OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Junqueras ya ha sido rehabilitado"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la carta de Oriol Junqueras en la que sostiene que para volver a plantear la vía unilateral en Cataluña primero el independentismo debe obtener un gran apoyo social.

Carlos Alsina

Madrid | 08.06.2021 09:50

Lo de la Audiencia sobre las restricciones no es una sentencia. Lo de Fernando Simón no son unas disculpas. Y lo de Oriol Junqueras no es una rectificación. Lo de Junqueras no es dolor de sus pecados ni propósito de enmienda, por emplear términos propios del sacramento cristiano de la penitencia, dada su condición de hombre religioso. Lo de Junqueras es la enésima prueba de su perseverancia. O su terquedad. O su obstinación, llámelo como quiera. Su pétrea coherencia.

Pedro Sánchez le ha pedido a Junqueras que ponga algo de su parte

Pedro Sánchez hace bien en airear la carta de Oriol a los corintios como si fuera un hito en la historia de Cataluña: el día en que el profeta de la independencia catalana aceptó, por fin, que sólo acatando el orden constitucional podrá el independentismo encontrar una salida que le satisfaga. Es natural que Sánchez, ayuno del apoyo social para indultar sediciosos le haya pedido a Junqueras que ponga algo de su parte: échame una mano, Oriol, que tengo al personal soliviantado. Es compresible que el Gobierno quiera dar relevancia máxima al corta y pega que ayer publicó Junqueras salteando párrafos del libro aquel que publicó con Marta Rovira.

"El indulto, para Junqueras, es la admisión de que hay represión"

Pero, en rigor, Junqueras ha vuelto a decir lo que viene diciendo desde que naufragó la proclamación de la República Catalana en 2017. Bueno, ha introducido una novedad: el indulto que antes desdeñaba invitando al gobierno a introducírselo por donde le cupiera ahora le parece perfecto en la medida en que alivia el dolor de la sociedad catalana por la represión (no el suyo, sino el de los catalanes por la represión, es decir, que el indulto, para Junqueras, es la admisión de que hay represión).

Lo del indulto cabe tomarlo como un cambio de postura. Todo lo demás, no. Todo lo demás es un refrito de lo que viene predicando Oriol Junqueras, con tenacidad, desde 2017. No abjura de eso que llaman la vía unilateral, es decir, dejar fuera de la decisión al resto de los españoles. De lo que reniega es de volver a naufragar en el intento. No dice que la vía unilateral haya quedado desterrada. Lo que dice es que sirve de nada plantearla de nuevo si ni hay garantía de que, esta vez, triunfe. Y la garantía, para él, no se llama Estado español sentándose a negociar. Se llama ganar apoyo social en Cataluña. Presentarse ante el Estado con un respaldo tan abrumador a la independencia que éste se resigne a negociar los términos del divorcio. Y a por ese apoyo social se lanza. A sembrar y cosechar.

Junqueras busca ganar apoyo social en Cataluña. Presentarse ante el Estado con un respaldo tan abrumador a la independencia que éste se resigne a negociar los términos del divorcio

Lo dijo en 2018, lo escribió en un libro con Marta Rovira y lo volvió a decir hace tres meses, en la campaña electoral catalana. Se lo dijo, por ejemplo, a Jordi Basté. Lo realista es que culminaremos de una manera o de otra la independencia.

"Una vez celebrado un referéndum pactado, nada impide volver a celebrarlo cada cierto tiempo hasta ganarlo"

Claro que vuelve ahora el estribillo del referéndum pactado. Ya fue la primera opción cuando Artur Mas convocó la primera consulta en 2014. Y volvió a serlo con Puigdemont. El referéndum pactado, una cáscara vacía, sería el premio gordo para el independentismo por dos razones: porque acudirían a votar todos los ciudadanos que en 2017 boicotearon la iniciativa ilegal, y porque, incluso perdiéndolo, una vez sentado el precedente nada impide volver a celebrarlo cada cierto tiempo hasta ganarlo. Y además, el referéndum pactado es la coartada para tirar millas por su cuenta cuando el Estado diga que no cabe ese referéndum ni pactado ni sin pactar.

No se va a escuchar a Oriol Junqueras decir que acata el orden constitucional o que acepta la soberanía de todos los españoles

Ésa es la posición y la doctrina del pope Junqueras. Todo lo demás son interpretaciones interesadas, y engordadas, de media frase de un artículo cuya único valor es corresponder a la decisión ya anunciada por Sánchez de perdonarle la pena que le queda. Ayudar un poco. A que cale la campaña de persuasión gubernamental, no a mantener el orden constitucional y el derecho a decidir de todos los ciudadanos españoles.

El ministerio de Sanidad rectificará las restricciones

Más confusión. A la confusión. El ministerio de Sanidad, por boca de Fernando Simón, admite que las normas anunciadas la semana pasada como de obligado cumplimento para los gobiernos autonómicos se pueden revisar. O sea, que si no las aplican todavía no pasa nada porque probablemente van a ser modificadas. Simón, según dijo aquí la ministra, sólo habla en nombre de sí mismo, pero ayer dijo lo que dijo porque el ministerio ha estado hablando con algunos gobiernos autonómicos para modificar lo que se aprobó el miércoles. Y casi mejor, visto el éxito. Aparte de los gobiernos que votaron en contra (o que ni siquiera quisieron debatir, como el País Vasco), La Rioja, que votó a favor, tampoco ha empezado a aplicarlas. Así que todo indica que la ministra pliega velas y que se abre camino la interpretación flexible de la norma. Tan flexible que cada comunidad autónoma acabará haciendo lo que quiera.

El gobierno madrileño acudió ayer a la Audiencia Nacional a pedir la suspensión de la orden ministerial y, en efecto, la Audiencia la suspendió. No es una sentencia. Ni siquiera una resolución que entre en el fondo del asunto ---si se han invadido, o no, competencias---. Es una medida preventiva que explican los jueces de este modo: si ahora cambian las restricciones y al final le damos la razón a Madrid, tendrían que volver a cambiarse. Tanto cambio y recambio es un carajal así que mejor que se quede todo como está mientras deliberamos sobre quien tiene razón aquí. La lectura política, sin embargo, es que Ayuso le ha ganado el primer juego a la ministra Darias. O a Pedro Sánchez. Que de líos de restricciones ya no quiere oir una palabra. Él sólo está para vacunar, vacunar y vacunar e indultar, indultar e indultar.

Ayuso le ha ganado el primer juego a la ministra Darias. O a Pedro Sánchez

Ah, y lo de Simón. Que le preguntaron ayer por la teoría de la conjura sobre la segunda dosis de Astra Zéneca que él mismo esbozó la semana pasada y de la que la ministra Darias se desentendió. Quiso presentarlo el portavoz como una disculpa a los medios de comunicación, pero en rigor lo que hizo fue maquillar, o camuflar, lo que dijo.

Cómo se tiene que interpretar alguna de las formas de presentar la información. Lástima que pudiendo haberse extendido en explicaciones sobre su teoría de los lobbies, los grupos de presión y los medios de comunicación patrocinados despachara el asunto como si se le hubiera entendido mal.