Tiene todo el sentido que Ucrania, Zelenski, los ucranianos celebren que cumplen un año resistiendo, repeliendo la agresión rusa. Pese a los miles de caídos en el frente, los millones de desplazados, la depresión económica, Ucrania -2023- sigue decidiendo qué es Ucrania.
Se cumple un año de fracaso de Putin
Tiene menos sentido que Vladimir Putin celebre que se cumple un año de su gigantesco error de cálculo. Un año de fracaso. Pese a la arrolladora potencia militar de que decía disponer, pese a los muchos meses de maniobras y preparativos, pese a las decenas de miles de jóvenes que ha enviado a morir, es Ucrania quien sigue decidiendo lo que es Ucrania. Que no es Rusia. Por mucha propaganda amenzante, mucho fervor disciplinado y mucha pompa orquestada que el caudillo ruso quiera imprimir a sus fastos de esta semana.
¿De qué presume Putin? Si nada ha resultado ser como él preveía. Y como él habría querido.
La batalla de esta semana es la de la propaganda, la de la retórica
La batalla de esta semana de aniversario está siendo la de la propaganda. Las puestas en escena. Los golpes de efecto. Los discursos. Y Biden se la está ganando a Putin de calle. Al ruso se le ha visto en el único sitio en el que ya se deja ver: Moscú. Su zona de confort, que dirían los modernos. En el Parlamento que le es dócil. Público cautivo y controlado. Sin riesgo de disidencia. Un discurso malo.
Biden aterrizó por sorpresa el lunes en Kiev,capital de una nación en guerra. Se abrazó con Zelenski, rindió tributo a los muertos, alentó a las fuerzas armadas ucranianas. Y luego se fue a Polonia. El octogenario viajero, recorriendo la Vieja Europa.
Polonia, con toda su historia, que es la historia de Europa. Polonia, que es la nación que más refugiados ucranianos ha acogido. Y cuyo gobierno ha liderado el compromiso económico y militar de la Unión Euroea y la Otan con el pueblo de Ucrania.
Biden proclama que Rusia nunca someterá a Ucrania. Putin proclama que Rusia nunca será vencida. La historia dirá quién yerra en su pronóstico
En los jardines del palacio real de Varsovia, ante una multitud bien abrigada, proclamó el estadounidense que un año después la OTAN es más fuerte, está más unida y tiene dentro a Suecia y a Finlandia. Las preguntas que hace un año ponían a prueba a las democracias occidentales hoy se han convertido en respuestas.
Días trascendentales para definir el mundo que viene
Biden proclama que Rusia nunca someterá a Ucrania. Putin proclama que Rusia nunca será vencida. La historia dirá quién yerra en su pronóstico. O si ambos aciertan y el conflicto armado termina en tablas. En lo único que coincidieron Putin y Biden ayer fue en describir los días que vivimos como trascendentales para definir el mundo que viene.
Eventos históricos e irreversibles, dice Putin, que darán forma al futuro del país y en los que tenemos una responsabilidad colosal. Y tanto que la tiene. La tiene él. La responsabilidad en el presente de los rusos, de los jóvenes enviados al frente, del país empobrecido por el aislamiento y las sanciones comerciales.
Días decisivos. Está en juego qué naciones, y qué regímenes políticos, disfrutarán de la hegemonía en el planeta. Y ahí es donde el caudillo ruso aún confía en que acabe asomando la patita China. Su compadre el presidente Xi. Tan amigo de la libertad y la pluralidad de partidos como él mismo.
Cuatro meses y medio de la ley del 'sólo sí es sí'
El calendario avanza. Cuatro meses y medio lleva ya en vigor la ley del 'sólo sí es sí'. Más de quinientas rebajas de penas. Y el gobierno empantanado en su propia contrarreforma. Que considera urgente e imprescindible el PSOE y considera innecesaria Podemos. Tener a un presidente que proclama la urgencia de un remiendo legal a su propia ley y es, a la vez, de sacarlo adelante es un chollo para quien está en la oposición. Porque puede afearle cada día la negligencia legislativa y la impotencia.
El presidente no se mueve ni un milímetro del estribillo que viene entonando desde hace tres semanas, éste que dice que se provocó un problema y ya está él ocupándose de arreglarlo
Apareció el asunto -cómo no iba a aparecer- en la sesión de control del Senado ayer y volverá a aparecer en la sesión de control en el Congreso esta mañana. Sin que el presidente se mueva un milímetro del estribillo que viene entonando desde hace tres semanas, éste que dice que se provocó un problema -se provocó él solo- y ya está él ocupándose de arreglarlo.
A la ministra portavoz Isabel Rodríguez le preguntaron ayer por qué han dimitido dos altos cargos del ministerio de Transportes por la chapuza de los trenes y no ha dimitido nadie por el fiasco del sólo sí. Salió del apuro malamente.
Bien sabe la ministra que la forma de asumir responsabilidades ha sido bien distinta. Como sabe por qué. No hay manera de hacer dimitir a una ministra de Podemos si ella no quiere. Y destituirla no le conviene a Sánchez, por lo menos ahora. Y por lo menos, en el cálculo de beneficios y costes que siempre tiene en la cabeza el presidente.
Nos incomoda que Europa se interese por los efectos de la ley del 'sí es sí'
Hay una delegación del Parlamento Europeo que está en España interesándose por las últimas leyes. La integran ocho mujeres de la comisión de Igualdad. Ayer se reunieron con Irene Montero y Carmen Calvo. Por separado, por supuesto.
La primera volvió a colocarles el raca raca de que los jueces que no saben aplicar su ley son una minoría -y que nada equivocado tiene la norma- y la segunda, según alguna de las eurodiputadas, respondió a las preguntas dando largas, evitando polemizar con el gobierno y poco menos que abroncando a la delegación europea por venir a entrometerse en la política española.
Para unas cosas nos gusta ser el faro que ilumina las reformas en Europa, para otras nos incomoda que Europa se interese por los efectos de una reforma.
¿Qué es la gente de bien?
Feijóo se hizo ayer un Rajoy en el Senado a cuenta de la ley del solo sí y la ley trans. Se erigió en defensor de lo que llama "gente de bien" para recriminarle a Sánchez que moleste a esta gente con leyes como éstas.
¿Qué es la gente de bien (no confundir con la gente bien)? La que es honrada, dice el diccionario, la de buen proceder. No le cabe a Feijóo en la cabeza, eso parece, que pueda haber personas honradas y de buen proceder que compartan el cambio que supone la ley trans o aspectos no penales de la ley del sólo sí.
Esto de confundir la posición de uno con la de la gente de bien es una tentación tan aventurada como identificar la opinión propia con el sentido común.
Yolanda Díaz sube la puja con los precios de los alimentos
Ah, y en el rosario de grescas verbales dentro del propio Gobierno atención a lo de topar precios de los alimentos porque Yolanda Díaz sube la puja. En este asunto, a diferencia del sólo sí o las armas de Ucrania, no se pone de perfil con su clásico…
Cuidar la coalición sólo es para eludir tomar postura sobre asunto incómodos. En lo de los alimentos la cuida poco. Si el ministro Planas insiste en que la posición del Gobierno sobre este asunto es el que manifiesta él y no ningún otro ministro o ministra, Díaz eleva la puja y emplaza a Sánchez a que tome partido: con quién está, con Planas o con ella.
Sánchez se ha dejado coleta retórica y anda resucitando el viejo discurso de los de arriba y los de abajo
Con quién está, presidente. ‘En cuanto usted hable, avanzaremos’, dice la esperanza blanca de la nueva y la vieja izquierda. Dando a entender, ¿verdad?, que Sánchez está más cerca de ella que del ministro de los Alimentos. No sería la primera vez.
No sería la primera vez que Sánchez se amoratara. Después de todo, se ha dejado coleta retórica y anda resucitando el viejo discurso de los de arriba y los de abajo. Contra la casta siendo casta.