OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Netanyahu descarrila"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre el reconocimiento del Estado de Palestina por parte de España y las desafortunadas declaraciones del presidente de Israel, Benjamin Netanyahu, equiparando este gesto con el aliento al terrorismo de Hamás.

Carlos Alsina

Madrid | 28.05.2024 08:43

En media hora se aparecerá el presidente en el plató de Moncloa TV -no sé si hoy toca jardines o sala con banderas- para dirigirse a la opinión pública y explicarnos un poco lo que ya sabemos: que el gobierno reconoce hoy el derecho del pueblo palestino a constituirse en estado soberano y las razones que han llevado al presidente a concluir que éste es el momento adecuado para hacerlo.

Seguro que esta vez el presidente no dará las buenas tardes sino los buenos días y seguro que leerá su discurso en el convencimiento de estar haciendo Historia. Inédito es, desde luego, el paso que hoy da España y que el Parlamento -o sea, a la sociedad- ya le reclamó al gobierno de Rajoy, con el PP incluido, hace diez años.

¿Incógnitas para esta declaración oficial?

· Primera, cuánto perfume electoral habrá querido el presidente que tenga. Una decisión como ésta, reconocer la autodeterminación de un pueblo, no se toma porque haya urnas a la vuelta de semana y media -no es un golpe de efecto electorero-, pero la fecha la ha escogido con toda libertad el presidente. Podía haberlo dejado para después del nueve de junio, o podía haberlo hecho hace cinco años -bien es verdad que su interés por Oriente Próximo parece bastante reciente-. Si coincide con la campaña es porque así lo ha querido él, hay poca duda al respecto.

· Segunda, si aprovechará el presidente para concretar qué debería hacer Hamás para que esa Estado Palestino salga adelante. Si, por ejemplo, se anima a pedirle a esta organización que deje las armas, se disuelva y deje que sea la Autoridad Nacional Palestina quien hable en nombre del pueblo (Autoridad Nacional Palestina que, a diferencia de Hamás, sí reconoce el Estado de Israel y trata de entenderse, mal que bien, con sus gobernantes). Aunque sólo fuera para poner en su sitio a los fervorosos activistas de Hamás que andan agradeciéndole a Sánchez su posición como si estuviera alineado con su causa -no lo está- no estorbaría una condena del presidente al programa político de Hamás -sus atentados ya los condenó en su momento y los ha seguido condenando-.

· Y tercera incógnita, si pronunciará el presidente la palabra que sólo una ministra de su partido ha pronunciado hasta ahora: genocidio. La palabra en boca de Margarita Robles -no Yolanda Díaz, no Sira Rego, no Urtasun, ¡Margarita!- que ha encolerizado al gobierno de Netanyahu, más sensible a la declaración crítica de una ministra juez que a todos los llamamientos que viene recibiendo para proteger a la población palestina de los bombardeos contra instalaciones de Hamás.

Netanyahu tiene de ministro de Exteriores a un Óscar Puente israelí, de apellido Katz, tuitero de dedillo rápido y siempre presto al choque

Netanyahu tiene de ministro de Exteriores a un Óscar Puente israelí, de apellido Katz, tuitero de dedillo rápido y siempre presto al choque. Ayer insistió en sus amenazas al gobierno de España. ‘Haremos daño a los que nos hagan daño. Los tiempos de la Inquisición han terminado. Nadie nos obligará a renunciar a nuestra religión’. Venir con la inquisición a estas alturas es de polemista de todo a cien. Pero afirmar que España intenta establecer un estado terrorista palestino, como también hizo ayer, es mentir. No sé si descarada o religiosamente, pero es mentir.

Netanyahu debería admitir que, en ocasiones, el equivocado es él

El gobierno de Israel, una vez más, está en su derecho a discrepar, criticar y replicar al gobierno de España en aquello que considere oportuno. A lo que no tiene derecho es a equiparar el reconocimiento del Estado Palestino con el aliento al terrorismo de Hamás.

Por distorsiones como ésa, simplificaciones falsas como ésas, es por lo que el ‘conmigo o contra mí’ en el que se ha instalado el gobierno israelí le está llevando a que cada vez sean menos las voces que defienden lo que está haciendo en Gaza. Netanyahu debería admitir que, en ocasiones, el que está equivocado puede ser él.

No hay derecho a equiparar el reconocimiento del Estado Palestino con el aliento al terrorismo de Hamás

Y entenderá el primer ministro -o no- que cuando uno lanzas bombas en un campamento de desplazados lo más probable es que te lleves por delante la vida de muchos de ellos. Sostiene Israel que sólo buscaba eliminar -matar- a dos mandos locales de Hamás. Y que operaciones como ésa son difíciles.

La conclusión es que a la hora de elegir entre bombardear a dos terroristas, asumiendo el riesgo de matar a decenas de personas que no han hecho nada, o renunciar al bombardeo para evitar ese riesgo el gobierno de Israel escogió lo primero. Que Netanyahu se duela por el trágico error, como se dolió por el ataque, también erróneo, al convoy de la ONG de José Andrés forma parte de la liturgia que nada cambia y que nada frena.

A la hora de elegir entre bombardear a dos terroristas, asumiendo el riesgo de matar a decenas de personas que no han hecho nada, o renunciar al bombardeo para evitar ese riesgo el gobierno de Israel escogió lo primero

La liturgia de llamarlo error -cincuenta muertos- y de abrir una investigación -otra más-.

Al presidente Sánchez le preguntaron ayer los periodistas si él también, como Margarita Robles, acusa a Netanyahu de genocidio y evitó respaldar a su ministra de Defensa.

Sumar repudia lo que aprueba el Consejo de Ministros al que pertenece

Sólo quería el presidente ayer hablar de Ucrania. Del acuerdo para abastecer de armamento de fabricación española al Ejército ucraniano. Los mil cien millones de euros de dinero público que el Estado español destinará a pagar el material defensivo para rearmar a Ucrania y que fueron aprobados por el Consejo de Ministros el pasado mes de abril.

Ya es costumbre que Sumar repudie lo que ha aprobado el Consejo de Ministros al que pertenece. Ayer volvió a hacerlo. En el día en que Zelenski visitaba España, Urtasun, portavoz de Sumar a tiempo completo y ministro en el rato que le queda libre, se revolvió contra el rearme e instó a su jefe, el presidente, a debatirlo antes en el Congreso.

Pues apañado va Urtasun. Ya ha dicho Sánchez que al Congreso esto no lo lleva. Él sólo lleva aquello que no le queda más remedio. Y eso que si lo llevara ganaría la votación. Pero con el PP, no con sus socios.

Puede que Ucrania sea el único asunto en el que Sánchez no ha cambiado de opinión

El PP en esto sí está con el gobierno. Y el gobierno con el PP, pero Sánchez prefiere que no se note. Puede que Ucrania sea el único asunto en el que nuestro presidente no ha cambiado de opinión. Puede que Zelenski sea la única persona con la que Sánchez ha mostrado verdadera empatía. A pesar de Zapatero y de Yolanda Díaz, que le están diciendo que hay que sentarse ya a negociar con Putin. Por eso tiene aún más relevancia el mensaje que el gobierno puso ayer en boca del rey: el compromiso sin fecha de caducidad de las instituciones españolas con el pueblo de Ucrania. Y la confianza en que el resto de la Unión Europea no flaquee.

El compromiso sin fecha de caducidad de las instituciones españolas con el pueblo de Ucrania

Confiamos, pero no tenemos la certeza. Cuanto más se prolonga la guerra, más probabilidades existen de que la unidad de acción europea decaiga.

Monólogo de Alsina 28/05/2024