara a cara. Sánchez versus Feijóo.

La Velada del Año, con permiso de Ibai Llanos

El lunes, a las diez de la noche, es la cita. La Velada del Año, con permiso de Ibai Llanos. Pero hoy, dentro de cuatro horas, sabremos cuáles serán las reglas. Y quién empieza. Y de cuánto tiempo disponen. Y quién acaba.

Combustible de refresco para una campaña electoralen riesgo de empantanamiento. Girando sobre sí misma -y sobre el periodismo, válgame dios- y sin que nadie termine de arrancarla.

Feijóo ha tirado un mes sacudiéndose la tela de araña de los pactos -y no pactos- con Vox. Sánchez se ha tirado un mes victimizándose por el trato intolerable que le dispensan periodistas y programas que no le bailan el agua -válgame dios, otra vez- y empujando ya al olvido a la legión de presidentes autonómicos de su partido que han dejado de serlo sin que hayan sido capaces aún de alumbrar una explicación sosegada al porqué de haber perdido la confianza de sus gobernados.

Con San Fermín empezará la traca final de la campaña electoral. Y el chupinazo, más que mañana, será hoy con el sorteo de El Debate.

Feijóo se presenta como el líder que reconstruirá los puentes

Feijóo se viene esforzando en hablar como si no cupiera ninguna duda de que en otoño empezará a gobernar este país. Presentó ayer su programa electoral con puesta en escena de discurso de investidura, bandera de España, bandera de la Unión Europea, e invocaciones al diálogo, al respeto al que piensa distinto, a la neutralidad de las instituciones y a los pactos de Estado. Se presenta como el líder que viene a reconstruir los puentes, a recoser la sociedad afectada por la división y los desgarros.

Asumió en público ayer una larga lista de compromisos por los que, si gobierna, habrá de ser juzgado. Como lo ha sido su antecesor. Y como lo fueron los antecesores del antecesor, a ver si ahora va a parecer que el único al que se ha examinado por sus incumplimientos y sus bandazos es el de ahora.

Tomamos nota de que Feijóo promete no caer en el revanchismo. Ni en las vendetas. Ni en la arrogancia. Tomamos nota de la actitud con la que llega el candidato y de la forma de conducirse que promete tener si el Parlamento le encomienda la gobernación de España. Por sus hechos será juzgado.

Asumió en público una larga lista de compromisos por los que, si gobierna, habrá de ser juzgado. Como lo ha sido su antecesor

Lo fácil, en puertas de unas elecciones y con el viento de las encuestas a favor, es darle la vuelta al espejo y prometer ser todo lo contrario al rival al que aspiras a relevar como presidente. Lo fácil es prometerlo. Lo que tiene valor es cumplirlo. Una vez que el poder ya es tuyo.

Dice Feijóo que hablará con el PSOE el 24 de julio para pedirle que facilite su investidura. Y que si el líder del PSOE le dice no es no, pedirá ayuda a los barones socialistas. Está pensando en Page, supongo. Y sólo en Page. Porque a Chivite no la veo yo diciéndole a Sánchez que eche una mano para que Vox no entre en el gobierno de España. Y a Barbón no le veo diciendo nada que no haya sido bendecido antes por Sánchez. Pero a partir del 24, quién sabe. Más barones socialistas con poder me temo que no quedan: caído Ximo, caído Vara, caída Andreu, caída Armengol, caído Lambán.

Salvar al soldado Sánchez

Y aún no ha encontrado tiempo el PSOE para examinar de verdad por qué la lista de caídos es tan enorme, empeñado todas las horas del día en predicar contra los pactos del PP con Vox como última baza para intentar, caídos todos los demás, salvar al soldado Sánchez.

Sánchez sigue reescribiendo su historia en agrio combate contra no se sabe quién, que si los bulos, que si el Falcon

El lunes -se supone- debatirán qué ofrecen a este país para los próximos cuatro años. Que ahí el actual presidente va rezagado. El PP viene contando lo que hará. Yolanda viene contando lo que haría. Vox está contando lo que desharía. Sánchez... Sánchez sigue reescribiendo su historia en agrio combate contra no se sabe quién, que si los bulos, que si el Falcon, que si la conjura mediática, que si las cosas que ha tenido que leer sobre él, sobre su esposa, sobre Pegasus. El desahogo le dura ya tres semanas. Puede que vaya siendo hora de explicar para qué pide otros cuatro años.

Aparece el fantasma de Waterloo en la campaña electoral

Hoy aterriza en la campaña electoral el que faltaba: Puigdemont. No, venir a España no viene. Pero lo que hoy resuelva el Tribunal General de la Unión Europea será nuevo elemento en la campaña. Llegó el día. De saber a quién le da el tribunal la razón. Si a Puigdemont, que se reclama inmune a la justicia española como eurodiputado que disfruta de aforamiento -ay, los aforamientos, cuánto gustan a quienes los disfrutan- o el Parlamento Europeo, que fue quien aceptó el suplicatorio y le retiró la inmunidad.

Deciden los jueces si ese proceso se ajustó a la ley y si Puigdemont tiene, o no tiene, inmunidad. Digan lo que digan, se aparecerá el fantasma de Waterloo al mediodía, ante la prensa, a colocar su prédica, ya veremos si crecido -si gana- o victimista -si pierde-.

Lo interesante, en todo caso, será si desvela de una vez si tiene intención de venirse pa’España como la señora Ponsatí (y forzar su detención) o se queda donde está a la espera de que el juez Llarena reactive la petición de entrega y el juez belga al que le toque resuelva. Entrega que no extradición. En esto los gobiernos no participan. Como a estas alturas habrá aprendido nuestro gobierno. Que hace cuatro años, y siendo ya gobierno, prometió traerlo ante la justicia, nunca dijo cómo.

Nos dejó el Gobierno un par de perlas de ésas que a sus afines escuece que se las llame mentiras. Digamos, entonces, cuentos

Esto no se sabe si fue un cambio de opinión o una promesa vacía fruto de la ignorancia o de la conveniencia. Ni le corresponde a un presidente de gobierno detener a nadie, ni mucho menos está en su mano que sea entregado un prófugo que reside en otro país con sistema judicial propio.

Es verdad que por el camino, y en estos cuatro años, nos dejó el gobierno un par de perlas de ésas que a sus afines escuece que se las llame mentiras. Digamos, entonces, cuentos. El cuento de que a Puigdemont no nos lo han entregado los jueces belgas porque allí no hay delito de sedición -nunca han dicho eso-. El cuento de que había que vaciar de sedición nuestro Código Penal para hacerlo europeo -no era por eso-. Y el cuento de que el presidente se había comprometido a hacerlo en el debate de investidura de enero de 2020 -jamás prometió semejante cosa-. Sin acritud. No se me enfade más… Almodóvar.

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