Se veía venir y, como es costumbre con Donald Trump, todo se acelera. Ahora toca destruir a Zelenski. Desacreditarle, caricaturizarle, deslegitimarle, matarle políticamente. Rematar, con toda la potencia de fuego de la Casa Blanca, la operación que a Putin se le quedó a medias cuando empezó a bombardear las ciudades de Ucrania hace tres años.
El plan de Putin falló
El plan era: primero misiles, después invasión terrestre hasta llegar a Kiev -acuérdese de la columna aquella adentrándose en Ucrania desde Bielorrusia-, después tomar la capital, la televisión, el Parlamento, la sede de la Presidencia y por fin, detener a Zelenski si es que para entonces no había huído. Que probablemente eso es lo que Putin esperaba que sucediera, que iniciada la invasión, Zelenski saliera de Ucrania por piernas y buscara acomodo en Polonia, o en Bruselas.
Rematar, con toda la potencia de fuego de la Casa Blanca, la operación que a Putin se le quedó a medias cuando empezó a bombardear Ucrania
El plan falló, la invasión se complicó, el ejército ucraniano resultó ser más eficaz de lo que se creía, Zelenski no huyó, el pueblo respondió a su llamamiento a resistir, los gobiernos de la OTAN ofrecieron su ayuda, la Unión Europea tomó partido contra el invasor y sólo por eso, por todo eso, hoy Ucrania sigue siendo una nación independiente de Rusia, medio invadida, con barrios enteros en ruinas, con miles de muertos por las bombas o en combate, con decenas de miles de mujeres y niños expatriados, pero independiente y con instituciones propias.
Trump reescribe la historia y presenta a Ucrania como el problema
Ahora, Donald Trump reescribe la historia -o se la inventa-, presenta a Ucrania como el problema y a Putin como la solución, abraza y hace suya toda la morralla propagandística del caudillo ruso e inicia el acoso y derribo de las instituciones ucranianas.
El primero, naturalmente, Zelenski. Al que cuelga gratuitamente el cartel de dictador con el estúpido argumento de que las últimas elecciones presidenciales fueron en 2019 y que habría que haber celebrado las siguientes el año pasado. Es notable, que este Trump que no reconoció el resultado electoral en su país en 2020, llame dictador a quien no ha convocado elecciones porque tiene el país en guerra contra el agresor ruso. Si Zelenski es un dictador, qué será Putin.
Trump hace suya toda la morralla propagandística del caudillo ruso e inicia el acoso y derribo de las instituciones ucranianas
El plan tiene poco de sutil porque Trump no siente el menor aprecio por la sutileza. Primero habilitas a Putin como interlocutor y co-diseñador del nuevo orden mundial, después ignoras a tus socios de la OTAN y a la Unión Europea, más tarde señalas a Ucrania como culpable de haberse hecho invadir y, por fin, pones en marcha la operación para eliminar a Zelenski promocionando a sus opositores internos y haciendo llegar tu ayuda al que entre tú y Putin escojáis como relevo.
Un buen gobernante títere a la manera de aquel Yanukóvic que tanto gustaba en Moscú y que salió por piernas, él sí, cuando le estalló el Maidán cuando se negó a firmar el tratado de colaboración con la Unión Europea.
Seguro que Putin ya tiene hecho el cásting para su Yanukóvic de ahora. Que tendrá que ser prorruso y admirador agradecido de Trump
Seguro que Putin ya tiene hecho el cásting para su Yanukóvic de ahora. Que tendrá que ser prorruso y admirador agradecido de Donald Trump. En el Parlamento Europeo, por cierto, hay unos cuantos de estos, prorrusos y trumpistas. En el Parlamento español también tenemos algunos.
Putin ya no necesita medios tradicionales al servicio del Kremlin
La cadena preferida de Trump ya no debe de ser la Fox; ahora debe de ser Russia Today. Putin ya no necesita ni medios tradicionales al servicio del Kremlin, ni ejércitos de bots en las redes, ni sicarios a sueldo difundiendo su desinformación y sus bulos mientras se hacen pasar por analistas independientes. Ahora tiene a Donald Trump haciéndole gratis todo el trabajo.
El problema no es que Trump sea Trump y se comporte con Trump. El problema es que Trump es el presidente de los Estados Unidos. Y ya se ve cómo pretende tratar al resto del mundo los cuatro años de presidencia que tiene por delante.
Negociante chulesco y pendenciero
El tono es el mensaje. Escribió ayer sobre Ucrania: ‘O Zelenski se mueve rápido, o se queda sin país’. Que traducido al ucraniano significa que o Zelenski se rinde a Rusia y le entrega un trozo de país como premio por los tres años de invasión y destrucción de sus ciudades, o Trump aumenta el premio y le ofrece a Putin Ucrania entera. Tiene modos de negociante, que no de negociador; de negociante chulesco y pendenciero.
Mientras Trump acelera, Putin disfruta, la OTAN entra en crisis aguda y Zelenski se tienta la ropa, el Congreso de los Diputados de España se entretiene en sus conocidos torneos sobre juegos de palabras, frases ingeniosas, descalificaciones al por mayor e imposturas varias, es decir, lo que viene siendo la sesión de control de los miércoles.
El presidente Sánchez no ha considerado aún oportuno dirigirse a la opinión pública española, con cierta extensión y gravedad, para exponer la posición de nuestro gobierno sobre esta crisis mundial. Si acaso, un tuit, si acaso un canutazo. Sus señorías tampoco ha mostrado hasta ahora mayor interés.
Sánchez responde con el salmo responsorial de los bulos
El resumen de ayer es que Feijóo le preguntó a Sánchez por el IRPF del salario mínimo y el presidente le dio réplica imputándole crispación y bulos. A ver, bulo no es que el salario mínimo va a tributar salvo que Hacienda recule y se pliegue a la presión no tanto de la vicepresidenta dos como del resto de los grupos parlamentarios, todos. Bulo no es que la vicepresidenta dos le reprochó a Sánchez en la sala de prensa de la Moncloa que la hubiera ignorado ni que la vicepresidenta uno venga imputando demagogia y populismo a su colega la dos.
Como si Pedro Sánchez Pérez-Castejón fuera el presidente del gobierno de España y no un chistoso adolescente tuitero
Responder a una pregunta bien simple tirando del salmo responsorial de los bulos y citando, sin venir a cuento, lo de Milei con las criptomonedas da la medida de lo necesitada que anda la Moncloa de alguien que se ocupe de escribirle a Sánchez dos o tres párrafos para los miércoles que no produzcan vergüenza ajena.
Como si Pedro Sánchez Pérez-Castejón fuera el presidente del gobierno de España y no un chistoso adolescente tuitero.
Más curvas para Carlos Mazón
En Valencia, tres meses y medio después de la riada, más curvas para Carlos Mazón. La jueza que investiga la actuación de las administraciones pública el 29 de octubre pone el foco en la ausencia de avisos a la población mientras la rambla del Poyo se desbordaba y las inundaciones empezaban a causar estragos.
Los daños materiales no pudieron evitarse, dice, pero los personales, es decir, las muertes (o al menos algunas muertes), sí. Quiere saber a qué se debió el retraso y si guardó relación con la incorporación al Cecopi de alguna autoridad distinta a las veintinueve que lo integraban. Pide más información al gobierno autonómico y al central, a la Aemet y al 112 para que detallen sus actuaciones de aquel día.
Pero las curvas para Mazón llegan en el Parlamento autonómico. Ayuno de mayoría, su gobierno encajará hoy la derrota y el naufragio del decreto que ha presentado el vicepresidente, reclutado para la reconstrucción, Gan Pampols. Que ayer no logró ganarse el favor de los diputados pese a su llamamiento a la unidad para no defraudar a los damnificados.
Vox le tiene puesta la proa al general porque lo ve como un submarino de Sánchez
Ocurre que Vox, el partido que hizo presidente a Mazón, le tiene puesta la proa al general porque lo ve como un submarino de Sánchez -es Vox, en ocasiones veo submarinos-, y hace causa común con la izquierda valenciana, el PSOE y Compromís, para ponérselo todo cuesta arriba. No sé si Sánchez llamaría a esta pinza coalición negacionista, por negarse a aprobarle al gobierno autonómico un decreto.
El PSOE en Valencia no aplica lo que predica
Como en la Comunidad Valenciana el PSOE es oposición, no se aplica a sí mismo ninguna de las reglas que en el Congreso le exige a la oposición. No es problema coincidir con Vox, por ejemplo, en las votaciones del Parlamento autonómico. No es problema tumbarle al gobierno decretos sobre la reconstrucción. Y no es problema sumarse a una votación parlamentaria para que Mazón entregue su cabeza.
Así es la vida parlamentaria, claro que sí, sólo que en el Congreso es el pan nuestro de cada día que el PSOE reproche a los demás partidos, Junts incluido, que voten lo mismo que Vox, presenta como una traición al pueblo tumbarle a Sánchez cualquier decreto y se escandaliza muchísimo cuando alguien pretende que se vote si el presidente debe presentar una cuestión de confianza.
No es problema coincidir con Vox, por ejemplo, en las votaciones del Parlamento autonómico. No es problema sumarse a una votación parlamentaria para que Mazón entregue su cabeza
Ah, y tiene Bolaños en marcha el proyecto para reformar la ley y que los partidos políticos no puedan ejercer la acusación popular, porque las causas judiciales impulsadas por partidos o por asociaciones de extrema derecha -la jauría- no deberían existir.
Ocurre que en la causa judicial sobre la riada ejercen la acusación popular dos partidos y ha pedido personarse una de esas asociaciones. Sin que se le haya escuchado al PSOE valenciano criticarlo. No sólo no se le ha escuchado, sino que es posible que él mismo, el PSOE, acabe personado en la causa -que no se entere Bolaños-.
Tampoco se ha escuchado al PSOE rasgarse las vestiduras porque el Parlamento valenciano vaya a votar si Mazón debe dimitir. Todo el argumentario que desplegaron para decir que el Congreso no podía debatir si instaba a Sánchez a una cuestión de confianza porque es prerrogativa exclusiva del presidente -la matraca que dieron antes de rendirse a Puigdemont-, lo han olvidado cuando de Mazón se trata: en Valencia no se le insta a que presente cuestión de confianza, se vota directamente si se le insta a irse a su casa.
Vox pide el voto secreto
Con Vox pidiendo voto secreto porque se ve que no les parece bien que sus votantes sepan dónde están en esto. Presentar la censura a un gobernante como un voto en conciencia es pervertir el sentido de la votación y del debate.
Si el señor Llanos quiere que Mazón siga de presidente, que lo diga abiertamente. Como dice abiertamente que Gan Pampols debería marcharse. Ay, la extrema derecha valiente. Escondiéndose en el voto secreto, cuánto coraje.
