Y enhorabuena a Vicente Vallés, que hoy va a recibir el premio de periodismo Francisco Cerecedo. Así rabien, Vicente, así rabien. Los oportunistas, los fanáticos, los charlapipas y los palanganeros. El Cerecedo es la vacuna contra la jauría tuitera.
A Echenique, por cierto, lo han condenado por tachar de violador a un hombre que fue asesinado y que nunca fue ni juzgado ni condenado por ninguna violación. Acusación gratuita y sin contrastar, dice la sentencia. Y estos son los que quieren salvarnos de la desinformación.
En fin. Segunda ola de coronavirus en España. La incidencia acumulada, siendo aún de alto riesgo, va a menos. Buena noticia. El número de fallecidos, amargamente, sigue en aumento. En torno a los 230 ó 240 cada día. Las medidas restrictivas que están en vigor en todo el país dan fruto, aunque en unas provincias más que en otras. La incidencia más alta de la península la tenemos ahora en Castila y León, Navarra y Aragón. Pero creciendo, en lugar de reducirse, en Asturias y en Cantabria. Las dos regiones que hace dos meses eran, con Canarias, la envidia del resto del país.
Canarias, con sus 82 casos por cien mil, es la comunidad autónoma donde las autoridades pueden respirar con mayor alivio que en ninguna otra parte de España. Bien es verdad que tienen otras preocupaciones. Una, la crisis del turismo. El esfuerzo por salvar la temporada a pesar de las restricciones en los países de origen de los turistas (Reino Unido y Alemania, sobre todo) y a pesar de la obligación de embarcar con el PCR hecho, que el gobierno canario intenta que pueda sustituirse por los test de antígenos, más rápidos y más baratos (como los que el gobierno madrileño quiere que pueda hacerse en las farmacias). Y dos, segunda gran preocupación hoy de las autoridades canarias, las pateras. Personas que por cientos son rescatadas cada día por Salvamento Marítimo y para cuya atención y asistencia se quedan cortos los recursos que han dispuesto las administraciones.
Esto de ayer debe de ser una innovación en política migratoria. La nueva política del gobierno. Que consiste en que como el muelle de Arguineguín lleva días sirviendo de campamento precario a varios miles de inmigrantes, como no hay plazas en los centros de acogida y como siguen llegando las pateras, se presenta la policía y les dice: señores, puerta y a buscarse la vida. ¿No tienen ustedes donde meterse? Pues quédense en la calle. ¿Les habíamos dicho que serían trasladados a un centro de acogida donde ver la situación de cada uno y cumplir los trámites? Pues se olviden. Búsquense la vida.
El Ministerio dijo ayer que lo habitual, una vez que a estas personas inmigrantes se les han tomado los datos y hechas las pruebas del coronavirus es derivarlas a los centros de acogida, pero que en este caso se había optado por la solución puntual de decirles que se fueran.
Pues hombre, puntual será –--ya lo veremos--- pero no llamen solución a dejar a más de doscientas personas a su suerte y sin medios para poder mantenerse los próximos días. Por la noche el gobierno canario habilitó unos pisos para poder albergar provisionalmente a estas personas. No parece que la búscate la vida pueda llamársele política de acogida.
Antes de que en una hora comience la sesión de control en el Congreso y se le vuelva a preguntar al gobierno por Bildu escuchemos la declaración que ha hecho el presidente del gobierno sobre este debate político que hoy ya cumple una semana y que sacude a su propio partido. Esta es la posición de Sánchez sobre el bloque de legislatura con Bildu dentro.
No solo eso. También opina el presidente lo siguiente.
Y por eso les dice a los barones críticos que se callen. Porque es lo que hace él.
Muchas ganas de hablar del tema la verdad es que hasta hoy no ha demostrado. Extraño. Pudiendo celebrar la derrota de ETA once años después de que dejara de matar, o el triunfo de la democracia, o la normalización del segundo partido con más apoyo electoral en el País Vasco (como han hecho sus subalternos, la banderillera Lastra y el picador ---de barones--- Ábalos), pudiendo celebrar tantas cosas optó el presidente ayer en el Senado por rehuir el toro y agazaparse en el burladero.
Dentro de una hora, en el Congreso, segunda parte de este mismo intercambio, con Casado y Sánchez en el cuerpo a cuerpo.
A la ministra portavoz se le preguntó ayer cuál es la posición del gobierno (en nombre del que ella habla) sobre el bloque de la legislatura y la dirección de Estado que dijo el vicepresidente que está en la jerarquía por encima de ella. Y la portavoz amontonó unas cuantas palabras para fingir que daba una respuesta.
Mientras el PSOE entona la nueva partitura que ha improvisado –-esto de que no hay ningún pacto con Bildu---, sus leales socios se ocupan de saboteársela. Ayer comparecieron juntos Podemos, Esquerra y Bildu para presentar una enmienda a los Presupuestos que presentan juntos. Ejerció de portavoz del tripartito enmendante Gabriel Rufián.
Con amigos como estos, Ábalos, a ver quien hace creíble un argumentario. Añadió el amigo Rufián lo pletórico que están él, sus compadres de Bildu y los de Podemos de haberle doblado la mano al PSOE.
Pura lealtad. Allí estaba Podemos presumiendo de haberle torcido el brazo a los socialistas, tan sufridos y tan callados. Bueno, todos no. Hay socialistas que se rebelan en público contra la forma en que Podemos usa la coalición. Pero son los vejestorios a los que escucha con atención, para no hacerles ni caso, Adirana Lastra.
Una nueva generación en la dirección del partido. José Luis Ábalos, número tres, tiene 60 años. Cristina Narbona, presidenta del PSOE, tiene 69 años. Carmen Calvo, miembro de la Ejecutiva, 63. Patxi López, 61. Una nueva generación, dice. Son todos unos chiquillos. Recién llegados. A ver, si esto no va de generaciones. Va de posturas y de argumentos, no de edades. Sánchez tiene 48 años, sólo cuatro menos que García Page, que está más cerca de lo que dicen Guerra e Ibarra que de lo que dice la joven Lastra, como le ocurre a Eduardo Madina, que tiene 44 años. Un abuelete del imserso del partido.
La doctrina Lastra sobre las generaciones. Un día presumes de que tu partido tiene más de cien años y al siguiente mandas a paseo a los que hayan cumplido setenta. Arrogancia juvenil. Esta gente mayor, tan pesada.