Dijo Elías Bendodo, dirigente del PP que habla franco en la intimidad, que él seguro de que Sánchez sacaría adelante unos Presupuestos. Desde ayer debe de tenerlo aún más claro.
Sillones en el nuevo Consejo de Administración de RTVE
Al mercado de pujas que declaró abierto Sánchez a instancias de Puigdemont, y al que gozosamente han ido acudiendo todos los socios con su lista de la compra, se añadió ayer un pastel goloso: sillones en el nuevo Consejo de Administración de RTVE. ‘Sillones, tengo sillones, ¿quién quiere uno?’ ‘Yo, Podemos, que a Pablo siempre le hizo ilusión controlar los telediarios’. ‘Yo, la señora de Bildu, que tengo mucho que aportar porque fundé el Gara’. ‘Yo, Puigdemont, que aspiro a la corresponsalía en Suiza’.
Sillones, tengo sillones. Y tengo decidido aprobar, sí o sí, unos Presupuestos. Los que se sea. Mira que bicoca, dos sillones te ofrezco si te pones estupendo. Quién te va a querer más.
Obrando el milagro de convertir el agua en vino convirtiendo un decreto -la expresión máxima de la voluntad única de un gobierno- en el exponente máximo de la pluralidad y el consenso
El gobierno compaginó su esforzada tarea diaria de hacerle oposición a Ayuso, a Feijóo, a Rajoy y a Aznar, con la menos esforzada tarea de justificar las prisas que le han entrado para renovar la cúpula de la corporación. Renovarla con mayoría gubernativa, se entiende, remake del añorado bloque de la investidura ninguneando al Senado.
Y obrando el milagro de convertir el agua en vino convirtiendo un decreto -que es la expresión máxima de la voluntad única de un gobierno- en el exponente máximo de la pluralidad y el consenso. Y la marginación del Senado (cuatro consejeros elegidos por la Cámara Alta frente a once elegidos por la Baja), sin argumento que lo justifique, en la prueba de lo mucho que se respeta a los ciudadanos votantes. Arrojo, o cuajo, no le faltó al ministro de Prensa.
Óscar López, ministro de RTVE y la vigilancia de otros medios de comunicación
RTVE se define como empresa pública independiente del gobierno (no vale reirse). Su propietaria es la SEPI, sociedad pública que depende del ministerio de Hacienda. Pero la forma de elegir a sus administraciones se ve que ahora depende del ministerio para la Transformación Digital y la Función Pública -no me pregunten por qué- del que es titular reciente el veterano político -y propagandista irremediable- Óscar López Águeda.
El ex jefe de gabinete, y ex presidente de Paradores, ejerce ya, de facto, como ministro para la RTVE y la vigilancia de otros medios de comunicación. Perdón, para la Acción Democrática, que me ha bailado el nombre. Y ayer ejerció también de semi portavoz del gobierno -tiembla, Pilar Alegría- porque le correspondió a él, que ni lleva la SEPI ni las relaciones con las Cortes, predicar las bondades de cambiarle a las Cortes la forma de elegir el Consejo de Administración de R-T-V-E. Todo en orden.
Con urgencia aprueba el gobierno su decreto
Es sabido que los decretos en nuestro ordenamiento se reservan para situaciones de urgencia, o se reservaban, porque llegó Sánchez y se convirtieron en el modo habitual de proceder del poder ejecutivo. De modo que con urgencia aprueba el gobierno su decreto, lo lleva con urgencia también al pleno de la semana que viene -el plazo es de un mes, pero le han entrado las prisas- y en un mes están sentados en sus sillones los nuevos consejeros con o sin el PP: si se anima, por mayoría de tres quintos, y si no también.
Si, en el futuro, un partido obtiene mayoría absoluta en las urnas, podrá llenar el Consejo de RTVE sólo de delegados gubernativos
O sea, con mayoría absoluta vale. Que significa que si, en el futuro, un partido obtiene mayoría absoluta en las urnas, podrá llenar el Consejo de RTVE sólo de delegados gubernativos. Por aquello del pluralismo. Recuérdelo el electorado de izquierdas por si acaso alguna vez sucede: Feijóo con mayoría absoluta y todo el consejo de administración ocupado por gente del PP. Pluralmente. Dices: bueno, pero Sánchez se asegura seis años de mayoría de su cuerda. Tampoco. El gobierno siguiente tendrá el mismo derecho que él a aprobar decretos que cambien las reglas.
El gobierno tiene un doctorado en ingeniería legal
De momento, el escenario es otro, claro. Es sabido que el gobierno está en minoría pero que para armar una mayoría absoluta en un reparto de sillones sólo tiene que repartir entre todos los afines, y si faltan sillones, se amplía el número por decreto y así hay sillones para todos. Con diez no nos da, que sean quince.
La ingeniería legal en la que este gobierno tiene un doctorado. Y amagó con cambiar el modo de elegir el C-G-P-J, acuérdese, y sugirió esto de que con mayoría absoluta fuera más que suficiente. Y se da la circunstancia de que la idea que tiene el gobierno de un vocal del C-G-P-J es un poco la misma que tiene de un consejero de R-T-V-E: delegados de los partidos. Es revelador que cada vez que ayer habló el ministro de Prensa de los futuros consejeros de la corporación se refiriera a ellos no como figuras acreditadas que merezcan el aval del Parlamento cada una de ellas, sino como sinónimos de los partidos políticos.
Quince sillones a repartir, cuántos para cada partido. Ésta debe de ser la famosa despolitización de las empresas públicas
Si ésta es la cosa, que el PP como tal no tiene que estar en ningún Consejo de Administración. Ni el PP, ni el PSOE, ni Bildu. Pero queda clara la idea: quince sillones a repartir, cuántos para cada partido. Ésta debe de ser la famosa despolitización de las empresas públicas.
Al gobierno le han entrado las prisas y Le han entrado las prisas. Cambia la forma de elegir a los administradores de la finca -perdón, la corporación- por decreto. Que es, como se sabe, la forma más plural y consensuada de hacer algo: por decreto. Que dice el presidente que matamos dos pájaros de un tiro: amarramos Presupuestos y ponemos orden de una vez en RTVE, hay que poner ahí a un consejero delegado con mando en plaza, el nombre ya lo tiene elegido, falta abrirle camino parlamentario. Hágase. Ya. Y se ha hecho.
El caso es enredar
Ayuso no se ve visitando en la Moncloa a Sánchez ni en sus peores pesadillas pero sí sueña con llevar de los pelos a Sánchez a una comisión de investigación parlamentaria. Lo de investigación es un decir y el Parlamento es el autonómico de Madrid, donde reina Ayuso con la mayoría absoluta que el PSOE se ha resignado a no tener nunca. El grupo popular, o sea, Ayuso, incluye a Sánchez en la lista de posibles comparecientes en la comisión sobre la Universidad Complutense, o sea, sobre el máster, o sea, sobre Begoña Gómez. Aquí, el caso es enredar.
Feijóo hizo ayer grandes esfuerzos para convencer al personal de que esto de Ayuso y su rebelión contra la doctrina oficial del PP -si hay que ir, se va- es agua pasada. Grandes esfuerzos sin éxito, hay que decir.
La Moncloa distribuye el estribillo de que hay que ver qué menguante es el liderazgo de Feijoo. Aunque, en rigor, jamás le ha reconocido liderazgo alguno
Está bien explicado sí, el resumen es qué remedio, tendré que respaldarla. Aunque haga lo contrario a lo que haría yo. La Moncloa distribuye el estribillo de que hay que ver qué menguante es el liderazgo de Feijoo. Aunque, en rigor, jamás le ha reconocido liderazgo alguno. Cómo puede menguar lo que no existe. Lleva tanto tiempo ya menguando que no se entiende que le saque entre cinco y siete puntos de ventaja a un líder tan sólido como Sánchez.
La Moncloa acusa a Ayuso de absentismo laboral
La Moncloa ha pasado de acusar a Ayuso de corrupta a acusarla de absentismo laboral: esto es lo que tiene irse calentando, empiezas imputando a alguien un delito y terminas imputándole escaqueo, es como una espiral pero al revés. Lo del absentismo le quedó entre ocurrente y tontorrón ayer al gobierno, que de pronto ha descubierto lo imprescindibles que son para la buena marcha del país las reuniones de presidentes autonómicos con el presidente del gobierno.
Antes de comprometerse con Illa y Esquerra a un nuevo sistema de financiación tampoco se percibió en el presidente necesidad alguna de reunirse con nadie
Antes de comprometerse con Illa y Esquerra a un nuevo sistema de financiación tampoco se percibió en el presidente necesidad alguna de reunirse con nadie. No los había convocado ni una vez desde que superamos la pandemia pero ahora considera trascendental que vayan desfilando uno a uno por la Moncloa. Por los ciudadanos, dice, porque hay que gobernar también para quienes no te han votado (esto lo dice por Ayuso, se entiende, no por Sánchez, constructor confeso de muros).
Se están relajando sus peones, presidente
Puede que ayer fuera el primer día en meses que ningún ministro dijo nada del novio de Díaz Ayuso. Ojo, que se están relajando sus peones, presidente. Sobre Ábalos tampoco han dicho nada. Tuvo una nueva oportunidad la ministra portavoz de rectificar la versión falsa que dio sobre el auto de la Audiencia Provincial de Madrid pero no lo hizo. Tuvo una nueva oportunidad María Jesús Montero de disculparse por haber dicho en su día que sólo Exteriores sabía que venía Delcy y no lo hizo. Pero sí dejó el ministro Bolaños una frase interesante. Presumiendo de cuánto colabora el gobierno, y el PSOE, con los jueces que investigan.
Aportando pruebas. ¿Qué pruebas? ¿Qué pruebas ha aportado el gobierno de la corrupción que anidó en el seno del gobierno con José Luis Ábalos, presuntamente? ¿Qué pruebas y cuándo? ¿Es una admisión de que hubo corrupción en el ministerio de Fomento? Interesante.
Por cierto, ayer dijo Yolanda Díaz, siempre coherente, que esto de que los partidos se metan en trifulcas judiciales a ella no le gusta. Que sólo genera ruido. Que no ayuda en nada a los ciudadanos.
Un dato, vicepresidenta. Hay un partido que está personado en la causa contra un ciudadano particular apellidado Amador sólo porque es el novio de una señora que se dedica a la política. El partido se llama Más Madrid. Igual le suena porque es lo más sólido que queda de lo que iba a ser, y nunca fue, Sumar.