Mañanita de desfile de las Fuerzas Armadas en la Castellana de Madrid, de recepción en el Palacio Real, de ofrenda a la Virgen del Pilar en Zaragoza y de ocio y de descanso en todo el país. (Bueno, en todo el país menos en la redacción de 'El Periódico de España', nueva cabecera que se suma a los diarios en papel ---y en digital--- de nuestro país, alumbrado por el grupo Prensa Ibérica y bajo la dirección de Fernando Garea. Nada tan emocionante en este oficio como botar, poner a navegar, un nuevo medio).
Doce de octubre de 2021. Si comparamos las celebraciones de hoy con las no celebraciones de hace un año, habrá que concluir que en términos pandémicos estamos infinitamente mejor que entonces. Incidencia acumulada por debajo de cincuenta por cien mil, treinta y siete millones de ciudadanos vacunados del todo. Con la obligación de llevar la mascarilla aún en los recintos cerrados, pero rozando ya con la punta de los dedos la normalidad que dejamos aparcada en marzo de 2020. Ayer ya hubo misas en Bilbao en honor a la Amatxu y fuegos artificiales. O sea que poco a poco, va volviendo todo.
La crisis inflacionaria se nos va poniendo cuesta arriba. La electricidad es, hoy, el fantasma que impide a Pedro Sánchez conciliar el sueño
La crisis sanitaria se va quedando atrás, pero la crisis inflacionaria se nos va poniendo cuesta arriba. Muy cuesta arriba. La electricidad es, hoy, el fantasma que impide a Pedro Sánchez conciliar el sueño (y mira que ha acreditado el presidente en estos años capacidad para dormir a pierna suelta).
Ayer contábamos que el PNV le estaba metiendo presión al presidente para que recomponga su relación con las eléctricas y revise el decreto que ha de convalidar el jueves el Congreso. Le han detectado averías a la fórmula mágica que improvisó el presidente ---cambio de reglas para calcular cuánto pueden cobrar las compañías por cada tipo de energía--- y han comprobado, sobre todo, que las medidas anunciadas no ha servido para aliviar a las mayores consumidoras de electricidad, que son las fábricas.
Sidenor, empresa puntera del sector del acero, para su actividad por el encarecimiento de la energía y las materias primas
Sidenor, empresa puntera del sector del acero, ha anunciado que para la actividad veinte días. Y para una compañía como ésta parar la producción es una medida extrema. Como tal la ha explicado su equipo directivo: por los precios desorbitados de la electricidad y por el impacto, tremendo impacto, dice, en la actividad. Se le han juntado a la empresa el encarecimiento de la energía y en encarecimiento de las materias primas, como le está ocurriendo a otras empresas de otros sectores que ya acusan las consecuencias de la escasez de oferta y el retraso en la llegada de materiales.
Lo de Sidenor es la primera gran señal de alarma, se ha producido en Euskadi y por eso el Gobierno vasco ha salido a escena para decir en público lo que estaba diciendo en privado: que el Gobierno central tiene que dejarse de parches y dar una solución real al problema. Sin el PNV, no hay ni convalidaciones de decretos ni Presupuestos Generales del Estado, ahí está hoy la pelea.
Con el minigobierno morado avisando de que pondrá a sus socios del PSOE como un trapo en caso de que diluyan el hachazo a las eléctricas. Porque dice Isa Serraque las eléctricas ---perdón, el oligopolio--- está poniendo en jaque la democracia, palabras mayores.
Tan mayores son las palabras que pronuncia Podemos que como Sánchez acabe firmando la paz con Galán y compañía quien no va a votarle los decretos es la bancada morada. Qué tiempos tan inciertos.
"El caso Galli se le atraganta al Gobierno"
El caso judicial sobre la entrada a escondidas de Brahim Galli en España se le atraganta al Gobierno. La doctrina oficial sobre el secreto debido de las decisiones diplomáticas no ha convencido al juez que investiga el asunto, Lasala. Ayer rechazó la petición de la abogacía del Estado de archivar la causa con un auto en el que refuta la interpretación gubernamental del código de fronteras Schengen. Es el criterio del juez instructor, claro, aún es pronto para decir en qué acabará la cosa y si hubo, o no, delito.
El vídeo de la declaración de la ministra, el pasado día 4, se difundió ayer. González Laya sostuvo ante el juez que no hubo violación de norma alguna porque se trató de un vuelo enviado por el Estado argelino. En esto insistió la ex ministra varias veces:no se intentó ocultar la presencia del líder del Polisario en España (tampoco a la Audiencia Nacional, que lo tenía encausado). Al menos, no lo intentó ella.
En lo que a ella respecta. Como también se contó en su día, Laya expuso al juez que no puede dar detalles de quién y cómo decidió que Brahim Galli entrara sin pasar control de pasaportes porque estaría (ella) vulnerando su deber de guardar secreto sobre decisiones políticas que afectan a las relaciones exteriores. Lo que pasa es que la ministra aludió a un acuerdo del Consejo de Ministros de 2010 que estableció esa reserva y que el juez de Zaragoza ignora dónde está registrado.
Y en ausencia de ese texto gubernativo que el juez no encuentra, su deber (le dijo el juez a la ex ministra) es seguir investigando. En el auto de ayer sostiene que el Gobierno vulneró Schengen no por una mala interpretación del código de fronteras, sino a conciencia y vulnerando frontalmente, dice, sus preceptos. De nuevo, es el criterio de juez instructor. Que ahora decidirá cómo sigue su investigación y, en su día, elevará conclusiones.
Y para el entretenimiento político del día tenemos lo de las sedes oficiales que Sánchez propone trasladar desde Madrid a otras ciudades sin decir aún cuáles y a qué ciudades. Y la reacción airada, y sobreactuada, del Gobierno autonómico madrileño (y del portavoz nacional del PP, que se llama Almeida) acusando al presidente de querer descapitalizar Madrid. Bonito juego de palabras con el capital y la capitalidad.
"El madrictimismo frente a la madrileñofobia"
Ayuso se ha abonado al ‘nos atacan’ para despachar una propuesta de Sánchez que merece algo más que un desahogo. Esto de hacer mudanza de algunas sedes oficiales que hoy están en Madrid y repartirlas por el resto de España no sólo lo ven con buenos ojos los socialistas. También lo ven algunos populares periféricos, como se dice ahora.
Reducirlo todo al Sánchez quiere descapitalizar Madrid es incurrir en lo mismo que se achaca a Sánchez: medirlo todo en función de lo que Madrid tiene o deja de tener
Simplificarlo todo, reducirlo todo al Sánchez quiere descapitalizar Madrid, es incurrir en lo mismo que se achaca a Sánchez: medirlo todo en función de lo que Madrid tiene o deja de tener. El madrictimismo frente a la madrileñofobia. Qué pereza, oiga. Hubo elecciones hace cinco meses y es como si fuera a haberlas dentro de cinco días. En el caso de Ayuso se entiende el juego, pero Casado se arriesga a llegar por el antisanchismo al centralismo negando a las demás ciudades del país su derecho a albergar sedes de instituciones del Estado.
Es decir, a convertir la dirección del PP en una dirección madrileña y madrileñista, pasando por alto que hay un PP andaluz, y un PP castellano, y un PP gallego y un PP valenciano. Tener de portavoz del partido al alcalde de Madrid en este asunto va a resultarle un estorbo.