ALSINA DESDE LA ZONA CERO DE LA DANA

Alsina, desde la residencia de mayores Novaedat de Sedaví: "Cómo brillaba la bandida, el agua"

Carlos Alsina dedica su monólogo a todos los mayores que, en Valencia, están vivos para contarnos la riada. A quienes después de una guerra, del hambre, de otras tragedias y de la pandemia, han sobrevivido y se están sobreponiendo, al desastre de la DANA.

Carlos Alsina

Madrid |

Han tenido que colocar placas de pladur, provisionales, para suplir los tabiques que se llevó por delante la riada. Han conseguido recolocar en su sitio algunos de los ventanales. Han instalado un generador eléctrico para que funcione el ascensor. Y está casi a punto ya la cocina, después de horas y horas de limpieza.

Hoy queríamos escuchar a los mayores

Les hablo de la residencia de mayores Novaedat de Sedaví. El agua alcanzó hasta el primer piso el martes de la semana pasada. La cocina y el comedor, donde se sirve la cena, están en la planta baja. Hemos estado allí porque queríamos escuchar a los mayores, los abuelos. Y queríamos oír a Ana Belén, que es una de las cuidadoras que, al ver que se inundaba el centro, se ocupó de subir a los mayores por la escalera, sillas de ruedas incluidas.

Estos días el centro es un trasiego de familiares, voluntarios, electricistas, albañiles y bomberos. Los bomberos de la BRIF, que es la Brigada de Refuerzo en los Incendios Forestales y que ayer me pidieron que les hable de ellos porque casi nadie sabe que existen. Como los bomberos del aeropuerto de Manises, que han venido a ayudar por su cuenta porque no han llegado a recibir orden de movilizarse.

La voz cantante la lleva Dora

Pero a Novaedat fuimos, les decía, a hablar con los residentes. Más bien residentas. Porque aunque estaba allí Xavi nacido en París, en su silla de ruedas, la voz cantante (muy cantante) la llevaba Dora. Les presento a Dora, Rosa y Teresa. Su relato comienza con Dora explicándonos que se salvó gateando.

Después de gatear para salvarse, hace diez días, le cantó a la virgen del Pilar

Les dije que Dora llevaba la voz cantante porque ella canta. Como fue catequista muchos años, le van las canciones de misa. Después de gatear para salvarse, hace diez días, le cantó a la virgen del Pilar.

Este es Raúl, director de operaciones del grupo al que pertenece esta residencia. Y ahora va a hablar Teresa, que es la directora médica. Y fan de sus residentes.

A ciegas y al tacto

Antes de que canten, porque van a cantar, les cuento que la noche de la riada, como todo hubo que hacerlo a oscuras, la mayor preocupación de las cuidadoras era hacer bien la cuenta. Asegurarse de que estaban todos los mayores en el tercer piso, a salvo del agua.

A falta de luz, los fueron contando tocándoles con las manos

Y a falta de luz, los fueron contando tocándoles con las manos. A ciegas y al tacto, digamos. Contaron 126, que son más de lo que, en realidad, hay. Y lo celebraron, porque siempre sería mejor que sobraran a que faltaran.

Bueno, no fue el himno de la Comunidad Valenciana sino el pasodoble lo que nos cantaron. Culpa mía, por no hacer bien las preguntas. Pero nos vale como himno. Ya lo creo que nos vale.

Dedicado a los mayores que estáis vivos

Hoy os queremos enviar un saludo a todas las personas que tenéis más de ochenta o noventa años. Que residís, aquí, en los pueblos de la orilla sur del Turia. Que habíais sobrevivido ya, y os habíais sobrepuesto, a una guerra, al hambre, a las otras gotas frías, a las otras tragedias, a la pandemia y que hoy habéis sobrevivido, y os estáis sobreponiendo, a este desastre que nos llegó hace diez días.

Hoy os queremos dedicar este programa a todos los mayores que, en Valencia, estáis vivos para contarnos la riada.