Trujillo es una de las ciudades con más historia de Extremadura, cuna de Orellana y de los hermanos Pizarro, a un paso de Portugal y que cada año celebra el chíviri. Fiesta popular, con trajes regionales, en el domingo de resurrección.
"Pedro Sánchez y Antonio Costa; sonriamos los dos para disimular en esta semana horribilis"
Hoy, en Trujillo, el ambiente será bien poco festivo. Se juntan allí elGobierno de Pedro Sánchezy el Gobierno de Antonio Costa, España y Portugal ---somos tan parecidos en tantas cosas---. Ninguno de los dos está para chíviris. El portugués, hundido anoche en la votación de Presupuestos en su Parlamento, abandonado por sus socios y abocado a elecciones anticipadas. El español, intentando salir de las arenas movedizas en que se ha convertido la negociación de la reforma laboral dentro de su Gobierno. Qué buen día para vernos, Antonio, qué buen día, Pedro. Sonriamos los dos para disimular en esta semana horribilis. Chíviri, chírivi.
Tres años antes de que Sánchez descabalgara a Rajoy en la moción de censura, la izquierda portuguesa fue el faro que iluminó a los estrategas de la izquierda española. Las elecciones las había ganado la derecha y el primer ministro era Passos Coelho, pero se pusieron de acuerdo las izquierdas, le ganaron una moción en el Parlamentoy se aupó como primer ministro el socialista Costa. Que cuatro años después, ganó de largo. Y que dos años después de ganar, o sea, anoche, vio cómo sus socios del Bloque de Izquierdas y del Partido Comunista le daban portazo rechazando sus Presupuestos y acusándolo de haberse derechizado para tener contenta a la Comisión Europea.
La izquiera portuguesa fue el faro que iluminó a los estrategas de la izquierda española
El primer ministro socialista encaja su fracaso parlamentario con la cabeza alta, dice, y habiendo cumplido con sus responsabilidades. Se rompió la alianza de izquierdas y sólo tiene dos opciones, gobernar en agonía y sin presupuestos nuevos o llamar a los portugueses a las urnas. Sólo que esa decisión no le corresponde a él, sino al presidente de la República.
Portugal está como nosotros, en crisis económica consecuencia de la pandemia y encomendada a los fondos europeos para sacar adelante la recuperación. El Gobierno de Portugal, como el nuestro, ha prometido a Bruselas reformas para modernizar su economía y hacer buen uso del dineral europeo. Que justo ahora, en medio de este proceso, caiga el Gobierno sólo viene a meterle aún más incertidumbre a la Unión Europea. Y por ahí ataca la derecha portuguesa.
De manera que estos dos jefes de gobierno, Costa y Sánchez que se juntan hoy en Trujillo tienen vidas paralelas. Ambos en manos de sus socios parlamentarios pero el nuestro, con mejor pronóstico. Aquí el Gobierno da por hecho que sacará adelante los Presupuestos del 2022 no sólo con el apoyo de Esquerra o del PNV, sino incluso con el apoyo de Podemos.
Hoy Sánchez se dejará ver con las dos vicepresidentas a la vez. Para convencernos de que ya pasó el calentón y la pelea. No es un calentón, es una rivalidad crónica entre las dos
Porque en Trujillo, hoy, se verá una imagen muy hermosa que ha preparado el contingente de los cascos azules de Moncloa. Si hasta ahora hemos visto a Sánchez paseando por los jardines de palacio con Yolanda Díaz y a Sánchez llegando a un acto público con Nadia Calviño, hoy se dejará ver con las dos a la vez. Para convencernos a todos de que ya pasó el calentón y la pelea. No es verdad, por supuesto, no pasó. Y no pasó porque no es un calentón, es una rivalidad crónica entre las dos vicepresidentas. Una, identificada de siempre con las posiciones de los sindicatos; la otra, interlocutora de la patronal y de la Comisión Europea (adivine usted cuál es cual).
"La posición del Gobierno es que el Gobierno necesita coordinarse mejor con el Gobierno"
Ayer la portavoz del Gobierno, que es socialista, pronunció una frase que refleja bien el desconcertante fregao en que se ha metido esta semana el Gobierno.
La posición del Gobierno es que el Gobierno necesita coordinarse mejor con el Gobierno. Esto es. Buen resumen de este sindiós que según la versión oficial ya ha quedado resuelto tirando de sillas de tijera.
Verá, que se lo explico: hasta ahora había una mesa de negociación (cómo le gustan a los Gobiernos las mesas) con la patronal y los sindicatos a la que iba el ministerio de Trabajo. Ahora le van a poner un añadido a la mesa (búscame un tablero largo, Félix) para que quepan el ministerio de la Seguridad Social, el ministerio de Hacienda y el ministerio de Economía.
Sánchez ya no está desmontando la reforma laboral de Rajoy, está desmontando la reforma laboral de Yolanda Díaz
¿Cuántas sillas hacen falta? Veintisiete. Pues veintisiete sean.¿Quién decimos que lidera esta mesa? Pues Sánchez, claro, aquí todo lo lidera Sánchez. Y ya está. Ni los acuerdos de paz de Dayton. Ha habido que impliar a toda la diplomacia del edificio de Semillas para alcanzar este acuerdo tan prometedor para los intereses de España.
Total, que siguen donde estaban. Intentando que los cambios en la legislación laboral los bendiga la patronal para poder presentar a Europa un consenso y echándole agua, para ello, a la penúltima propuesta que planteó el ministerio de Trabajo. Ahora Sánchez ya no está desmontando la reforma laboral de Rajoy, está desmontando la reforma laboral de Yolanda Díaz.