Éramos pocos y parió el abuelo. Tiene dos nietos Vladimir Putin, que en octubre cumplirá setenta años y lleva sesenta y nueve gobernando Rusia.
Putin firmó ayer el comienzo de una guerra
Lo normal es firmar los acuerdos de paz. Pero Putin lo que firmó ayer fue el comienzo de una guerra. Por dos veces. A última hora del día firmó la orden para que sus tropas crucen la frontera con Ucrania en la región más próxima y con más población rusa, el Donbass. Antes había firmado el reconocimiento ruso a la independencia de las dos provincias separatistas, Donestk y Lugansk.
La agencia Reuters informa de la presencia de tanques rusos en la primera de ellas. Zelenski, el presidente de Ucrania, promete a sus ciudadanos salvar la integridad territorial del país.
Ésta es la situación: ha volado por los aires el acuerdo que firmaron Rusia y Ucrania en 2015, y que contemplaba expresamente que el Donbass no se tocaba. El año anterior Rusia se había quedado con Crimea por el chusco, pero eficaz, procedimiento de enviar soldados marca blanca.
Putin pone en marcha la operación para desmembrar Ucrania y quedársela. Lo de ahora es la continuación de Crimea hace ocho años
Estados Unidos da por probado lo que venía avisando el presidente Biden. Terminados los juegos de inverno del compadre chino, Putin pone en marcha la operación para desmembrar Ucrania y quedársela. Toda ella. Lo de ahora es la continuación de Crimea hace ocho años. Ha dicho el ruso que Ucrania no es un país ni tiene sentido su independencia. Ucrania, para Putin, siempre ha sido Rusia.
La Unión Europea anuncia sanciones económicas, el Consejo de Seguridad de la ONU se reúne y la OTAN prepara su respuesta. Ucrania, país agredido, no forma parte de la Alianza. La orden de incursión militar está firmada. Falta saber si hay tropas rusas ya en el Donbass y si éstas entran en conflicto directo con el ejército ucraniano.
El Gobierno de España, que hoy reúne al Consejo de Ministros, fijará hoy postura. Ahora que Putin ya ha dado el paso militar, la fisura entre el PSOE y Podemos en política exterior volverá a quedar de manifiesto.
Casado insta a su estado mayor a resistir hasta el último aliento
Lo del PP hay que contarlo ya como lo que es, un serial trepidante.
Anteriormente, en ‘Vamos que nos vamos’, los barones (todos menos uno) con Núñez Feijóo de ariete exigen a Pablo Casado que se entregue. ¡Pero ya, ni mañana ni pasado, hoy mismo! Casado, remolón, reúne a sus oficiales para anunciarles que él no es hombre que rehúya la batalla. Se sabe cercado, cuestionado, malherido, pero insta a su estado mayor a resistir hasta el último aliento. Resistir aún sabiendo que la guerra está perdida.
La sede de Génova será conocida como 'El Álamo'
En lugar de vender la sede de Génova 13 va a cambiarle el nombre. En adelante será conocida como ‘El Álamo’.
La planta séptima de Génova es el último fuerte de un presidente obligado a replegarse y a la defensiva. Resignado a ganar minutos mientras algunos de sus oficiales encargan cajas de cartón para ir preparando la mudanza.
Entre su propio equipo de dirección comprobó ayer Casado que hay fisuras. A la cara le pidieron que entregue la cabeza de Teodoro.
Entre su propio equipo de dirección comprobó ayer Casado que hay fisuras. A la cara le pidieron algunos (o algunas) que entregue la cabeza de Teodoro. A la cara le sugirieron otros que conceda a la confederación de barones un Congreso Extraordinario. Treinta días para hacer recuento de efectivos y preparar el duelo que lo decidirá todo: Casado contra Feijóo.
El duelo que lo decidirá todo: Casado contra Feijóo
Hombre, a pistola no será. Pero si Casado persevera en su intención de defender la plaza, llegarán las hostilidades hasta el final. Los barones (todos menos uno) han elegido ya capitán en la persona de Feijóo.
Feijóo ha ido corrigiendo su posición hasta postularse ayer como aspirante a heredar lo que va quedando de Génova
Curioso que el presidente gallego, que el jueves por la mañana quitaba hierro a la historia de los detectives que la prensa había publicado, ha ido corrigiendo su posición hasta postularse ayer, de manera expresa (todo lo expresa que cabe esperar en Feijóo) como aspirante a heredar lo que va quedando de Génova.
La primera refriega se produjo ayer. Los barones urgían a Casado a apartarse ya del mando y él eligió desoirles y mantenese. Todo lo que ha concedido es que el lunes haya Junta Directiva para que las trescientas y pico personas que la integran voten si quieren celebrar ya un congreso. Y hubo de concederlo por el conato de rebelión en su propio equipo, con los tres portavoces parlamentarios, Gamarra, Maroto y Dolors Montserrat, amenazando con dimitir allí mismo si no aceptaba que el lunes hay que votar cómo se sale de ésta.
"Váyase, señor Casado, váyase"
Lo de Núñez Feijóo ayer fue un ‘váyase, señor Casado, váyase’. A la manera de Feijóo, claro. Que consiste en decir esto de que el líder ha de tomar la última decisión, por dolorosa que sea para él, por el bien del PP y por el bien de España.
Pero vamos, significa ‘váyase, señor Casado’. El creciente sector anti Casado, que ya integran abiertamente Ayuso, Feijóo, Mañueco y Juanma Moreno, quiere aprovechar el estado de shcok en el que se encuentra el partido para acelerar la operación ‘a rey muerto, rey puesto’.
El creciente sector anti Casado, que ya integran abiertamente Ayuso, Feijóo, Mañueco y Juanma Moreno, quiere aprovechar el estado de shcok en el que se encuentra el partido para acelerar la operación ‘a rey muerto, rey puesto’
Ante el hundimiento de la nave, toca cobrar facturas pendientes (facturas políticas) y toca ir eligiendo bando. Diputados, senadores, alcaldes, concejales meditan con quién alinearse, si con quien parece sentenciado o con quien parece en proceso de aclamación.
Los medios más leídos por los conservadores ensalzan ya a Feijóo como encarnación de la unidad perdida y dan por amortizado a Casado, encarnación del colapso. De aquí al lunes van a arder los teléfonos entre los cuadros intermedios del partido. El aparato nacional contra los aparatos regionales. Casado se encomienda a las provincias para salvar el cuello. Sólo él cree que aún puede ganar.
Casado, Teodoro y Montesinos se conjuran para defender su Álamo hasta el último día
Ayuso hace causa con Feijóo y se descarta como aspirante al título. En Madrid, que es donde está la calle Génova, estará la presidenta esperando a ver rodar las cabezas de sus enemigos. Ella ni olvida ni perdona.
Los barones aprietan para que la actual dirección del partido sea historia antes de Semana Santa. Entretanto, Casado, Teodoro y Montesinos se conjuran para defender su Álamo hasta el último día.
Resistir hasta la última gota. En realidad todos saben cómo terminó la historia de Travis, Crocket y Bowie.