Hoy España no madruga. A disfrutarlo, que es festivo. Día de la Fiesta Nacional. Este año con menos excitación, parece, sobre si debe celebrarse el descubrimiento de América o repudiarse y pedir perdón al mundo por haber enviado al osado Colón en tres barquitas a cruzar el océano. Fue una madrugada como ésta cuando Rodrigo de Triana ---que igual se llamaba Juan Bermejo y a saber si estuvo alguna vez en Sevilla--- avistó tierra. Aunque el almirante reclamó luego para sí el premio en cash a quien primero alcanzara a intuir la costa alegando que la noche anterior ya había advertido él una luz en la lejanía, como ‘una candelita que se alzaba y se levantaba’. Y le birló la recompensa al amigo Bermejo. O Rodrigo. O como se llamara. (Más información, y recreación, de lo ocurrido en el mundo hace 531 años en el espectacular podcast de Carlos Zúmer ‘1492’). Y un maravedí para el primer dirigente político de medio pelo que hoy pronuncie en España la palabra genocidio.
Bien, a las once de la mañana comenzará el desfile de las Fuerzas Armadas que es acto central de los actos institucionales por la fiesta nacional. Primero, el desfile. Después, la recepción de los reyes en el Palacio Real. De los reyes y la princesa Leonor, que debuta en este segundo acto. Ánimo, princesa. Y que no se le haga muy largo. Todo el mundo hoy pendiente de Leonor. Y lo que le queda.
Desfile sin los dirigentes a los que Sánchez corteja
Ni al desfile ni a la recepción asistirán los dirigentes políticos a los que el presidente Sánchez anda cortejando esta semana para que le invistan: ni Rufián, ni el PNV, ni el Bloque ni la señora de Bildu. Puigdemont, tampoco. A Puigdemont se le ocurre plantarse hoy en Madrid y la policía judicial tiene que detenerlo. ¡Quieto parao, que Llarena aún te espera! Espera sentado el juez del Supremo, porque está al cabo de la calle, pero espera.
Total, que al desfile acudirán los ministros del PSOE, los de Sumar (que antes era Podemos y que van pero sin ganas, como Rajoy cuando decía que era un coñazo), los presidentes autonómicos socialistas, que sólo son tres ---sólo sobrevivieron tres a la escabechina de mayo--- y Feijóo más la cúpula de su partido más la legión de presidentes autonómicos del PP. Para ser Sánchez quien más presume de entender la diversidad del país, y de encarnar a la España plural, hoy se va a sentir rodeado de gobernantes de derechas. Cualquiera diría que es el PP el primer partido de España. Menos mal que también va Yolanda, con ejemplares de su informe de la amnistía por si alguien estuviera interesado (madres y padres del colegio de su hija, por ejemplo). Y va Pumpido, que es quien sabe de verdad cómo va a quedar esa ley. Y Francina Armengol, que echará de menos que los soldados no desfilen con traducción simultánea.
"El Gobierno se pone la venda antes de la herida condenando los posibles abucheos"
Es la primera vez, que yo recuerde, que el gobierno se pone la venda antes de la herida condenando los posibles silbidos o abucheos (potenciales silbidos) al presidente y exigiéndole al líder del partido de enfrente que no agite la calle. Silbidos, como ayer recordó la ministra Robles, se vienen produciendo todos los años. Y estamos quienes siempre los hemos reprobado, fuera quien fuera el presidente y por la falta de respeto a la institución que suponen, y hay quien los reprueba cuando el presidente es de un color y los celebra cuando es de otro. La historia de nuestras vidas. La novedad es esto que Bush llamaría la guerra preventiva. O la responsabilización preventiva. Por si acaso alguien silba, la culpa es de Feijóo. A quien el gobierno, en un despliegue de respeto institucional, concordia y reencuentro, viene tachando de mentiroso, ultra, agitador, catastrofista, desleal, amigo de narcos, generador de miedo y propagador del odio. Pero es verdad que silbarle, ni Patxi ni Puente ni Bolaños ni Isabel Rodríguez le han silbado.
La "llamadita" a Junqueras para que se sepa que es un líder político "blanqueado"
El presidente en funciones persuasivas para seguir siéndolo pagó ayer el peaje del piticlín piticlín. Una llamadita al Oriol para que toda España sepa que es un líder político ya del todo blanqueado. Condenado por corrupción, es verdad. Inhabilitado para cargo público, es verdad. Pero perfectamente homologado porque la corrupción, si es para pagar la autodeterminación, es manifiestamente disculpable. Dice Patxi que todo lo están haciendo con transparencia. Hombre, no. Transparencia habría sido poner el manos libres y que todos pudiéramos haber oído qué se decían y cómo se trataban. La llamada telefónica viene a ser el sucedáneo de la reunión personal, mano a mano. Todo llegará. Démosles tiempo. Después de todo, tiene razón Yolanda: si estás negociando con ellos, qué problema tienes en que se sepa y en que se vea. Las madres del colegio de su hija así lo entienden.
Los socios son los que son. Pero ocurre que venimos de una campaña electoral en la que Sánchez se revolvía cuando alguien les llamaba socios. Ya lo dijimos aquí entonces: si tan satisfecho está el presidente de haber pactado algunas leyes con Bildu, o con Esquerra, ¿por qué no defiende esos pactos, y saca pecho, en lugar de indignarse cuando se les caracteriza como aliados? Como dice Rufián, es el PSOE. Que significa que lo que hoy es blanco mañana es negro y viceversa.
Foto de los líderes estrechando las manos: Sánchez, Yolanda, Ortúzar, Ana Pontón, Junqueras, Otegi y Puigdemont
La investidura va a salir adelante con el acuerdo de varios grupos parlamentarios. Será fruto del pacto de los líderes de estos partidos: PSOE, PNV, Esquerra, Bildu, Junts per Cataluña, el BNG y Sumar, que no es un partido sino quince. Qué menos que sellar el acuerdo como se hace tradicionalmente: con la foto de los líderes estrechando sus manos. A saber: Sánchez, Yolanda, Ortúzar, Ana Pontón, Oriol Junqueras, Arnaldo Otegi y Carles Puigdemont. Dices: es que el último aún no ha sido amnistiado y no puede viajar a Madrid porque Llarena lo detiene. No pasa nada. Se van todos los demás a Waterloo, que Puigdemont es buen anfitrión. Y tiene sitio en el casoplón. Se los lleva a todos Pedro en el Falcon. (Perdón, al presidente no le gustan las bromas sobre el Falcon, salvo cuando las hace él). Pues en el Alsa. Salen a 63 euros por cabeza. Veintiuna horas de viaje. Para congeniar. La mayoría progresista sobre ruedas. La cantidad de cosas que podrían dejar resueltas en ese rato. La reforma de la ley presupuestaria para que el techo de gasto no lo pueda vetar el Senado. Chúpate esa, Feijóo. La reforma de la ley del Poder Judicial para que los doce vocales del CGPJ que tienen que ser jueces y magistrados los elija todos el Congreso, y por mayoría absoluta, nada de tres quintos. Chúpate esa, Feijoo. La reforma del Código Penal para que quede tipificado como delito tener memoria de lo que sucedió de verdad en 2017. La reforma del protocolo para que los ex presidentes de la Generalitat que no hayan llegado a ser juzgados puedan regresar a Barcelona bajo palio previa ceremonia de beatificación en el monasterio de Monserrat oficiada por los obispos catalanes entre cantos de alabanza al reencuentro. La reforma del reglamento del Congreso para que Feijoo deje de ser líder de la oposición y el cargo pase a desempeñarlo Oscar Puente. Líder de la oposición a la oposición, con coche oficial y secretaria. Coche oficial, secretaria e intérprete de lenguas cooficiales. Lo que les cundiría ese viaje. ‘Oye, Pedro, ¿y el referéndum?’ ‘No, eso no, que es inconstitucional’. Y ahí es cuando todos, Junqueras, Otegi, Ortúzar, Yolanda, rompen a reír porque saben que Pedro es un bromista. ‘Inconstitucional, dice…’.