Se acaba noviembre. Con los precios y el virus mutante conspirando contra la recuperación económica. Estos son los dos nubarrones que se ciernen sobre la Moncloa y ensombrecen el idílico panorama de luz y de color que el presidente Sánchez nos venía anunciando desde el verano.
Ahora el cielo pinta feo. Por los precios y por el virus
En agosto íbamos a alcanzar la inmunidad de grupo, la pandemia iría quedando atrás, la vacunación impulsaría la recuperación económica, el dineral del manguerazo europeo transformaría para siempre el país y las pensiones y los salarios irían subiendo para garantizar no sólo que mantuviéramos nuestro poder adquisitivo sino que lo aumentáramos a media que se modernizara y se digitalizara España.
Agosto era tiempo de cielos soleados. Fíjate que la inflación cerró ese mes en el 3,3 %. Aún parecía poca cosa. Veníamos, se nos decía, de un año anterior de parón y caída de los precios, nada más natural que este año subieran un poco. En verano aún parecía poco y, en efecto, lo era viendo hasta dónde han subido en otoño y dónde van a terminar el año. En la parra, sí. Subidos a la parra de la Moncloa mientras el presidente saca el paraguas porque el cielo ahora pinta feo. Por los precios y por el virus.
Los precios subidos a la parra de la Moncloa mientras el presidente saca el paraguas porque el cielo ahora pinta feo. Por los precios y por el virus
Ya se ha visto lo que la detección de una nueva variante, ómicron, puede provocar en todo el mundo. Devaluación de las empresas en bolsa, suspensión de conexiones aéreas, golpe sobre golpe al turismo. Ya se ha visto que la vacunación, por más que alcance, como en España, el noventa por ciento no equivale a la ansiada inmunidad de grupo. Lo explicó en este programa ayer el epidemiólogo Trilla, no confundir con Illa que es un filósofo que iba para president de la Generalitat pero se quedó en la puerta: ni la hemos alcanzado ni la vamos a alcanzar.
Español a la fuga. Y con el virus en el cuerpo
De la variante ómicron ya hemos contado que hay un primer caso detectado en España, un ciudadano que llegó al aeropuerto de Madrid desde Ámsterdam y que antes había volado a Holanda desde Suráfrica. En Barajas, el domingo, se le hizo el test de antígenos por proceder de un país de alto riesgo y, bingo, apareció al nueva variante (como daban por hecho que aparecería los epidemiólogos, ya les dijimos ayer que raro sería que nos libráramos). A los viajeros de países de riesgo se les pide vacunación, se les hace el test y han de guardar cuarentena. Aquí y en los demás países de Europa. Mira Holanda, donde ayer obligaron a bajar de un avión a un ciudadano español que también había llegado de Suráfrica este fin de semana, al que se impuso cuarentena pero escapó con intención de venirse para Madrid. Español a la fuga. Y con el virus en el cuerpo.
Empieza a no haber vuelos desde países del sur de África que puedan aterrizar en la Unión Europea. Hoy los suspende España. La presidenta Von der Leyen elogió ayer el trabajo de los científicos y del gobierno surafricano pero no le hizo ni puñetero caso al llamamiento del presidente de ese país, Ramaphosa, para que se diera marcha atrás en el veto a los vuelos, muy dañino, dice él, para los intereses de Suráfrica y muy desproporcionado. Ya puede decir el surafricano lo que quiera que aquí se ha decidido que al ser un destino poco frecuente lo mejor es el cerrojazo.
Carolina Darias, confiada en que los gobiernos autonómicos se encarguen de que los contagios se atajen a tiempo y no se nos compliquen otra vez las Navidades
Lo dice la ministra de Sanidad, Carolina Darias,impermeable también al lamento del gobierno surafricano. Y confiada en que los gobiernos autonómicos se encarguen, de aquí a Navidad, de que los contagios no de ómicron sino de las variantes anteriores (la Delta sobre todo) se atajen a tiempo y no se nos compliquen otra vez las Navidades.
Revertir la tendencia: Certificado Covid, dosis de refuerzo y vacunación de niños
Ya sabe usted que, en este asunto, el Gobierno se limita a ser una especie de monitor de grupo: reúne cada semana a los consejeros autonómicos y les propone cosas, pero hacer, lo tienen que hacer todo ellos. La semana pasada pactaron cambiar esto del semáforo, los escenarios de riesgo, subiendo el umbral de incidencia para considerar un territorio en riesgo alto. En comparación con los demás países, nuestra tasa de incidencia y de hospitalización siguen siendo bajas, pero la tendencia es reveladora. Hace una semana la incidencia era de 140 y hoy la tenemos en 200. Las camas de hospital con pacientes de covid eran el 2,4 % y hoy son el 3 %. La de hospitalización por cien mil habitantes, del 6,3 al 8. Tasas bajas, pero subiendo. Y ésa es la tendencia que se quiere revertir con el certificado Covid, la dosis de refuerzo y la vacunación de los niños que se prevé iniciar antes de que termine el año.
Del subidón de la inflación, todo lo que dice el Gobierno es que es una cosa temporal. Abonado al estribillo de la coyuntura
Del subidón de la inflación, todo lo que dice el Gobierno es que es una cosa temporal. Abonado al estribillo de la coyuntura. Coyuntural, coyuntural. Por lo del gas. Por lo de los contenedores. La crisis de oferta, el aumento de la demanda. La coyuntura dura ya tres meses y no se sabe cuánto queda. Y como ayer dijo De Guindos, Banco Central Europeo, si las previsiones de subida se han visto desbordadas, las de bajada es posible que tampoco se cumplan.
5,6 de inflación en noviembre.Esto no afloja. Pero todo el mundo tranquilo porque dice el portavoz del PSOE que si acabara afectando a las familias se ocuparía el Gobierno de actuar de inmediato para protegerlas.
Dice el portavoz del PSOE que si la inflación acabara afectando a las familias, se ocuparía el Gobierno de actuar de inmediato. Debe de acabar de aterrizar procedente de Marte. Llevan notándolo desde agosto
Para que las familias no lo noten, dice Sicilia, que debe de acabar de aterrizar procedente de Marte. Cómo que para que no lo noten, si ya lo están notando. Llevan notándolo desde agosto. Si todo cuesta más, se resiente el poder adquisitivo. Pero ahí está el Gobierno, trabajando que trabaja para que no nos demos ni cuenta. Y desde esta semana, celebrando dos Consejos de Ministros a la semana. Todo por la recuperación, qué maravilla. Como ayer dijo David del Cura, si hacer consejos de ministros ayuda a la recuperación, oiga, que hagan uno cada día. O dos, uno por la mañana y otro por la tarde.
La humillación que suponían los ongi etorri para las víctimas
Por cierto, el colectivo de reclusos etarras, que son un grupo organizado, disciplinado y muy vinculado a la acción política, anunció ayer que ya no quiere que haya homenajes públicos, fiestas de recibimiento, pancartas, celebraciones, para los condenados que salen al haber cumplido su pena. Prefieren que, en adelante, las celebraciones se hagan en privado. Porque han comprendido, dicen, que los ongi etorri duelen a las víctimas.
Recibir a asesinos múltiples como si fueran represaliados es un fenómeno propio, intransferible, de esto que se ha dado en llamar la izquierda abertzale
Bueno, ellos no dicen víctimas, como no dicen terrorismo ni dicen asesinos múltiples. A las víctimas las llaman personas damnificadas por nuestra militancia del pasado. Como ya no hay ETA, ya no militan. Y ya no quieren ongi etorris. Estupendo. Les ha costado darse cuenta del regodeo, y la humillación, que sus homenajes suponían para las víctimas pero ya han llegado. Tampoco esperarán que se les dé las gracias.
Recibir a asesinos múltiples como si fueran represaliados es un fenómeno propio, intransferible, de esto que se ha dado en llamar la izquierda abertzale. Nadie más lo hace. O lo hacía. Porque van a dejar de realizarse, parece, sin que Bildu haya llegado nunca a repudiarlos.