OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Piquitos y manoseos"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la condena de agresión sexual a Luis Rubiales por "propinarle" un beso no consentido a Jenni Hermoso y sobre las acusaciones contra Monedero como autor de "manoseos" y, por tanto, de agresiones sexuales también.

Carlos Alsina

Madrid |

Culpable, sí; pero mínimo castigo. Condenado, sí; pero poco. Poco para lo que pedía la fiscalía, que sale de este juicio trasquilada. Luis Rubiales, abusando de la posición que tenía como presidente de la Federación Española de Fútbol, abusó de la jugadora Jenni Hermoso agarrándole la cabeza, sin permiso de ella, y propinándole un beso, sin permiso de ella, por la única razón de que a él -que no a ella- le apetecía.

Culpable, sí; pero mínimo castigo

‘Propinar’ es el verbo que ha escogido el juez para describir el hecho, porque los besos se dan, pero los besos no consentidos se propinan, o sea, se imponen. ¿Hecho probado? El abuso. Tipificado en el Código Penal como agresión sexual -desde la ley del sólo sí es sí no hay distinción entre agresión y abuso- y castigado por el juez con la pena más baja que la gradación en vigor recoge.

Desde la ley del sólo sí es sí no hay distinción entre agresión y abuso

Propinarle a una mujer un beso -besito, lo llamó el condenado, piquito lo había llamado antes- sabiendo que ni ha sido consultada ni existía indicio alguno de que ella lo quisiera -propinándoselo- le ha salido a Rubiales por 13.800 euros: los 10.800 de la multa, a razón de doscientos euros al mes, y los tres mil de indemnización a la mujer que fue violentada.

El juez no aprecia violencia ni intimidación

La fiscalía no sale muy airosa. Pedía dos años y medio de prisión para Rubiales. Y pedía año y medio para los tres ex directivos juzgados por coacciones. Lo que la fiscal consideraba probado, delito de coacciones sobre Jenni Hermoso y su familia para que respaldara en público la versión de Rubiales, le ha parecido al juez que lejos de estar probado no puede condenarse a ninguno por ello.

Y no porque no maniobraran para que ella le quitara hierro al asunto -Vilda diciéndole al hermano de Jenni que le convenía que la situación se enfriara- sino porque, habiendo existido esas maniobras, no alcanzaron a tener ni laintimidación ni la violencia que la ley exige para ser delito de coacciones. Este requisito, de violencia o intimidación, es lo que hace que los cuatro queden absueltos. Y es lo que no comparte, por ejemplo, Irene Paredes, capitana de la selección que fue testigo en el juicio.

El delito de coacciones, en el Código Penal, establece que debe haber existido violencia

La coacción en el lenguaje común puede entenderse como la presión para que alguien haga algo que no quiere. Y eso pasó. Pero el delito de coacciones, en el Código Penal, establece que debe haber existido violencia. Y eso es lo que el juez no aprecia que llegara a haber. Es probable que la fiscalía recurra. Y lo hará, seguro, la defensa de Rubiales.

El profesor de Políticas metido a fundador de partido feminista

Un beso no pedido ni querido, un beso impuesto, es agresión. Un tocamiento no consentido ni deseado -tocamiento, manoseo- es agresión. Nadie ha denunciado en un juzgado, ni ha sido juzgado ni, por supuesto, condenado por agresión Juan Carlos Monedero. Pero sí hay una denuncia interna en la Universidad Complutense, de una alumna que se sintió acosada, y sí existieron varias denuncias internas en Podemos de mujeres que se sintieron manoseadas -y, por tanto, violentadas- por el profesor de Políticas metido a fundador de partido político feminista.

Un beso no pedido ni querido, un beso impuesto, es agresión. Un tocamiento no consentido ni deseado, es agresión

Gracias al impulso de asociaciones y partidos, entre ellos Podemos, existen protocolos para combatir los abusos tanto en las organizaciones como en las empresas o las universidades. Ha sido un avance muy de nuestro tiempo que permite que ahora las organizaciones puedan ser examinadas por su forma de aplicar esos protocolos y responder a las denuncias internas que reciben.

Era vox pópuli que este ciudadano acostumbraba a violentar a las mujeres

La Universidad Complutense informó ayer de que tiene abierta una investigación por la queja presentada por una alumna sobre Monedero. ElDiario.es informó ayer -lo recogimos aquí- de que lleva desde noviembre indagando sobre dos denuncias que recibió la dirección de Podemos en septiembre de 2023, de dos mujeres que señalaban a Monedero como autor de manoseos, es decir, y con la ley del sólo sí es sí en la mano, de agresiones sexuales.

Sostenían que era vox pópuli que este ciudadano acostumbraba a violentar a las mujeres. ABC había publicado el día anterior -también lo contamos- que Gregori, ex colaborador de la televisión de Iglesias, había escuchado a una mujer describir comportamientos que se corresponden -de nuevo, con la ley en la mano- con agresiones sexuales.

De dos mujeres que señalaban a Monedero como autor de manoseos, es decir, y con la ley del sólo sí es sí en la mano, de agresiones sexuales

Monedero cargó ayer en el twitter contra Gregori reprochándole que alimente las acusaciones falsas, evocando el caso Neurona o la policía patriótica y envolviéndose, en fin, en las causas archivadas de que fue objeto el partido Podemos o los ataques de sus adversarios políticos para negar crédito a esto otro, que es un comportamiento personalísimo suyo, presuntamente delictivo, y que a Podemos le afecta por una única razón, que es que tuvo conocimiento de las denuncias internas y, según dice ahora, actuó desde el primer momento y lo apartaron de la actividad que ejercía.

Asunto Belarra y asunto Montero

El problema es que, cuando ese apartamiento se produjo, no lo atribuyeron a nada de esto. Bien al contrario, Ione Belarra le agradeció que hubiera estado ahí pese a tantos ataques injustos como había recibido. Ahora pretende explicar Podemos que se tomaron en serio la sospecha de agresión sexual en 2023 aunque ocultaran que la razón de orillar a Monedero era ésa y aunque no consta que la actuación interna avanzara después en ningún sentido.

Ahora van a tener que explicar qué precauciones tomaron ellas para que ninguna mujer volviera a ser violentada, presuntamente, por su colega y padre fundador de Podemos

Y ahí es donde el asunto Monedero se convierte ahora en un asunto Belarra y un asunto Montero. Reprocharon a Yolanda Díaz que no tomara precauciones sobre Íñigo Errejón y ahora van a tener que explicar qué precauciones tomaron ellas para que ninguna mujer volviera a ser violentada, presuntamente, por su colega y padre fundador de Podemos.

Acierta a Sánchez al viajar a Kiev

Acierta Sánchez. Acierta el presidente al viajar el lunes a la capital de Ucrania. Se cumplirán ese día tres años de los primeros bombardeos rusos sobre las principales ciudades del país, Kiev incluida, y del inicio de la invasión terrestre con la que Putin pretendía tumbar las instituciones ucranianas, poner en fuga a Zelenski (o en fuga o en un ataúd) e imponer al pueblo de Ucrania su voluntad imperial.

Ahora que los Estados Unidos de Trump se nos ha hecho prorrusos y están volcados en la doble tarea de blanquear al agresor y deslegitimar al agredido, tiene todo el sentido presentarse en Kiev para hacer visible que la posición de España no cambia. Respaldo a las instituciones legítimas de Ucrania, defensa de su soberanía y su integridad territorial, y apoyo explícito a Zelenski en su combate contra la propaganda y la intoxicación del ruso.

Ahora que los Estados Unidos de Trump se nos ha hecho prorrusos, tiene sentido presentarse en Kiev para hacer visible que la posición de España no cambia

En esto, nadie podrá reprocharle a Sánchez ni medias verdades, ni ambigüedades ni cambios de opinión. Su posición ha sido nítida, comprometida y beligerante desde el primer día. Ha forjado una relación estrecha con Zelenski, como el propio presidente ucraniano ha manifestado alguna vez, y le ha recibido en España para que el rey y el Parlamento -el Estado y la representación de la sociedad- pudieran manifestarle también que España está con su país y contra quien lo ha invadido.

Tiene el presidente -es verdad- disidencia interna en su gabinete respecto de la inversión militar y el envío de armamento a Ucrania -la tuvo ya cuando era Podemos el socio de gobierno, Belarra llamó al PSOE partido de la guerra- pero ha ignorado sin despeinarse los reparos de su ala izquierda y ha empujado en Bruselas para que el apoyo político a Zelenski fuera inequívoco.

El lunes, la presencia en Kiev es el mensaje. La respuesta española al blanqueamiento trumpista de la invasión y al plan de premiar al agresor entregándole un trozo de Ucrania a cambio de que renuncie a quedarse con el resto.

Nadie podrá reprocharle a Sánchez ni medias verdades, ni ambigüedades ni cambios de opinión

Es la posición de España y es la posición de la Comisión Europea y del Consejo. El lunes estarán, también, en Kiev Antonio Costa y Ursula Von der Leyen. Se sabe que a Trump le dará lo mismo pero hay cosas que merece la pena hacer al margen de lo que le parezcan o le dejen de parecer a Trump.

Aún está a tiempo el presidente Sánchez de dirigirse a la opinión pública española, sin necesidad de esperar a hacer una declaración en Kiev, para exponerle qué significa, para nuestro gobierno, el cambio de guion que Donald Trump pretende imponerle a la política internacional y la relación de Estados Unidos con Europa. Y si no es antes de ir, que sea a la vuelta.

El Partido Popular ha solicitado ya la comparecencia del presidente en el Congreso para informar específicamente sobre este asunto -petición que también tiene todo el sentido- y no parece que el gobierno tenga un solo motivo justificado para regatearle al Parlamento la presencia del presidente.

El ascenso hasta la segunda plaza de la extrema derecha

El resto de Europa, España incluida, mirará este domingo a Alemania para saber qué gobierno, y con qué orientación política, prefiere la mayoría de los votantes. Allí, como aquí, el jefe de gobierno no lo eligen directamente los electores; se elige el Parlamento y luego éste, procede.

Los tres años de gobierno de coalición de izquierdas -el tripartito o semáforo- han desembocado en la hegemonía demoscópica de la derecha de siempre (30% del voto) y el ascenso hasta la segunda plaza de la extrema derecha (20%). No parece que Olaf Scholz, celebrado por el PSOE en 2021 como la prueba de que Europa iniciaba el giro hacia las mayorías progresistas, vaya a pasar a la historia ni de Alemania ni de la Unión Europea.

El revulsivo se quedó en chasco y los socialdemócratas europeos habrán de dolerse este domingo por el fracaso.

Monólogo de Alsina 21/02/2025