Éramos pocos y parió la viruela. Lo que faltaba. La viruela del mono. Nueva alerta sanitaria en Europa. Está claro que no ganamos para sobresaltos.
Nueva alerta sanitaria en Europa
De esta enfermedad vírica, inusual en los países desarrollados, hasta ahora sólo había casos de personas que habían viajado a determinadas regiones de África y se habían contagiado allí.
Pero ahora ya hay transmisión comunitaria (esto lo aprendimos todos cuando empezó la pandemia); que significa que está contagiándose de persona a persona ya aquí, entre nosotros. Reino Unido. Portugal. España. Probablemente, por intercambio de fluidos, es decir, en relaciones sexuales.
Las autoridades sanitarias piden tiempo porque se están haciendo los análisis y en España lo que hay son casos sospechosos, aún ninguno confirmado.
Lo que ocurre es que coincidió ayer la alerta de viruela con la reaparición de Fernando Simón, no sé si me entiende. Le preguntaron los periodistas al responsable del centro de alertas sanitarias y dijo que no hay motivo para preocuparse. Que igual es justo eso lo que ahora preocupa.
Coincidió ayer la alerta de viruela con la reaparición de Fernando Simón. Que igual es justo eso lo que ahora preocupa
Algún caso más. No dijo ‘uno o dos casos’ pero casi. Cuando Simón hizo estas declaraciones había seis casos sospechosos en Madrid. Unas horas después de hacerlas eran veintitrés. Con razón dice el director de alertas del ministerio que él prefiere no hacer ya de portavoz. Basta que digas que no hay que preocuparse para que la población entre en pánico.
El rey Juan Carlos no se va a quedar en España
Bueno, con viruela del mono o sin ella ya es oficial que don Juan Carlos viene hoy para España no para quedarse a vivir sino para echar unos días entre regatas, regateos, amigos de siempre dispuestos a perdonarle todo y políticos decididos a afearle, ya para siempre, lo que hizo.
¿Qué hizo? Eludir el pago de impuestos camuflando una fortuna en fundaciones pantalla. ¿Y qué va a hacer? Pues plantarse en Sangenjo, Sanxenxo, para disfrutar del viernes al domingo de la regata, dejarse agasajar por sus amigos del club náútico como si fuera el emir de Catar y hacer una paradita rápida el lunes en el monte de El Pardo para saludar al hijo, ver cómo han crecido las nietas, y volverse igual de rápido para Abu Dabi, que es donde sigue teniendo su residencia.
Residencia permanente y estable, como dice el comunicado que emitió ayer la Casa del Rey confirmando todo lo que ya se sabía. Residencia permanente y estable significa que en España no se va a quedar. Ni ahora ni más adelante. ¿Por qué? Ah, don Juan Carlos sabrá. Fue él quien aclaró en marzo que volvería sólo de vez en cuando y en visitas privadas. Ni actos institucionales, ni representación de la Corona, ni salario oficial, ni uso de las residencias del Estado.
En la Zarzuela y en la Moncloa perciben a su majestad emérita como una caja de bombas moviéndose por un campo minado con muletas
La Zarzuela y la Moncloa dejan caer siempre que pueden que esto de permanecer en Emiratos es una decisión de él, ni del hijo ni de Sánchez.
Pero que tanto el uno como el otro ven bien. ¿El qué? Que la residencia la mantenga lejos. Y que por aquí se deje ver poco y sin enredar.
Por alguna razón, tanto en la Zarzuela como en la Moncloa perciben a su majestad emérita como una caja de bombas moviéndose por un campo minado con muletas.
Exhibición de coba al emir de Catar
Con el rey Juan Carlos el presidente Sánchez se muestra gélido. Con el rey de Catar, el emir, es todo lo contrario. Tanta incomodidad con uno y tanto gustirrinín con el otro. Qué afecto, qué mimo, qué sonrisas, qué carantoñas.
Cuando el emir Al Zani se entere de que ni le quieren por él sino por su dinero se va a sentir el hombre muy desdichado. La exhibición de coba que han hecho las instituciones españolas -yo te adulo, élte adula, ¡todos te adulamos, emir!- ha sido tan entusiasta que ha acabado resultando obscena.
Ha llegado a parecer que éramos nosotros los que estábamos intentando venderle el gas a él. O vendernos, a secas
Ya sabemos que el emir chorrea dinero y que lo mismo se compra la Cultural Leonesa que un buen paquete de acciones de cualquier empresa. Energéticas, holeteleras, constructoras.
Ah, y que además tiene gas. Muchísimo gas licuado que está deseando vendernos. Pero ha llegado a parecer que éramos nosotros los que estábamos intentando venderle el gas a él. O vendernos, a secas. Cómprenos, emir. Cómprese un buen trozo de España. No vamos a mezclar la política en los negocios. Si estamos encantados de ser un poco dependientes de Catar. Es decir, de usted y de su santa voluntad.
El patinazo de Sánchez en el Congreso
El presidente estaba ayer en una nube, intimando con el emir, y se dejó llevar en la sesión de control del Congreso por su famosa autoestima. Ésa que le lleva a medir poco lo que dice porque diga lo que diga sabe que su grupo le ovaciona.
Ayer fue lo de los piolines. El patinazo al referirse con enorme desdén al despliegue de policía nacional que hizo el gobierno de Rajoy en vísperas del primero de octubre en Cataluña.
"Ustedes enviaban policía, yo envío a la selección española"
De la factoría de simplificaciones Sánchez salió ayer esta nueva perla: ustedes enviaban policía, yo envío a la selección española de fútbol.
La insostenible comparación entre desplegar a la policía cuando un gobierno autonómico ultima una sedición y que la Federación Española de Fútbol organice un amistoso en Barcelona. A qué espera el presidente para demostrarnos que fruto de su exitosa política territorial Leonor puede entregar sus premios en Girona.
A qué espera el presidente para demostrarnos que fruto de su exitosa política territorial Leonor puede entregar sus premios en Girona
Al presidente le reprocharon ayer el PP y Ciudadanos que usara esa palabra, piolines, para referirse a los policías desplegados en la operación Copérnico, septiembre de 2017.
El proceso de mimetización que ha completado Sánchez respecto de la jerga independentista sería pasmoso si no fuera porque se trata de Sánchez (a estas alturas, ya nada pasma). La web Maldita.es ha publicado un trabajo pormenorizado sobre el uso de esta palabra, piolines, que demuestra que, en efecto, siempre ha sido empleada por diputados y senadores independentistas (los de la sedición) para aludir desdeñosamente a los policías nacionales.
En el mismo tono, y con la misma intención, que ayer hizo suyos el presidente.
No es sólo que Sánchez use la misma jerga que los independentistas, es que el mensaje último siempre es ‘la culpa de lo que pasó en 2017 la tuvo el PP’
Para ser el adalid de la memoria democrática exhibe Sánchez una falta de memoria sobre lo que sucedió en 2017 casi insultante. Los policías fueron enviados en previsión de que el gobierno catalán incumpliera su obligación de garantizar el cumplimiento de la ley y el orden público. Pero Sánchez se lo suelta ayer al PP como un reproche: ustedes enviaban piolines a Cataluña.
Envían piolines y siembran la discordia. Esto es lo que está en el fondo de cada declaración que sobre este asunto hace el presidente: no es sólo que use las mismas plantillas, las mismas expresiones, la misma jerga que los independentistas, es que el mensaje último siempre es ‘la culpa de lo que pasó en 2017 la tuvo el PP’.
Hubo sedición porque Rajoy no dejó otro caminoa Junqueras y Puigdemont. La sedición se la hicieron a Rajoy, no al Estado, ni al resto de los españoles. Al PP, y lo tenía merecido. La sedición que a Sánchez le parecía una rebelión imperdonable hasta que dejó de parecérselo y los indultó.
Suspende el presidente en memoria democrática
Suspende el presidente en memoria democrática. Y en memoria de sí mismo. Esto que ahora le parece una mancha, enviar policías nacionales a Cataluña, es lo que hizo él dos años después de que lo hiciera Rajoy.
Aquel era otro Sánchez. El que encomendaba al CNI averiguar quién estaba detrás de Tsunami Democrátic
Septiembre de 2019.Dos mil policías y guardias civiles. No se le ocurrió entonces llamarles piolines. Ni le pareció que enviar policía pudiera considerarse una prueba de política territorial dañina. Claro que aquel era otro Sánchez. El que nunca iba a indultar a nadie. El que llamaba Le Pen a Torra. El que exhibía firmeza contra los saboteadores. El que encomendaba al CNI averiguar quién estaba detrás de Tsunami Democrátic.
Por cierto, ¿quién estaba?