Qué decepción, como diría Óscar Puente, qué decepción. Les dije ayer que estaba seguro de que el presidente del gobierno, tal como hace diez días cargó duramente contra Vox por no llamar dictadura al franquismo, tal como imputó al PP banalizar el régimen dictatorial con sus leyes, dijo, ‘de antimemoria’, cargaría ayer, en cuanto tuviera un micrófono delante, contra Bildu por no llamar terrorismo al terrorismo e imputaría a Otegi y su cuadrilla por alimentar la antimemoria sobre nuestro pasado más reciente.
Silencio presidencial
Qué decepción, como diría Puente, qué decepción. Ni media palabra se le escuchó ayer al presidente, tan rápido, tan expansivo, tan insistente, cuando de reprobar a la derecha se trata -incluidas sus comparecencias en Bruselas- y tan lento, tan reservado, tan mudo cuando es uno de los partidos del ‘somos más’ el que de forma reincidente banaliza el terror de ETA y a cuarenta años matando le llama ciclo político. No encontró un momento el presidente para comentar el asunto.
Sánchez no encuentra nada nuevo que comentar porque de sobra sabe él que Sortu no considera que ETA fuera terrorista, no considera que sea repudiable lo que hizo
En un acto de magnanimidad, atribuyamos el silencio presidencial al hecho de que Sánchez, a diferencia de estos ministros que fingen haberse enterado ahora de lo que piensan los Otegi, los Pla, los Otxandiano y las Aizpurúa, Sánchez no encuentra nada nuevo que comentar porque de sobra sabe él que Sortu no considera que ETA fuera terrorista, no considera que sea repudiable lo que hizo, siente gratitud y respeto por los asesinos múltiples encarcelados y llama normalidad democrática a tener como líder a perpetuidad de su partido a un tipo condenado por delitos violentos.
Todo en orden en el maravilloso mundo de la izquierda abertzale, tan dada a recordar el pasado de los demás y tan reacia a asumir la basura de su propio pasado.
Todo en orden en el maravilloso mundo de la izquierda abertzale, tan dada a recordar el pasado de los demás y tan reacia a asumir la basura de su propio pasado
El diario El País elegía ayer un verbo oportuno y poco frecuente: capear. Que es muy marinero. ‘El gobierno capea sus contradicciones sobre Bildu’. Capear en el sentido de sortear una situación comprometida, no en el sentido, que también lo tiene, de entretener al personal con engaños. Capear contradicciones. Pablo Iglesias lo llama cabalgar contradicciones porque él es más de permanecer subido al caballo que de salir a navegar.
No es capear contradicciones. Es torear al personal en función de la conveniencia
Resumen de las últimas cuarenta y ocho horas gubernamentales: la ministra portavoz dice que Bildu es incompatible con la democracia, el presidente del gobierno no dice nada y la vicepresidenta uno presumía de la cantidad de medidas sociales que han salido adelante en el Congreso gracias a Bildu. Gracias, Bildu, gracias aunque seas incompatible con la democracia.
Sí parece que hay algunas contradicciones, sí. ¿La principal? La que ya se puso sobre la mesa cuando la moción de censura en Pamplona: el PSOE facilita el gobierno municipal a Bildu en la capital de Navarra y promete no facilitarle nunca el gobierno de ningún sitio en Euskadi. Lo que pasa es que subrayar esa contradicción hace unos meses era propio de la fachosfera y mitinear ahora sobre lo retrasado que anda Bildu en su reconocimiento del pasado es un alarde de progresismo.
El PSOE facilita el gobierno municipal a Bildu en la capital de Navarra y promete no facilitarle nunca el gobierno de ningún sitio en Euskadi
Y así, todo. No es capear contradicciones. Es torear al personal en función de la conveniencia. Marca de la casa. Casa Sánchez.
El caso más notable es el del ministro Puente, muy recordado estos días porque fue quien con más entusiasmo festejó que Bildu gobernara Pamplonapor la gracia del PSOE. A quienes lo criticaron les dijo aquello de ‘quince años después del fin de ETA parece que ahora no queremos permitirles gobernar’. Criaturas, tan privadas de su derecho a mandar.
Ocurre que justo ésa es la posición del PSOE en Euskadi, privar a Bildu a toda costa de cualquier gobierno. Tan a toda costa que si hay que aceptar el apoyo del PP, como en Vitoria, se acepta. Le pregunté por este asunto al ministro el día que estuvo aquí.
No pareció que Puente viera a Bildu muy incompatible con nada. Ayer estuvo en un acto de El Español y volvió a salir, claro, esta cuestión.
El relato fake sostenido y publicitado por Bildu
La gran decepción. Fruto del gran autoengaño, habrá que decir. No ha lugar a la decepción a poco que uno haya seguido la actuación, y los discursitos calculados de Otegi y compañía de los últimos once años. No hay ningún proceso encaminado a llamar a las cosas por su nombre (estribillo repetido ayer por los portavoces socialistas).
Hay un relato fake de los últimos cuarenta años sostenido, y publicitado, por Bildu en todas sus actuaciones. El relato del conflicto entre dos pueblos, el español opresor con sus cuerpos represivos y el vasco oprimido por cuya libertad combatía el grupo armado, que diría Otxandiano.
Lo de Bildu no es cobardía, es falsificación de la Historia, por eso escuece que se le dejara meter mano en la ley de la Memoria Democrática
Lo de Bildu no es cobardía, es falsificación de la Historia, por eso escuece que se le dejara meter mano en la ley de la Memoria Democrática (sin exigirle que antes dejara de alimentar la antimemoria). Con Bildu sólo se ha engañado quien se ha querido engañar. O quien ha querido engañar a los demás.
Zapatero condescendiente con Bildu
Zapatero aterrizó ayer en la campaña vasca, en su renovado papel de revulsivo electoral (tras el gatillazo gallego) y estuvo condescendiente con Bildu. Que tiene problemas para llamar aún a las cosas por su nombre, dice. Y que por supuesto el PSOE no se lo reprocha por interés partidista, claro que no, el PSOE no es como los demás, lo hace por el bien de Euskadi, que es en lo único que piensa. Nada más lejos del ánimo socialista que arrojar nada contra nadie, palabra de ZP, salvo que el nadie sea de derechas, se entiende, que entonces sí se puede, sí se puede. Pero Bildu no, que es mayoría de progreso. Hay que darle tiempo. Ya llegará.
Llamar a las cosas por su nombre: ¿cómo se llama el papel de la izquierda abertzale en el terrorismo que fue terrorismo?
Amén. Más difícil resulta escuchar a algunos dirigentes, y ex gobernantes, llamar por su nombre a dictaduras actuales. Pero bueno, el mensaje se entiende. Llamar a las cosas por su nombre: ¿cómo se llama el papel de la izquierda abertzale en el terrorismo que fue terrorismo?
"Oiga, Patxi, que dice el ministro que a los fiscales me los borres"
Ya es mala suerte que haya sido a petición de Bildu, precisamente, que el PSOE haya metido en la lista de convocados a la comisión Koldo+ a tres fiscales. ¡Lawfare, lawfare! Patinazo del grupo parlamentario socialista, no se os puede dejar solos, Patxi. Veinticuatro horas después de que el PSOE aceptara en el Congreso pedir la comparecencia del fiscal anticorrupción Luzón y dos fiscales de la fiscalía europea, salió el fiscal general a quejarse y salió el ministro Bolaños a decir que no procede.
Oído cocina y sus órdenes: el grupo socialista hace saber que volverá a votarse la lista para dejar fuera a los fiscales, de chapuza en chapuza hasta despejar cualquier duda sobre quién manda en la actividad parlamentaria. ‘Oiga, Patxi, que dice el ministro que a los fiscales me los borres’. Y se los borra. Esto pasa por no pedir permiso antes.