Saludamos hoy a todo el país desde Ceuta, la ciudad de las dos bahías.Y de los dos vientos. El Levante y el Poniente. Hoy tenemos Levante. El que viene del Este. (El Poniente es el que viene del Atlántico). El primero viene seco y con bochorno, el segundo húmedo y con fresquito. Aquí tan importante como saber si va a llover o va a hacer sol, si hará más frío o más calor, es amanecer sabiendo cómo va a soplar el viento.
Todo el equipo de este programa está encantado de visitar hoy Ceuta, de escuchar hoy a Ceuta y de aprender de Ceuta. Digamos que desde aquí se ve el resto de España con perspectiva, ¿verdad?, y con distancia. A veces, con demasiada distancia. Y no física sino anímica. Y no por culpa de quienes vivís aquí sino porque nos cuesta mirar hacia aquí a quienes vivimos allí.
Desde Ceuta se ve el resto de España con perspectiva. Y no física, sino anímica. Nos cuesta mirar hacia aquí quienes vivimos en la Península
En la Península dices Ceuta ---sobre todo de Albacete para arriba--- y la gente pone cara de ‘uy, qué lejos’. Pues mire, yo que he venido por Málaga, en el helicóptero, de Málaga a Ceuta son 175 kilómetros. Como de Madrid a Valladolid. O sea, que Ceuta está más cerca de Málaga que Sevilla. Pero es que Algeciras está a cuarenta kilómetros de aquí. Como de Alicante a Benidorm, o de Barcelona a Sitges. Lo que pasa es que está el mar en el medio. Y no tenemos puente ni túnel que conecte las dos orillas. Oyente que me escuchas en el resto del país, hoy hemos venido a Ceuta a predicar la cercanía. Esto no es el fin del mundo.
Si acaso, es el fin de la Unión Europea. Su territorio no más al sur, que ése es Canarias, pero sí frontera sur, y terrestre, en África. Ésta es la singularidad que más se conoce de Ceuta en el resto de la Unión Europea, España incluida: que aquí está el paso fronterizo terrestre con nuestro vecino de abajo, que es Marruecos. Por eso Ceuta sólo sale en los telediarios cuando se produce algún suceso en El Tarajal, que es la única playa de esta ciudad que podríamos citar los peninsulares. Y será por playas. (El Chorrillo, La Ribera, Benítez; ).
Ceuta, una clase magistral de la diversidad
Ahora que se habla tanto de lo plural que es España ---y qué país no lo es---, de la diversidad, de la mezcla, Ceuta es como una clase magistral. Aquí hay españoles que en casa hablan el árabe ceutí (dariya), españoles que alternan el español con el hindi, españoles que han nacido aquí, españoles de origen magrebí, españoles que han venido de la península y hasta ingleses que se han quedado a vivir en Ceuta.
Y ahora que anda Sánchez viendo a ver qué sedes de organismos oficiales puede sacar de Madrid, que se acuerde de Ceuta. Que se traiga aquí el ministerio de Asuntos Exteriores. Después de todo el país con el que más despacha el ministro es Marruecos. Marruecos y Argelia. Que si el Sáhara Occidental, que si el gas, que si Brahim Galli. A las nueve estará aquí el alcalde presidente de la Ciudad Autónoma y tendremos ocasión de hablar de Ceuta, o sea de España, y de las necesidades de los ceutíes. O sea, de los españoles.
Durante más de treinta años el mayor enemigo que tuvo que enfrentar la democracia española se llamó ETA
Durante más de treinta años el mayor enemigo que tuvo que enfrentar la democracia española se llamó ETA. Hace ahora diez, octubre de 2011, la banda terrorista dejó de existir, derrotada por el Estado pero blanqueada por ese conglomerado que se hace llamar izquierda abertzale. Arnaldo Otegi, que debe su carrera política a la existencia de aquella banda de la que fue colaborador y propagandista, dio ayer un paso en la dirección correcta al admitir el dolor que causó la violencia cometida por los suyos.
Igual recuerda usted que hace dos años Otegi ya dijo algo que levantó polvareda. "El dolor necesario o que teníamos derecho a hacer". Ayer corrigió esta forma de ver el dolor de los demás como un derecho. Se dirigió expresamente a las víctimas de la banda (las que sobrevivieron a los atentados, se entiende, viudas, huérfanos, heridos, secuestrados, amputados) para trasladarles su sentimiento.
"Es un paso apreciable, pero sigue habiendo aún mucho camino por recorrer"
Es un paso más, diez años después de la derrota de ETA. Como tal debe recibirse. Y subrayarse. Tiene razón Covite, asociación de víctimas: es un paso apreciable, incluso un salto si se quiere, pero sigue habiendo aún mucho camino por recorrer.
Porque Otegi, siempre calculando sus frases, lamenta el dolor y dice que no debió ocurrir, pero olvida mencionar que el dolor lo causó una organización terrorista cuya acción criminal nunca tuvo justificación. Dice que ‘a nadie puede satisfacer que todo aquello sucediera’. Todo aquello. Todo aquello tiene un nombre: terrorismo. Y unos cómplices que lo jalearon, lo defendieron y lo justificaron.
Esto es lo que aún no ha sucedido: que la llamada izquierda abertzale admita su propia responsabilidad no sólo en prestarle al asesinato la justificación que jamás tuvo, también en la violencia añadida que tuvieron que padecer las víctimas. El señalamiento, la coacción, el acoso.
Otegi lamenta el dolor y dice que no debió ocurrir, pero olvida mencionar que el dolor lo causó una organización terrorista cuya acción criminal nunca tuvo justificación
A eso se refirió ayer, con buen criterio, el lehendakari Urkullu. Falta que Otegi y su partido (el único de España liderado por un ex recluso que cumplió condena por terrorismo, ¿no tienen otro?) reniegue de lo que hizo ETA porque no hubo justificación a todo aquello.
Me temo que pecó de exceso de bondad el nuevo portavoz de la dirección del PSOE, Felipe Sicilia, que hizo una interpretación de las palabras de Otegi demasiado generosa.
Que ese dolor no debió producirse, en el esquema mental de Otegi, significa que la violencia fue una consecuencia inevitable, la respuesta justa, a la opresión del Estado sobre el pueblo vasco. Confiemos en que no haya que esperar otros diez años para que rectifique también este relato inmoral. Y confiemos en que hoy mismo dé instrucciones a sus camaradas de Sortu para que dejen de organizarles homenajes a los asesinos múltiples que regresan a casa cumplida su condena.
Que ese dolor no debió producirse, en el esquema mental de Otegi significa que la violencia fue una consecuencia inevitable, la respuesta justa, a la opresión del Estado sobre el pueblo vasco
Por si le sirve a Otegi para próximas declaraciones, ahí va una idea de lo que podría decir: ‘El terrorismo nunca tuvo justificación. Y quienes contribuimos a que perdurara, quienes contribuimos a causar dolor,quienes intentamos tumbar la democracia, somos los menos indicados para liderar partidos políticos que están todos los días dando lecciones de democracia. De modo que, consciente de que formé parte de una máquina de señalar, acosar y causar sufrimiento a quienes consideré vascos impuros, anuncio mi retirada definitiva de la política’.