Cuando despertó, lo único que no seguía ahí era el dinosaurio. Cuando despertó de la moción de censura, el dinosaurio ya había abandonado el Congreso -o sea, Tamames- pero el país seguía siendo el que era, con sus precios disparados, sus encuestas adversas al presidente, su gabinete partido en tres.
Y de propina, la Guardia Civil sacudida por el relevo inesperado -dimisión, fue el procedimiento elegido- de su máxima responsable, María Gámez Gámez, mujer de partido. Del Partido Socialista de Andalucía, para más señas. Funcionaria de la Junta, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Málaga, subdelegada del gobierno de Sánchez y directora de la Guardia Civil con Marlaska.
Epitafio superlativo para adornar la esquela de la directora caída
Con razón dijo ayer el ministro que ha sido la mejor directora que ha tenido el cuerpo. Directora, mujer, no hubo antes ninguna. Epitafio superlativo para adornar la esquela de la directora caída.
El veintiocho de febrero, el diario ABC publicó la siguiente información, que recogimos aquí: ‘Investigan la empresa del marido de la directora de la Guardia Civil. Se busca el rastro de un millón trescientos mil euros que su hermano facturó a empresas de la Junta’. La crónica de Antonio Vega explicaba que esta investigación formaba parte de la historia interminable de los ERE.
Hoy soy cargo de una agencia pública, mañana soy un emprededor que tiene a esa misma agencia como cliente
Entre 2009 y 2011, la Junta había hecho unos pagos a la empresa de Bienvenido Martínez que habrían sido luego repartidos, o desviados, a otras firmas creadas por sus dos hermanos, Manuel y Juan Carlos. Se daba la circunstancia, sospechosa, de que Bienvenido había trabajado en la Agencia IDEA, sector público, hasta el día antes de que esta misma agencia contratara a una consultora que él acababa de crear para poner en marcha un centro de negocios de Andalucía en Madrid. Hoy soy cargo de una agencia pública, mañana soy un emprededor que tiene a esa misma agencia como cliente. Y lo que voy cobrando de la Junta beneficia, presuntamente, a las empresas de mis hermanos.
Añadía la información que al Martínez casado con la directora de la Guardia Civil, Juan Carlos, en su pueblo lo apodan el negro y es popular en el ambiente carnavalero como escritor de letras para chirigotas. Aunque su carrera profesional no fue la de letrista sino la de jefe de prensa de Bernat Soria y jefe de gabinete de Gaspar Zarrías. Un hombre de partido. Que pasó de cargo de confianza de pesos pesados socialistas a asesor en empresas relacionadas con la Junta.
Un hombre de partido. Que pasó de cargo de confianza de pesos pesados socialistas a asesor en empresas relacionadas con la Junta
El cuatro de marzo añadía ABCque la UDEF investigaba si el marido de la directora de la Guardia Civil se benefició de fondos públicos de la Junta. La UDEF, qué coño es lo de la UDEF, que diría Pujol.
Un posible incendio ante el que hay que prevenirse agarrando la puerta
El asunto del marido de Gámez está publicado, por tanto, hace veintitrés días. Pero fue ayer cuando ella decidió quitarse de en medio. ¿Por qué? Porque el marido ha sido citado en el juzgado. Es decir, imputado.
Proteger es un verbo resbaladizo. Podría interpretarse como que hay algo de lo que protegerse. Yo entiendo que lo que está queriendo decir Gámez es que nada irregular ha habido en la actuación de su marido, pero quiere evitar que el caso salpique a la Benemérita y sea utilizado contra el Gobierno.
Hay que concluir entonces que es el hecho de que el marido haya recibido una citación lo que convierte un caso al que ni ella ni el ministerio daban mayor relevancia en un posible incendio ante el que hay que prevenirse agarrando la puerta.
El ministro, incluso cuando le dimite una directora de la Guardia Civil, dice que es fruto de la exigencia profiláctica del Gobierno
Ella sostiene que es una decisión personalísima y fruto de su educación y sus valores, pero a la vez el ministro, en el afán de colgarle una medalla al Gobierno incluso cuando le dimite una directora de la Guardia Civil, dice que es fruto de la exigencia profiláctica del Gobierno.
Si son los estándares del Gobierno, entonces la decisión no es personal. Es la aplicación de unas reglas internas. Pero si es como dice la señora Gámez, entonces no hay estándares sino sacrificio personal que nadie le ha pedido.
A directora caída, directora puesta
A directora caída, directora puesta. La nueva elegida para el cargo es la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, que fue nombrada delegada hace dos años por Pedro Sánchez cuando Sánchez quería promocionarla como futura candidata socialista a las elecciones en Madrid. En esto tiene razón Isabel Díaz Ayuso.
Pensábamos que el puesto de trabajo más inestable de España era el de presidente de la Generalitat de Cataluña y resulta que es el de delegado del Gobierno en Madrid.
Convertir la farsa de la moción en una oportunidad para jalearse ellos mismos
Cuando despertó, lo único que no seguía allí era Tamames. El resto era exactamente igual. Los precios al alza, las encuestas a la baja, las rebajas de penas por el 'sólo sí es sí', el plante de Esquerra y Bildu en la ley mordaza, el choque entre el PSOE y Podemos y Podemos y Yolanda.
Fracasada la moción de censura de Vox que venía fracasada ya de casa, el presidente dijo a los suyos: ‘Estamos fuertes, el apocalipsis no ha llegado’. Así es. Apocalipsis no hay. Ni lo habrá, pase lo que pase en las elecciones que vienen.
Dos días cubriéndose de flores a sí mismo y ahogándose en el incienso de los coros afines
La ausencia de apocalipsis tampoco parece que sea motivo para la autocomplacencia de cualquier gobierno. Pero bueno, en el puente de mando de la Moncloa, donde se diseñan las tácticas como quien juega a los soldaditos, se decidió convertir la farsa de la moción en una oportunidad para jalearse ellos mismos y oye, misión cumplida. Dos días cubriéndose de flores a sí mismo y ahogándose en el incienso de los coros afines. A Patxi le encomendaron desgañitarse como si no hubiera un mañana y le quedó la cosa regulera porque la sobreactuación siempre chirría.
Lapsus revelador sobre la "presidenta" segunda
Pero el apocalipsis no ha llegado. Y la moción ya es lo que siempre fue, pasado. No es entre Sánchez y Tamames entre quienes habrá de elegir la sociedad en las urnas cuando llegue diciembre. Terminada la moción, los precios del primer trimestre siguen complicándole la vida a los consumidores, el fiasco penal del 'sólo sí es sí' sigue causando rebajas de condena a violadores y en el seno del Gobierno sigue la madre de todas las grescas.
Que es la de Podemos con la copresidenta Díaz. O la presidenta segunda, como la llamó -lapsus revelador- el delegado del gobierno en las Cortes, Patxi López.
Ya está en marcha la operación segunda marca, que consiste en poner al servicio de la plataforma Sumar la maquinaria de persuasión y propaganda de la Moncloa
A Tamames. La apisonadora conducida a pachas (o a pachis) por el presidente y la presidenta segunda. La presidenta bis, que es Yolanda (sin permiso de Calviño). Ya está en marcha la operación segunda marca. Que consiste en poner al servicio de la plataforma Sumar la maquinaria de persuasión y propaganda de la Moncloa, esa oficina electoral empotrada en el gabinete del presidente del gobierno.
Sánchez quiere hacer historia concurriendo a las elecciones con dos marcas distintas: la oficial, que es el PSOE, y la oficiosa, que es Yolanda. Es natural que Podemos se revuelva porque los designios de su papa emérito, que es Iglesias, no eran estos.
La madre de todas las grescas políticas ya está cociéndose: Iglesias contra Yolanda
Yolanda Díaz tenía que ser una creación suya, de él, el hombre, no del otro, que es Pedro. La madre de todas las grescas políticas ya está cociéndose. Iglesias contra Yolanda. Ríete de lo de que Iglesias y Errejón. Y de lo de Iglesias y Teresa Rodríguez. Y de lo de Iglesias y Compromís. Y de lo de Iglesias y Más Madrid. Y de lo de Iglesias… madre mía, ha acabado a tortas con todos. Y con (casi) todas.
Yolanda Díaz admite ahora que el dedazo de Iglesias hace dos años fue impresentable. Nunca es tarde. Ahora habrá de esforzarse para impedir que Sánchez la maneje como si fuera un peón, o peona, en una operación de bandera falsa. Ella es la vicepresidenta segunda, no la vicepresidenta segunda marca.