En puertas del primer fin de semana con libre circulación por todo el país, sin que el Supremo se haya pronunciado todavía respecto de los confinamientos perimetrales autonómicos, con la incidencia acumulada más cerca ya de150 que de 200 y con 6.700.000 vacunados del todo.
¿Cuántos días faltan para que tengamos inmunidad de grupo, presidente? "Hoy quedan 97 días para que logremos esa inmunidad de grupo". Muchas gracias. Tenga cuidado, no vaya a quedar reducido a un presidente contador de días. Y contador de dosis de vacunas: "Trece millones de vacunas". Las que vamos a tener en junio.
Mejora de los indicadores
El horizonte se ha ido despejando, pese al carajal jurídico mezcla de normas autonómicas, declaraciones contradictorias de ministros, criterios diversos de los Tribunales Superiores y recursos de quita y pon de los gobiernos regionales. Se despeja el horizonte en la medida en que los indicadores mejoran, la mortalidad sigue bajando y, a medida que aumentan los vacunados, disminuye el riesgo de nuevas olas de contagios. Que se esté empezando a estudiar ya eximir de la mascarilla a los inmunizados en determinadas circunstancias es la mejor prueba de que el final de la pesadilla no ha llegado todavía, pero va llegando.
"Ha sido un curso lleno de curvas, pero el examen ha sido aprobado"
Y además se va terminando el curso escolar y en favor de profesores, directores de centros, consejeros autonómicos y señora ministra habrá que admitir que todo ha ido mejor de lo que se temía casi todo el mundo en septiembre, cuando empezaron las clases con la premura de acondicionar los colegios, sacar espacio de donde no lo había y preparar a los docentes para ejercer de maestros y de vigilantes epidemiológicos. Ha sido un curso lleno de curvas, una carrera de obstáculos (y de resfriados) para profesores y estudiantes, pero el examen ha sido aprobado. Llega la Evau, a la vuelta de tres semanas, y se empieza a pensar ya en el curso que viene y en cómo ir rebajando la distancia entre alumnos para que todos puedan seguir las clases en el aula y no desde casa.
Se cumplen 10 años del 15-M
Las crisis siempre se superan. La cuestión es cuánto duran, qué daños dejan y qué cambios traen consigo.
Mañana se cumplirán ya diez años del 15-M. Quince de mayo de 2011, el día en que empezaron las acampadas aquéllas de indignados. La Puerta del Sol como referencia. Gobernando Zapatero y habiendo pasado de prometer la salida socialdemócrata de la crisis a tragar con los recortes que le exigieron nuestros socios europeos a cambio de financiarnos el Estado. El 15-M surgió en medio de una crisis de caballo, como movimiento poco definido (transversal que dirían los estudiosos), sin líderes y con proclamas que iban desde la banca pública al tope de los salarios pasando por la eliminación de privilegios de los políticos, el cambio de la ley electoral y la desaparición de la monarquía (la Spanish revolution).
El 15-M sirvió para propalar algunos de los mayores embustes sobre nuestro sistema político, como que nuestra democracia era falsa, que no se gobernaba para el pueblo
Aquel movimiento (o confluencia de movimientos diversos) sirvió para promover el debate sobre los desahucios en tiempos de recesión, o sobre la llamada pobreza energética, pero sirvió también para propalar algunos de los mayores embustes que se han dicho sobre nuestro sistema político. El principal, que nuestra democracia de treinta años era falsa, no había democracia real, no se gobernaba para el pueblo, el Parlamento no representaba a la sociedad, la Constitución era una coartada y el sistema estaba atado y bien atado para que aquellas demandas que se hacían en las asambleas de Sol nunca llegaran al Congreso de los Diputados. Un sistema bipartidista blindado para impedir que la sociedad pudiera defenderse de los poderosos.
A quien se atrevía a objetar que la democracia española era eral se le llamaba casta
A quien se atrevía a objetar que la democracia era real, que muchas de las exigencias que se hacían en las asambleas ya las llevaba en su programa electoral Izquierda Unida y que para ser diputado sólo se necesita merecer la confianza de un número suficiente de votantes no se le llamaba fascista –porque el independentismo catalán aún no lo había puesto de moda— pero sí le llamaban casta, establishment, propagandista a sueldo del sistema.
Diez años después se comprueba que el sistema era mucho mejor de lo que los indignados sostenían. Nunca llegó a cambiarse la ley electoral, pero Podemos -–que tuvo la habilidad de presentarse como fruto del 15-M aunque se fundara tres años después— llegó a tener setenta diputados en ese mismo Congreso que decían que estaba blindado contra la spanish revolution.
Con razón dice ahora Errejón, diez años de vida después, que pecaron de adanismo, la arrogancia de creer que todo nacía con ellos, la injusticia de impugnar un sistema que se ha demostrado capaz de reflejar en cada momento la pluralidad de la sociedad.
"No pasa un día sin que Yolanda Díaz marque distancias con el desmoñado"
Yolanda Díaz, adanismo 4.0, viene diciendo que la legislatura empieza ahora, que es ahora cuando van a llegar los cambios revolucionarios, que es ahora cuando Podemos se va a abrir a la sociedad para iniciar una nueva etapa. A Iglesias le ha agradecido los servicios prestados y ya no pasa un día sin que marque distancias con el desmoñado.
Cuentan las crónicas que Yolanda les dijo ayer a los diputados morados que ‘menos twitter, menos ruido y más trabajar para mejorar la vida de la gente’. No es mal planteamiento para romper con el pasado reciente de su grupo, aunque ha sembrado la duda de qué va a pasar con el otro Pablo: si ya no hay Twitter, ¿qué va a ser de Echenique?
Yolanda Díaz debe su liderazgo a un proceso de designación, que no de elección. La nueva democracia orgánica es la misma que practicaba Aznar.
En su evocación romántica del 15-M sostiene la nueva líder que el pueblo dijo basta y recuperó la política. Es paradójico que se evoque aquel movimiento asambleario que reclamaba participación directa en la vida de los partidos cuando Díaz debe su liderazgo a un proceso de designación, que no de elección ni directa ni indirecta. Nadie ha pedido opinión ni a los diputados de Podemos ni a los militantes de los partidos que forman Izquierda Unida sobre el relevo de Pablo Iglesias. La nueva democracia orgánica es la misma que practicaba Aznar. Primero dijo ‘este es mi hijo amado, se llama Mariano’ y luego ya se hizo un Congreso para que el partido dijera: ‘alabado sea Mariano’.