Es un no parar lo del Supremo. Qué vísperas navideñas más animadas. Todo aquel que haya presumido de su sincerísimo deseo de colaborar con la Justicia tiene ahora la oportunidad de demostrar que no era sólo un bla bla bla. O sea, y ahora, Miguel Ángel Rodríguez.
Los jefes de gabinete, figura que ha proliferado como una plaga en las instituciones españolas
Sus amigos, que son muchos, y ex amigos, que también son unos cuantos (en la política y en el periodismo), le dicen MAR. Ejerce como jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, ay los jefes de gabinete, esta figura que ha proliferado como una plaga en las instituciones españolas, ahora tienen jefe de gabinete hasta algunos diputados.
Hay jefes de gabinete que se atribuyen a sí mismos la tarea de proveer a la prensa -secretamente- de munición para perjudicar a los adversarios
Jefes de gabinete sin gabinete, y con funciones tan poco definidas que hay jefes de gabinete que se atribuyen a sí mismos la misión de dirigir campañas electorales -cómo no recordar a Iván Redondo, o a Jorge Moragas, trabajando para su partido desde sus despachos de la Moncloa-; hay jefes de gabinete que se atribuyen a sí mismos la tarea de proveer a la prensa -secretamente- de munición para perjudicar a los adversarios (de estos hay unos cuantos muy actuales).
Esto que se preguntaba ayer Víctor Lapuente en El País: ¿por qué hemos de financiar entre todos a un ejército de mercenarios de partido que se ocupan de crear argumentarios, filtrar documentos o jugar sucio?
Miguel Ángel Rodríguez declarará ante el juez
En vísperas de que el jefe de gabinete que tuvo Sánchez hasta el pasado septiembre, Óscar López, se presente ante los madrileños como el nuevo repuesto socialista para redimirles de su apego a los gobiernos de derechas, el jefe de gabinete que Ayuso ha tenido siempre, Miguel Ángel Rodríguez, ha sido convocado por un juez del Supremo para testificar en el absorbente serial de intriga político-periodística sobre la difusión (o filtración) de correos confidenciales entre un fiscal y un abogado.
Cuando el público esperaba saber si, habiendo pasado por allí ya Lobato, el juez convocaría a la jefa de gabinete del jefe de gabinete López, Sánchez Acera, para que aclare el significado de ‘Porque llega. Lo tienen los medios’, a quien ha citado el juez es a Rodríguez y ocho periodistas que resultaron, presuntamente, agraciados unos con el correo del fiscal Salto y otros, con el del abogado Neira. Los primeros habrían recibido, presuntamente, el correo del fiscal de manos de Miguel Ángel Rodríguez, ocultándoles, presuntamente, que ese correo era respuesta al ofrecimiento inicial del abogado, y los segundos habrían recibido el correo del abogado, presuntamente, de no se sabe quién, presuntamente. Todo, como ven, es presunto.
El juez convoca al jefe de gabinete de Ayuso y a estos periodistas atendiendo a la petición de García Ortiz, el investigado
El juez convoca al jefe de gabinete de Ayuso y a estos periodistas atendiendo a la petición de García Ortiz, el investigado, que tiene interés en que el juez pregunte a Rodríguez de dónde sacó él el correo del fiscal Salto y qué uso hizo de él, porque la tesis de García Ortiz es que él reacciona a la manipulación, y difusión, que hace Rodríguez de ese correo para desmentir que el ofrecimiento partiera de la fiscalía. Esto que el gobierno llama en su argumentario combatir el bulo. Bien es verdad que por lo que se investiga al fiscal general no es por combatir un bulo -eso es un bulo- sino por presunta comisión de un delito en su afán porque no le ganaran el relato.
Si hubo fuente que incurriera en comportamiento delictivo
La UCO tiene dicho en su informe que el fiscal general tuvo participación preeminente en la filtración de ese correo, pero es el juez el que tiene que establecer -en este y en todos los casos- lo que son hechos, es decir, presunciones probadas. Del mismo modo tiene escrito la UCO que la filtración inicial, del fraude fiscal de un tal González Amador, la realizó supuestamente la fiscalía general del Estado. No dice el fiscal general pero sí dice la fiscalía.
Se entiende que si García Ortiz pide que se pregunte a los periodistas es para acreditar que él no filtró nada, aunque lo más probable -como sabe el fiscal- es que los periodistas se acojan a su derecho a proteger las fuentes para no decir ni mú. Ni sí ni no, sino todo lo contrario. Probable, digo, pero ya se verá lo que decide hacer cada uno. Esta investigación judicial, inusual, va precisamente de eso: de si hubo fuente que incurriera en comportamiento delictivo. Y son dos los investigados, no uno. Además del fiscal general está la fiscal jefa provincial de Madrid, Pilar Rodríguez.
Para aquellos que decían: bueno, pero citarán también en el juzgado a MAR que fue quien empezó, pues ahí lo tienen: lo pide el investigado y citado está. Como testigo. Ayer le preguntaron si teme salir como imputado y dijo que no lo ve. ¿Por qué dijo usted que el acuerdo partía de la fiscalía cuando era lo contrario? No hay respuesta. Antes le había preguntado si el primer correo lo filtró él.
El ministro dice que él no participó
Tampoco hubo respuesta. ¿Tiene el jefe de gabinete de la presidenta autonómica obligación de guardar reserva sobre un correo que le ha sido facilitado, presuntamente, por un denunciado? Interesante pregunta para hacerse en el Supremo. Puertas afuera si puede repetirse, o rehacerse, la pregunta que es válida desde el primer día: entre las funciones de un jefe de gabinete, salario público, ¿está hacer de publicista de un ciudadano particular que nada tiene que ver con el gobierno autonómico sólo porque su novia es tu jefa? Ay, los jefes de gabinete, Víctor.
A Óscar López, ministro para la transición madrileña, también le preguntaron ayer en el Senado por este asunto. El ministro dice que él no participó. De su jefa de gabinete no se ha vuelto a saber, pero es probable que tenga oportunidad de dar testimonio en el Supremo. ¿La carta cómo la tenemos? Porque llega, la tienen los medios.
Se filtró el argumentario elaborado por Moncloa
Hablando de lo que tienen los medios, o de lo que a la Moncloa le interesa que tengan los medios, ayer coincidió el relevo en la secretaría de Estado de Comunicación de Francesc Vallés por el jefe de prensa del PSOE, en adelante jefe de prensa del gobierno, Ion Antolín, con una filtración por negligencia o torpeza.
A media mañana llegó al correo electrónico de unos cuantos periodistas el argumentario elaborado por el departamento de distracción gubernativa para la ministra portavoz Alegría, este juego de tarjetas con las respuestas que ha de dar a las posibles preguntas que se les planteen.
Llegó al correo electrónico de unos cuantos periodistas el argumentario elaborado por el departamento de distracción gubernativa para la ministra portavoz Alegría
Alguien pensó que el gobierno, en una nueva innovación progresista, enviaba ya las preguntas y las respuestas hechas, para evitarse tener que dar ruedas de prensa. Un nuevo formato, ¿se imagina? Como el catecismo: ¿Eres cristiano? Soy cristiano por la gracia de dios. Ahí van las preguntas y sus no respuestas.
La chuleta para los ministros comparecientes
Pero no, no era eso. (Tampoco descarten que acabe siéndolo). Era la chuleta para los ministros comparecientes, no fueran a no saber qué responder si les preguntaban por la gala socialista del fin de semana, o Ábalos o los guasaps de Lobato. Lo peor del argumentario no son las posibles preguntas, sino las no respuestas. Porque nunca se responde a lo que se supone que se ha preguntado.
En una de ella tiene que decir quien responde: ‘Sería bueno que se investiguen todas las filtraciones, también las que se hacen todos los días contra Begoña Gómez o el hermano del presidente’. Pues si sería bueno, a qué espera el gobierno para ponerse a la tarea. Tiene a la abogacía del Estado para denunciar las filtraciones que se produzcan y los posibles delitos de revelaciones. Lo que pasa es que no se recuerda que el gobierno se haya ocupado nunca de aclarar quién filtra qué. Tampoco, claro, sus propias filtraciones a medios afines. Y ahí no hace falta investigar gran cosa.
Alegría ya no ejerce de jueza de guardia
En todo caso, anotemos que la ministra portavoz ha hecho un acto de contrición y después de semanas y semanas sentenciando que en lo de Begoña Gómez no hay caso, ahora se abstiene de ejercer más, en adelante, de jueza de guardia.
Nunca le correspondieron. Ni a ella, ni a ningún otro integrante del gobierno. Y a pesar de ello instaron al juez al archivar cuanto antes la causa. Con el éxito ya conocido.