No es calendario. Es política. Comienza la semana del Día de la Mujer y este año llega con un contexto político inédito. No es novedad -qué lo va a ser- que el PSOE y Podemos, Sánchez e Iglesias, choquen. Sí lo es que el grupo socialista vaya a rectificar una de las leyes que Podemos considera como propia pasando por encima de los morados y sus socios más fieles y en sintonía con el PP y con Vox. Con todo el partido que Iglesias calcula que podrá sacarle a eso.
Podemos predica que Sánchez coquetea con la extrema derecha
A ver qué se encuentran. ¿Quiénes? Pues los ministros y ministras socialistas que acudan a la marcha. Y a los que estará esperando la muchachada de Podemos para pitarles y tacharles de ser de derechas, que en el catecismo morado es el pecado más grave que uno puede cometer. Más, mucho más, que haber hecho una ley que rebaja el castigo para algunas agresiones sexuales.
Ya viene predicando Podemos, desde hace cinco semanas, que Sánchez coquetea con la extrema derecha, quiere que las mujeres violadas tengan que demostrar que se resistieron y si de él dependiera, a quien le aliviaría el castigo es a la manada. En fin, este discurso incriminatorio que practica Podemos respecto de Sánchez o de cualquiera que sostenga que la ley del 'sólo sí es sí' tiene un problema.
Estará esperando la muchachada de Podemos para pitarles y tacharles de ser de derechas, que en el catecismo morado es el pecado más grave que uno puede cometer
Naufragada -eso parece- la posibilidad de que PSOE y Podemos lleguen a ponerse de acuerdo en esto -hasta que se vote mañana, quién sabe- el equipo de persuasión y propaganda de la Moncloa se ve obligado a cambiar de guión para que el personal olvide, pelillos a la mar, aquello que dijo Patxi López cuando se le preguntó si hablaría con el PP y con Vox para asegurarse su apoyo al remiendo socialista.
El pacto del Tinell en versión Patxi. En su descargo habrá que decir que esto es lo que dijo hace un mes porque fue lo que le dijeron que dijera. Hace un mes estaba el PSOE predicando que era posible el acuerdo con las izquierdas, aunque se resistiera Irene Montero. Y para eso había enviado el presidente a sus dos negociadores pata negra, Bolaños y María Jesús Montero.
El PSOE reforma la ley con los votos de la derecha
Esta vez, agua. Por eso ahora lo que toca, según Moncloa, es destacar el amplísimo apoyo que tendrá mañana su remiendo. Abría El País su edición del sábado con aire de trompetas: ‘El PSOE reúne 285 votos para reformar el sí es sí’, ole, ole, éxito arrollador, qué mayoría más abrumadora y qué en minoría se quedará Irene Montero. 285. Que son el grupo socialista más el PP, derecha; Vox, extrema derecha; Ciudadanos, al que el gobierno considera muy de derechas; el PNV, que rojo peligroso nunca ha sido; lo que queda del PDeCAT, la derecha indepe catalana; y Coalición Canaria, que es tan roja como el PNV.
Sánchez mira cada día el contador electoral
Ahí está Pablo, esperando a Pedro. Claro que Pedro está en lo suyo. Y lo suyo es mirar cada día no el contador de rebajas de penas -más de setencientas- sino el contador electoral que es la madre de todos su desvelos.
Se le junta esta semana la manifestación -o manifestaciones- del Día de la Mujer con el Tito Berni, que en realidad, y para la preocupación socialista, es el caso puterío. El miércoles hay dos manifestaciones en Madrid. La del 8M de toda la vida, que es donde Podemos quiere hacer sufrir al PSOE, y la del Movimiento Feminista, que se hace llamar así y que está en contra de la ley trans y a favor de la abolición de la prostitución. A ésta es seguro que no acude el Tito Berni.
A la manifestación a favor de la abolición de la prostitución seguro que no acude el Tito Berni
En una semana tan prometedora en lo político, el presidente cumple con dos de sus más conocidas tradiciones políticas: una es anunciar sus proyectos de ley no en actos de Gobierno, o en el Parlameento, sino en los mítines. Para despejar cualquier duda sobre el carácter mitinero de sus iniciativas.
Habrá que confiar en la pericia reformista de Pedro el paritario
El sábado anunció el presidente que va a aprobar un proyecto de ley -él dice ley, pero las leyes no las aprueba él, todavía, existe una cosa llamada Cortes Generales-. La reacción lógica del auditorio habría sido preguntarle si esta vez se ha estudiado bien su propia ley o como con la del 'sólo sí', que rebajó las penas por agresión sexual sin darse cuenta. Pero como era un auditorio afín dio por hecho que había que confiar en la pericia reformista de Pedro el paritario.
Que es verdad que ha tenido cuatro años para promover una obligación legal como ésta que ahora propone. Y que si no lo ha hecho en cuatro años debe de ser porque no le pareció nunca urgente o porque nunca tuvo a la vez una crisis aguda con Podemos, un Tito Berni y un Ferrovial todo en la misma semana. Proceda presidente, prometa, prometa.
A la paridad por la vía de la obligación legal
A la paridad por la vía de la obligación legal. No ha habido poder ejecutivo en España que haya presumido más de su labor legislativa.
Hasta que mañana se apruebe el proyecto no sabremos qué entiende el presidente por paridad. Porque la lista cremallera es clara: tantos hombres como mujeres y alternándose. La lista cremallera del PSOE en Madrid para las generales, por ejemplo, siempre la encabeza un hombre.
Si paridad significa tantos hombres como mujeres, va a hacer ilegal su propio Consejo de Ministros, donde están catorce a ocho
Pero por paridad en los gobiernos debe de querer decir otra cosa: al menos tantas mujeres como hombres y permitiéndose que sean más. Porque si paridad significa tantos hombres como mujeres, va a hacer ilegal su propio Consejo de Ministros, donde están catorce a ocho. Salvo que Sánchez esté pensando en despedir tres ministras para nombrar tres hombres, paritario no va a ser.
En los consejos de administración de las empresas, lo mismo. ¡Y en los jurados!, dijo el presidente, ¡en los jurados de los premios, que ya está bien de que sólo haya hombres!
En el Gabinete de la Presidencia todavía queda trabajo por hacer en asuntos de paridad
Es encomiable la labor paritaria de Sánchez. Lo que ocurre es que luego miras su núcleo duro, el de sus hombres de confianza en la Moncloa, y en efecto lo que te salen son hombres y hombres y más hombres. El núcleo duro del presidente es el Gabinete de la Presidencia. Y ahí tiene aún trabajo que hacer.
Veamos, según el Portal de Transparencia el organigrama es éste:
Presidente, Pedro Sánchez. Hombre.
Director del Gabinete del Presidente: Óscar López. Hombre.
Secretario general de la Presidencia: Francisco Martín. Hombre.
Director adjunto del Gabinete: Antonio Hernando. Hombre.
Secretario de Estado de Comunicación: Francesc Vallés. Hombre.
Secretario general de Asuntos Económicos: Manuel de la Rocha. Hombre.
Secretario general de Planificación Política: Francisco Salazar. Hombre.
Alto Comisionado para la Pobreza Infantil: Ernesto Gasco. Hombre.
Oficina de Coordinación de la Presidencia de la UE: Aurora Mejía. ¡Una mujer! ¡Una de nueve!
Sí que queda trabajo por hacer. Para cuándo un Gabinete cremallera del presidente.