No somos nadie, como diría Pablo Motos. No somos nadie. La prueba de que este programa carece de influencia es que ayer, en el sermón de esta hora, mencioné que el presidente tenía la oportunidad de empezar a responder ya a las preguntas que hasta hoy ha rehuido ante la opinión pública y lo primero que anunció el PSOE es que Sánchez no respondería a pregunta alguna en el formidable acto de promoción de su pacto, verdaderamente inesperado, con Yolanda Díaz (y sin darle bola a Podemos).
No somos nadie. Si no quieres caldo, ahí van dos tazas. Quien reclame transparencia que se suba y pedalee. Ver, oír y callar. Preguntas de periodistas, dice. Oiga, no molesten. Que estamos pactando.
Sánchez ya tiene 158 votos para su investidura
Sánchez ya tiene 158 votos para su investidura. Los del PSOE (121), los de Sumar (31, incluyo Podemos) y los de Otegi (que son seis). Como a la señora de Bildu no la harán ministra de Justicia, de momento, tuvo que conformarse con una foto en el Congreso en la que Sánchez la acunaba en sonrisas. Para tener acto de promoción con sala reservada en el Museo Reina Sofía, cartelería y aluvión de políticos, hay que pactar algo más que una investidura. Hay que pactar un gobierno de coalición.
Es decir, lo que ya estaba pactado. Y publicitar con la solemnidad que el acontecimiento no merece un programa de tropecientos puntos presentados como compromisos pero sujetos -esto ya lo hemos aprendido- a los cambios de opinión de los políticos que lo firman.
Yolanda Díaz se va a Bruselas a otro acto de partido. ¿El partido tiene su sede en Bruselas? No. Quien tiene su sede en Bruselas es Puigdemont
Paréntesis: este aluvión de políticos que se personó ayer en el Reina Sofía a media mañana, ¿son todos gente ociosa que no tenía nada que hacer? Porque la versión oficial dice que el acuerdo se alcanzó a última hora del lunes y no fue anunciado hasta ayer a las ocho de la mañana. Oye, a las doce y media medio PSOE y medio Sumar en perfecto estado de revista en el museo. Debían de tener todos sus agendas desiertas.
Bueno, la vicepresidenta segunda debía de tenerla también para hoy, porque se va a Bruselas a otro acto de partido. ¿El partido tiene su sede en Bruselas? No. Quien tiene su sede en Bruselas es Puigdemont, pero como todo empieza a parecer lo mismo… Y qué me dicen de los escribidores de discursos, los tochos que se marcaron ayer en tiempo récord. Y el servicio de cartelería… en fin, enhorabuena a todos los implicados por los reflejos extraordinarios que demostraron ayer.
Los puigdemones se hacen los estrechos
Sánchez ya tiene 158 votos amarrados. Es decir, los que ya tenía. En breve se irán anunciando los cinco del PNV, los siete de Esquerra, el uno del Bloque. Y al final, seguiremos en donde estábamos desde el principio: los siete que le faltan son los que aún (en público, al menos) se hacen los estrechos. Los puigdemones.
La novedad de esta temporada política no es que Yolanda haga de Pablo Iglesias, o que Junqueras reciba cariñosas llamadas de su compadre el presidente en funciones, o que éste pague el peaje de hacerle un mimo a la señora de Bildu. La novedad es que el nuevo mejor amigo de la minoría progresista sea Carles Puigdemont. ‘Minoría progresista’ porque de izquierdas son 166 diputados de un Congreso de 350. Ciento sesenta y seis de izquierdas, 172 de derechas, cinco del PNV (que es una categoría política propia, la del según sopla el viento) y siete puigdemones.
La distorsión propagandística de la minoría progresista
Eso, considerando de izquierdas a Esquerra y a Bildu, cuya incansable labor por la igualdad entre todos los españoles (pero siempre un poco más iguales los vascos y los catalanes que el resto) es manifiestamente mejorable. La minoría progresista necesita al procesado en rebeldía para ser mayoría aun dejando de ser progresista. Elena Valenciano, que sí es progresista a diferencia de la señora de Bildu, tiene definido a Junts, con precisión entomológica, como la derecha supremacista catalana.
La minoría progresista necesita al procesado en rebeldía para ser mayoría aun dejando de ser progresista
Ésta es la novedad y ésta es la distorsión propagandística: presentar como mayoría parlamentaria lo que es una minoría socorrida por el hasta hace tres meses innombrable. Todo lo demás es consecuencia de esto. Si necesitas hacer pasar a Puigdemont por un hombre de Estado de izquierdas, qué menos que diseñar a su medida una amnistía.
Gana el 'no' a investir a Sánchez en el sector puigdemónico o puigdemoníaco
El sector más puigdemónico, o puigdemoníaco, de la iglesia de Waterloo anunció ayer que en la votación realizada en su asociación de fieles ha ganado el no. El no a investir a Sánchez. Qué contrariedad. Pero ya se ha ocupado el servicio de difusión de la palabra verdadera que estos que han votado no llegan ni al cinco por ciento de los asociados, y que la consulta, en fin, nunca fue vinculante. Luego dice el PSOE que Feijóo les hizo perder el tiempo. Para pérdida de tiempo, entones, las urnitas de Puigdemont. Votad, votad, que aquí no hay ni mandato popular ni gaitas. En catalán, butifarra.
Luego dice el PSOE que Feijóo les hizo perder el tiempo. Para pérdida de tiempo las urnitas de Puigdemont
Total, que superada la primera parte contratante de la primera parte, y a la espera de que Puigdemont le confirme a Sánchez su disposición a liberarse para siempre de la responsabilidad penal de lo que hizo sin dar paso atrás alguno y presumiendo aún de ser el único demócrata verdadero que ha dado la historia reciente de Europa, es decir, a dejarse cubrir por el manto protector de la amnistía a cambio de cursar la instrucción oportuna a sus siete peones para que coronen de una vez a Sánchez.
Por qué no aparece la palabra amnistía
Este acuerdo de ayer con Sumar, suenen fanfarrias cada vez que esta mañana se mencione, no pasa de ser una declaración de intenciones. Ni se ha reducido aún la jornada laboral (no vaya a protestarle aún a su empleador) ni se ha resuelto el problema de la vivienda (otra vez) ni se ha rebajado la tasa de paro a parámetros europeos (seguimos siendo líderes). Aunque Sánchez y, sobre todo, Yo Yolanda hablaran ayer como si todo lo que han puesto en un papel fuera a ser realidad, está por ver que todo eso ocurra.
Está bien explicar a la sociedad que se pretende hacer en el país y cómo queda establecido el término medio entre el programa electoral del PSOE y el programa electoral de Sumar. Aún estaría mejor explicar por qué en sus programas nunca apareció la palabra amnistía. O por qué hoy, ansiando nada menos que resolver para siempre la convivencia de los catalanes, la palabra Cataluña no aparece una sola vez en las cincuenta páginas de documento que ayer publicitaron.
Promesas que nunca se cumplieron
Cuando se anuncian acuerdos como éste, con tanta ceremonia y tanta trompetería, es inteligente no tomarse muy en serio uno mismo, o una misma.
Como hacen Pedro y Yolanda cuando ponen en su programa que derogarán la ley mordaza. Dices: ¡otra vez! Esto debe de ser una broma interna. Para que al leerlo sonrían gentes como Rufián. Derogar la ley mordaza es como eliminar las devoluciones en caliente, parole parole, promesas que nunca se cumplieron porque el presidente, es bien conocido, cambia de opinión. Es como derogar la prisión permanente revisable, en qué quedó aquello.
Derogar la ley mordaza es como eliminar las devoluciones en caliente, parole parole, promesas que nunca se cumplieron porque el presidente, es bien conocido, cambia de opinión
Ligeramente embarazoso resulta que el gobierno saliente (y a la vez, entrante) nos recuerde el elevadísimo porcentaje de españoles que viven en riesgo de pobreza. O la precariedad de muchos empleos, el paro del que seguimos siendo líderes en Europa, la falta de perspectivas de los jóvenes trabajadores o la dificultad de acceder a una vivienda. Embarazoso porque Sánchez lleva cinco años de presidente. Y Yo Yolanda cuatro de ministra y tres de vicepresidenta. ¿Cuántos años necesitan para poder presentar indicadores más amables?
Esto es una homilía a dos voces y en misa no se pregunta
Pedro y Yolanda, ayer, en concierto y con la prensa convocada para ser mera espectadora: prohibido, chicos, hacer preguntas. A ver si creéis que esto es una comparecencia para dar respuesta a vuestras dudas. Esto es una homilía a dos voces, dos sermones en uno. Y en misa, amigos, no se pregunta.
Cada vez menos preguntas porque cada vez se quieren dar menos respuestas
Por cierto, que el gobierno se organice un acto de partido a mayor gloria de los dos firmantes, en el Museo Reina Sofía y con cartelería y demás logística pagada, se entiende, por el PSOE y por Sumar a escote, entra dentro de los usos y costumbres propagandísticos a los que ya nos tiene habituados. Que supedite la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros a ese acto partidista y meta prisa a los periodistas para que pregunten poco y corto es un abuso inaceptable. Que como tal fue denunciando allí mismo por dos periodistas, Garea y Cué.
Cada vez menos preguntas porque cada vez se quieren dar menos respuestas. Qué necesidad habrá de que nadie pregunte cuando el presidente se pregunta y se responde él solo.