Un minuto antes de que cayera sobre su cuello la guillotina de Pedro Sánchez, aún estaba el ministro de Justicia Juan Carlos Campo diciendo que estaba al caer el acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial.Lo que cayó, como sabemos, fue su cabeza.
El lunes que viene, en el convento de las Salesas, el presidente del Poder Judicial, señor Lesmes, a quien repetidamente se ha invitado a cortarse él mismo la cabeza ---o sea, dimitir--- para desbloquear la situación, volverá a lamentarse de que le tengan a él, y a los veinte vocales del Consejo, a la espera de relevo desde hace dos años y nueve meses. ¿Dónde está el Parlamento, que no nos libera? Al paso que vamos, podrá volver a usar el mismo discurso dentro de un año y dentro de dos.
"Nunca es pronto para que la oposición pida que un ministro cese"
Hoy dice algún diario: el PP vuela los puentes para la renovación del poder judicial. ¿Qué puentes, me preguntas tú, que amas los puentes porque eres oyente de La Ínsula? Bueno, a lo que se refieren las crónicas es a que Pablo Casadoha exigido la destitución del ministro de la Presidencia, señor Bolaños. Dices: pero si acaba de llegar. Nunca es pronto para que la oposición pida que un ministro cese. Qué más da, si no se recuerda un solo caso en la historia reciente de España en un ministro haya sido finiquitado porque lo haya pedido el enemigo.
Resulta que Bolaños es el hombre al que Sánchez le ha pasado la misión imposible en la que naufragó Juan Carlos Campo: pactar con el PP los dichosos nombres de los dichosos vocales del dichoso Consejo del Poder Judicial. Y si Casado pide ya su cabeza poca suerte cabe augurarle al nuevo encargado.
Hay dos visiones sobre cómo elegir al CGPJ
¿Qué ha hecho el recién llegado Bolaños para escandalizar tantísimo a los populares? Pues decir una cosa ayer en la SER que ahora escuchamos. Antes le recuerdo que hablamos de elegir a veinte señoras y señores, los vocales, que luego deciden qué jueces se ocupan de qué juzgados o presiden qué tribunales. Eso es el Consejo General del Poder Judicial. Y que hay dos visiones, digamos, sobre cómo debe ser esa elección.
Una que dice: cuanto menos intervengan los políticos, mejor, así que dejemos que los jueces elijan a los veinte vocales por su cuenta. (En esta dice estar el PP, aunque cada que vez que ha tenido mayoría absoluta para hacerlo se ha olvidado).
Y la otra, que dice: si estas veinte personas van a gobernar el Poder Judicial, la sociedad tendrá algo que decir. ¿Quién representa a la sociedad? El Parlamento. Luego la elección de los veinte tendrá que hacerla el Parlamento, o sea, el pueblo. En esta segunda tesis siempre ha estado el PSOE. Por eso en el 85 hizo una ley que dice que a los veinte vocales los eligen las Cortes.
El ministro Bolaños parece proclamar que la Constitución prohíbe el sistema de elección que propone Casado
¿Qué dijo ayer el ministro Bolaños? Escuchemos: "En un Estado de derecho, en una democracia, ni los jueces pueden elegir a los jueces, ni los políticos pueden elegir a los políticos. A todos nos eligen los ciudadanos".
Los jueces no pueden elegir a los jueces. Está el ministro exponiendo esto que les acabo de explicar, la posición socialista de siempre: si los poderes han de emanar del pueblo, el Consejo del Poder Judicial ha de pasar por el Parlamento. Entendido así, como la postura del Gobierno, pues no pasaría de ser una repetición de lo ya sabido.
Pero ocurren dos cosas: que el ministro parece que proclame que la Constitución prohíbe el sistema de elección que ahora propone Casado. Y dos, que de un ministro se espera un poco más de precisión y de matiz cuando dice las cosas. No se trata de elegir a los jueces, sino de elegir a los vocales del Consejo General del Poder Judicial, que es otra cosa.
"Comparar la elección de los políticos con la de los jueces es enredar mucho las explicaciones"
Y esto de comparar la elección de los políticos con la de los jueces es enredar mucho las explicaciones, porque diputado puedo ser yo, mañana, si me presento y la gente me vota. Pero juez no puedo ser porque... no soy juez. Sentencias sólo pueden dictar los jueces. Política en el Congreso podemos hacer cualquiera, afortunadamente. Son requisitos distintos para poderes distintos. Tan democráticos el uno como el otro aunque al juez de guardia no le hayan votado los vecinos.
Esta idea de que sólo pasando por el Parlamento tiene el CGPJ la legitimidad popular es razonable, y así lo entendieron quienes redactaron nuestra Constitución. Por eso establecieron que ocho de los veinte vocales los tienen que elegir, sí o sí, las Cortes entre abogados o catedráticos. Y los otros doce, que sí tienen que ser jueces, pueden elegirlos las Cortes o no.
"¡Sí se puede!, corean Casado y Teodoro"
La Constitución sólo dice: ‘se elegirán en los términos que establezca la ley’. Que es como decir: ya veremos cómo se eligen. Por eso se rasga ahora las vestiduras el PP y carga contra el ministro: ¿qué es eso de que los jueces no pueden elegir a los jueces? Sí se puede, corean Casado y Teodoro, sí se puede. ¿Cómo? Cambiando la ley orgánica. Porque al fondo de esta tormentita, ¿qué hay? Pues que Casado sostiene que ésta es la condición para renovar de una vez el Consejo, que Sánchez se resigne a cambiar la ley que regula cómo se eligen.
¡El ministro no se sabe la Constitución!, claman los del PP. A ver, esta misma Constitución es la que dice que a los vocales hay que cambiarlos cada cinco años. O sea, que no pueden estar ahí a perpetuidad. Esta parte se la salta el PP, claro, porque ninguna de las coartadas que viene utilizando para cerrarse en banda tiene amparo constitucional.
Así es como los dos partidos han viciado hasta hoy el procedimiento
Dijo ayer la señora Gamarra que se ha demostrado que el Gobierno quiere controlar el Poder Judicial. Sí, claro. Y el PP quiere que en lugar de controlarlo sólo el Gobierno lo sigan controlando entre los dos, PP y PSOE, sin que puedan mojar otros partidos por muchos diputados que tengan.
Decir, como el ministro, que a los vocales del Consejo los elegimos los ciudadanos es hacer una interpretación muy generosa de este asunto. El Parlamento elige a los vocales, sí, pero porque antes han hecho la criba él y Enrique López. Cogen la lista de precandidatos que han presentado los jueces y de ahí sacan doce nombres. Añaden ocho de abogados y profesores que a ellos les gusten. Y cuando han elegido ellos a los veinte, cursan la orden a sus diputados para que procedan a elegirlos y parezca que es el Parlamento quien ha examinado las candidaturas.
Así es como, hasta ahora, se ha hecho la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Así es como se volverá a hacer si alguna vez se vuelven a poner de acuerdo. Así es como los dos partidos han viciado hasta hoy el procedimiento.