El día del regreso a los hábitos. No a los hábitos religiosos sino a los laborales, los escolares y los del tráfico. Se acabó lo que se daba, las navidades son historia y encaramos el primer trimestre de 2024 con la vista puesta en la Semana Santa, próxima meta volante a finales de marzo.
Ánimo a los escolares que hoy han tenido que madrugar de nuevo, ánimo a los padres y las madres que llorarán, afligidos, su ausencia -porque nada les emociona más que tenerlos todo el día en casa-, ánimo a los trabajadores que sufran el síndrome del desarraigo -porque no hay raíz más firme que la libranza- y ánimo, en fin, a sus señorías parlamentarias porque tienen por delante una semana agotadora.
La agenda del Congreso de los Diputados recoge que hoy, por ejemplo… no hay nada en la agenda (regreso suave), que mañana se reúne la mesa, un rato, que el miércoles hay pleno (ahí sí, a votar como titanes) y que luego ya jueves y viernes descansan. Puede parecer poco trajín, pero teniendo en cuenta que el hábito parlamentario es que se deje pasar enero sin varear el agua, 2024 empieza con un sobresfuerzo. Agradecidos seamos.
A Pedro Sánchez le gustaría escribir
Ha contado Irene Lozano, ex diputada y autora de los libros que firma el presidente, que ella intuye que a Sánchez le gustaría escribir. Escribirlos él, se entiende. Quién sabe si el tercer título de la trilogía, tras el Manual de resistencia y el Tierra Firme, será por fin de verdad suyo. Y si escribirá, por tanto, de su puño y letra el apellido del innombrable Puigdemont, el nou compare (nuevo compadre) que ha estrenado en esta legislatura amnistiadora.
Quién sabe si dentro de unos años leeremos el relato personal, íntimo, del presidente-escritor sobre el trajín que se trae estos días justificando lo de Suiza, el verificador salvadoreño, la impunidad del huido y la santificación de la derecha independentista como quintaesencia de la progresía.
El año empieza con curvas en el paraíso de Waterloo
El año empieza con curvas en el paraíso de Waterloo. Tres son tres los decretos que el gobierno necesita que el Congreso le convalide pasado mañana y en contra de los tresha anunciado su voto el nou soci, Junts per Puigdemont. Ni uno ni dos. Contra los tres. Para cada uno ha encontrado un argumento o una coartada. Sobre los tres dice lo mismo: ay, Pedro, que nos engañas.
En un notable ejercicio de transparencia socialista, y de cumplir con lo que luego le exige a los demás, Santos Cerdán estuvo el jueves en Barcelona despachando con Jordi Turull sin que su partido informara ni del viaje ni de la reunión ni de nada. Nos enteramos todos al día siguiente porque lo supo La Vanguardia. Sirvió la reunión para confirmar tres cosas:
· Que el PSOE no informa de todo lo que hace.
· Que el verificador no hace falta.
· Y que la negociación sobre un asunto estrictamente parlamentario ni si hace en el Parlamento ni la hacen los diputados, simples peones a la espera de que les cuenten en qué han quedado.
Visto así, entonemos un salmo misericordioso por Patxi López, que se esfuerza en hablar de estas negociaciones como si le competieran y como si fuera a preocuparle a Junts que ahora le regatee el PSOE la condición de progresista.
Como si fuera a preocuparle a Junts que ahora le regatee el PSOE la condición de progresista
El día que López descubra que Puigdemont no coronó a Sánchez por progresista, sino por amnistiante se le va a venir el mundo encima. A los de Junts no les conmueve ni la etiqueta progresista que el gobierno le pone a todo lo que haga, ni el desamparo en que puedan quedar las familias por la inflación, ni el hecho de que estén en riesgo no sé cuántos miles de millones de fondos europeos. A Junts lo que le mueve es Junts, blindar los beneficios para los líderes de Junts y sentar precedente en la primera votación parlamentaria del año: que se vea que sin sus siete peones el gobierno progresista está atado de manos.
¿Negociará el PSOE con el malvado Feijóo desleal a la Constitución?
Si nos quieren, que acepten rehacer sus decretos. Es decir, tramitarlos como propuestas susceptibles de cambios. Que es la manera de hacer ver que el gobierno, sin sus siete puig-diputados, queda en manos del principal grupo parlamentario de la cámara, que no es el PSOE sino el PP de Núñez Feijóo.
Y ésta es la segunda parte del suspense con el que empieza la semana. Si Puigdemont persevera, ¿negociará el PSOE con el malvado Feijóo desleal a la Constitución y tibio en su condena a la kedada ultra de Nochevieja? El País confirma que así será. Bueno, no. No dice que vaya a negociar. Dice que va a presionar al PP. Porque con Puigdemont se negocia. Y con Junqueras. Pero a Feijóo se le presiona.
El gobierno, sin sus siete puig-diputados, queda en manos del principal grupo parlamentario de la cámara, que no es el PSOE sino el PP de Núñez Feijóo
‘Apretará al líder del PP con las consecuencias económicas que tendría para los ciudadanos la caída del escudo social y el efecto en las comunidades autónomas de no recibir la nueva entrega de fondos europeos’, dice la crónica. Feijoo, ríndete. Dices: sólo estamos a ocho de enero, no han pasado ni dos meses de la investidura, y ya resuena la frase aquella que le dijo Feijóo a Sánchez en el Congreso.
Feijóo pone sus condiciones para pactar con el gobierno
No me busque. A ver, tampoco es que tenga que buscarle mucho porque ya se encontraron ambos en la Moncloa el día de la lotería. No sólo es probable que hoy o mañana el gobierno busque a Feijóo sino que es probable que le encuentre.
Feijóo ya ha adelantado sus condiciones para pactar la aprobación de las medidas del gobierno. A saber: tramitar los decretos como proyecto de ley y meter ahí nuevas medidas que el PP pueda presentar como un mérito suyo. Rebaja de IRPF para rentas de menos de cuarenta mil euros; rebaja del IVA para carne, pescado y conservas; mantenimiento del IVA del gas y la electricidad en el 5% en lugar del 10%.
Feijóo podría presumir de contribuir a la gobernabilidad incorporando cosecha propia y Sánchez podría presumir de que no siempre cede ante Puigdemont
¿Probabilidades de que ese acuerdo fructifique? A esta hora de la mañana del lunes, pocas tirando a ninguna. Si a Junts le ha dicho el PSOE que a los decretos no se les toca una coma, cabe pensar que al PP le dirá lo mismo. Aunque si el acuerdo prosperara, Feijóo podría presumir de contribuir a la gobernabilidad incorporando cosecha propia y Sánchez podría presumir de que no siempre cede ante Puigdemont en todo. Esperar y ver, que la semana está recién comenzada.