Emitiendo hoy este programa desde el futuro espacio físico del Orange Digital Center en Madrid. Ha tenido la generosidad la Fundación Orange de invitarnos a conocer este lugar antes de que abra, próximamente, sus puertas y aquí estamos para aprender, e invitarles a aprender a ustedes, sobre nuevas tecnologías y utilidades diversas de las nuevas herramientas digitales. A lo largo de la mañana les iremos descubriendo posibilidades ligadas a los dispositivos electrónicos -conectados por el 5G de Orange- y cursos y conferencias sobre el uso responsable de la tecnología. Hoy saldremos de aquí todos mejor formados.
Algeciras, consternada y horrorizada por el crimen al sacristán
Algeciras despide hoy, consternada y horrorizada aún por el crimen, a Diego Valencia, el hombre que durante muchos tuvo una floristería muy frecuentada por los fieles de las parroquias del centro, y que en estos últimos tiempos se ocupaba de la iglesia de Nuestra Señora de La Palma como sacristán.
En la misma plaza donde fue asesinado por Yasine Kazan la tarde del miércoles, ante la iglesia de La Palma, miles de vecinos se reunirán hoy a la una de la tarde, hora del funeral, para dolerse con la familia y los amigos de Diego -deja esposa, hijos y nietos- y para repudiar el acto de violencia que el tal Yasine cometió en nombre de Alá.
La asociación de musulmanes del Campo de Gibraltar se ha referido al sacristán como un hombre de paz que sufrió un acto injustificado de violencia atroz
Consta así en el relato policial que ha hecho suyo el juez: que el homicida, una vez hubo derribado a Diego, ya herido, y estando éste tendido en el suelo, agarró la catana con las dos manos, gritó una alabanza a Alá y asestó la estocada mortal. ‘Nadie utilice el nombre de dios en vano’, dijo ayer en este programa el párroco de La Palma, padre Juan José Marina.
La asociación de musulmanes del Campo de Gibraltar se ha referido al sacristán como un hombre de paz que sufrió un acto injustificado de violencia atroz. Y ha dicho sobre el asesino que lleva tiempo viviendo en Algeciras pero no se relacionaba con nadie: nada tenía que ver con los demás musulmanes. Los dos jóvenes que más relación tuvieron con él, ocupantes de pisos miserables al lado del que usaba este Yasine, cuentan que desde hace dos meses sólo hablaba de Alá y del diablo, obsesionado y aparentemente desquiciado.
Feijóo creyó oportuno decir que entre los católicos no pasa
Alberto Núñez Feijóopudo haberse limitado ayer a decir que matar es matar, por más que se haga en nombre de Dios. Lo de Castellio, matar a un hombre es matar a un hombre, no defender una idea. Pudo haber dicho que son los creyentes musulmanes los primeros interesados en que no se les confunda con los fanáticos que matan en nombre de Alá. Pero por alguna razón creyó oportuno decir, como católico, que entre los católicos esto no pasa.
‘Nosotros, los católicos’, o los cristianos. Esto lo dijo por la mañana. Por la tarde se le preguntó de nuevo y negó que haya motivo alguno para cuestionar sus palabras.
Para afirmar que el terrorismo islámico es un problema -una evidencia- no parece que hiciera falta mencionar lo que hacen o dejan de hacer los católicos
No hay católicos que maten en nombre de Dios. Sí hay musulmanes que matan en nombre de Alá. ¿Y? Esto es lo que no llegó a explicar Feijóo, qué conclusión saca él de eso. Porque para afirmar que el terrorismo islámico es un problema -una evidencia- no parece que hiciera falta mencionar lo que hacen o dejan de hacer los católicos. En oposición a lo que hizo anteayer un musulmán. En ocasiones los líderes políticos se tienden trampas ellos solos.
El salto cualitativo que tanto incomoda a Podemos
En puertas ya del fin de semana se estará preguntando usted cómo hanquedado algunos de los asuntos pendientes de esta semana. Lo de los tanques, por ejemplo.
Asunto de la semana: que Alemania y Estados Unidos van a refozar con carros de combate el armamento de que disponen las fuerzas armadas ucranianas y el Gobierno de España ha dicho que nosotros también pero sin precisar ni cómo ni cuándo. Y sin que el presidente del Gobierno, tan dado a hacer discurso cada día y sobre casi todo, haya tenido aún tiempo de comentar en público este salto cualitativo que tanto incomoda a sus socios de Podemos y que tan poco entusiasmo parece que le produce al ministerio de Defensa. Que despeja ya la duda sobre si íbamos a retirar tanques de algunas unidades para entregárselos a Ucrania confirmando que si enviamos alguno será de los que están almacenado desde hace años en Zaragoza siempre que antes sea posible repararlos.
El Gobierno no estaba muy puesto sobre el estado en que se encuentran los ya famosos tanques arrumbados en Zaragoza
Queda en el aire la pregunta de qué sucederá si ninguno de los tanques que están allí puede ser puesto a punto. Qué entregaremos entonces. Parece que hay veinte que podrían volver a funcionar aunque el proceso de reparación llevaría unos meses.
Para haber sido Sánchez el primero que, en mayo, vísperas de la cumbre de la OTAN, ofreció cuarenta Leopard a Ucrania, no parece que nuestro gobierno tuviera el asunto muy madurado. Eso, o que el presidente del Gobierno no estaba muy puesto sobre el estado en que se encuentran los ya famosos tanques arrumbados en Zaragoza.
Esquerra Republicana teme estar viviendo el cuento de la lechera
Y se estará preguntando cómo ha quedado lo de Junqueras y su inhabilitación. Eso de que él pide que le absuelvan mientras la Fiscalía pide que se le mantenga la pena porque el abaratamiento de la malversación no le afecta.
El Gobierno finge que está a lo que diga el Tribunal sin prejuzgar lo que debería hacer, pero no es verdad. Para saber qué quiere el Gobierno que suceda sólo hay que atender a lo que solicita la abogacía del Estado, que a diferencia de la Fiscalía no goza de autonomía, está a lo que el Gobierno diga que toca hacer.
La reforma de la malversación en el Código Penal la ejecutó Sánchez en el cálculo de que sirviera para aliviar en unos cuantos años la inhabilitación de Junqueras
Y lo que ha dicho la abogacía es que la inhabilitación del pope de Esquerra, indultado y manifestante, debería rebajarse de trece a siete años. O traducido, que sí, que la reforma de la malversación en el Código Penal la ejecutó Sánchez en el cálculo de que sirviera para aliviar en unos cuantos años la privación de cargo público para este ciudadano.
Tal como se hizo -tampoco es un secreto- en el cálculo de que pudiera evitar la pena de prisión a los militantes de Esquerra pendientes de juicio en Barcelona. La pretensión era ésa, pero ha chocado con unos fiscales del Supremo que no están por la labor de minusvalorar la corrupción y con un juez instructor, Llarena, que abrió camino en su auto de hace dos semanas.
Con razón está fumando en pipa Esquerra Republicana, que acariciaba ya la amnistía encubierta y ahora teme estar viviendo el cuento de la lechera.