Una de las diferencias entre un estado democrático, como es España, y un régimen autoritario, como es hoy Venezuela, es que si se produce una crisis entre las dos naciones el régimen autoritario puede tomar rehenes. Cualquier ciudadano español que se encuentre en Venezuela es susceptible de ser detenido por Maduro y acusado de cualquier cosa para mantener la mascarada de que son la fiscalía y la Justicia las que actúan, no el gobierno que las maneja desde hace tiempo a su antojo.
Maduro detiene arbitrariamente a ciudadanos españoles en Venezuela
Detener arbitrariamente. Incomunicar el tiempo que quiera. Ocultar a sus familias, y a la embajada, la situación en que se encuentran. Un régimen acostumbrado a atropellar los derechos más elementales y a usar siempre el mismo comodín -la conjura exterior, los complots, las maniobras de oscuras organizaciones para tomar el poder- no podrá sorprenderse de que se ponga en cuarentena cualquier denuncia, imputación o acusación que pueda hacer a los dos ciudadanos españoles a los que tiene detenidos desde hace días -Basoa y Adasme- y a los que usa ahora como coartada para cargar contra el gobierno de España y, más en concreto, contra el Centro Nacional de Inteligencia. Es decir, contra Margarita Robles.
Cualquier ciudadano español que se encuentre en Venezuela es susceptible de ser detenido por Maduro y acusado de cualquier cosa
Ya sabrá usted que, según Maduro, los dos españoles que estaban haciendo turismo en Venezuela son, en realidad, mercenarios al servicio del CNI que planeaban una acción armada contra él. (Si Franco tenía siempre a mano el contubernio judeo-masónico para justificar cualquier cosa, por qué no iba a tener Maduro sus propios contubernios de andar por casa). Y ya sabrá usted que Margarita Robles es la ministra que llamó el jueves por su nombre al gobierno de Nicolás Maduro -dictadura- y que se ha quedado más sola porque no ha habido un solo ministro, o ministra, que haya hecho suyas sus palabras.
Oportunidad han tenido. A Yolanda Díaz la entrevistaban ayer en El País y no decía nada sobre Venezuela. En su descargo diré que tampoco se le preguntaba. Hacía la vicepresidenta un elogio continuado de sí misma como gobernante comprometida con la gente corriente, con los débiles, con los invisibles y con los consensos. "Soy la mujer de los consensos", decía, no una mujer de consensos, sino "la mujer de los consensos, me critican mucho en la izquierda por ello". En Podemos aún se recuerda lo mucho que lo consensuó todo con ellos.
Óscar López le enmienda la plana a Margarita Robles
Y en ElDiario entrevistaban a Óscar López, nuevo ministro de Transformación Digital. A él si le preguntaban por Venezuela: ¿cómo califica a un país que encarcela a los opositores y no reconoce derechos políticos? Respondía López: "Mi misión como ministro del gobierno no es calificar, ni opinar, ni comentar". Podría parecer que le está enmendando la plana a Margarita Robles, pero en efecto, así es. Se la enmienda.
No pasa nada, el día que Sánchez decida que la misión de los ministros sí es calificar, opinar y comentar -como ocurrió en la crisis con Argentina por unas declaraciones de Milei- escucharemos a Óscar López explicando la obligación que tienen los ministros de calificar y de comentar porque cuando uno ha sido transmisor de consignas, qué menos que asumirlas ahora que está de receptor de las mismas.
Cuando uno ha sido transmisor de consignas, qué menos que asumirlas ahora que está de receptor de las mismas
Si te acaban de hacer ministro de Transformación Digital -que se supone que es un cometido trascendental- y lo más destacado de tu entrevista es que tienes mala opinión de la oposición, mal asunto, poca chicha debes de haberle encontrado a tu ministerio. Que dice López que Abascal y Feijóo están detrás del caso Peinado (llama caso Peinado a la investigación judicial a Begoña Gómez, por aquello del rigor). Y que Feijóo le ha decepcionado mucho, vaya por dios. ¿Seguro que es para esto para lo que sirve un ministro?
El pasaje más entretenido de la entrevista era éste. Dice la periodista: "¿Se puede gobernar sin el concurso del poder legislativo?" Responde el recién ministro: "¡Claro que no!" (Hay exclamaciones.) Y el presidente del gobierno no ha dicho eso.
"La frase es literal", dice la periodista. Y entonces dice él: "Lo que yo entendí es que el presidente reconocía la dificultad parlamentaria y que el gobierno va a seguir gobernando aprovechando que en dos años no hay elecciones". Qué revelador todo. "El presidente no ha dicho eso". Oiga, que sí lo ha dicho. Bueno, pero yo le entendí otra cosa. Y esto de gobernar "aprovechando que en dos años no hay elecciones". Como si unas elecciones europeas, o regionales, fueran un contratiempo para gobernar con comodidad.
"Teniendo dinero, para qué necesitas presupuestos"
De los autores de "un gobierno sin presupuestos ni es gobierno ni es ná"… llega ahora "teniendo dinero, para qué necesitas presupuestos". El nuevo evangelio que predica la Moncloa y del que ayer informaba puntualmente El País. Leo: "Sánchez tiene mucho dinero para gestionar sin necesidad del Parlamento: los fondos europeos suponen el verdadero eje de transformación económica con miles de millones de euros en proyectos".
En el entorno del presidente explican que el proyecto económico de fondo no está en unos nuevos Presupuestos, sino en la ejecución de los fondos europeos’. Acabáramos. Aquí está el nuevo estribillo: los Presupuestos que toda la vida se consideraron la ley más importante de cada año, la piedra angular de la labor de gobierno, la prueba de que la mayoría parlamentaria respalda los planes del Ejecutivo, quedan ahora convertidos en un accesorio: si lo tienes, bien; si no lo tienes, también. Accesorio prescindible porque habiendo fondos europeos, qué necesidad tendrás de Presupuestos.
Accesorio prescindible porque habiendo fondos europeos, qué necesidad tendrás de Presupuestos
Declara un ministro anónimo: "¿Por qué va a convocar Sánchez elecciones si tiene un proyecto y dinero para ejecutarlo?" Dices: no sé, ¿por qué la sociedad representada en el Parlamento no avala su proyecto? Tonterías, eso era antes, con la vieja política que daba a los Presupuestos, cada año, una importancia que hoy han perdido. Justo a la vez que Sánchez perdía los siete votos del compadre Puigdemont, pero así son las casualidades.
Los ministros creen estar en la cabeza del presidente
En el fondo lo más enternecedor es leer cómo ministros anónimos pretenden estar en el secreto de lo que piensa, opina o planea su admirado presidente. Pronto se han olvidado de que amagó con irse a su casa -o fingió amagar- sin avisar antes a ninguno de ellos.
Ni les avisó de la pájara fake ni les informó de que ya se le había pasado. Tuvieron que esperar todos a la comparecencia peliculera del presidente ante la cámara de televisión de la Moncloa. Hacen ver que están en la cabeza de alguien que disfruta demostrando que ni ellos ven venir sus golpes de efecto.