Lo último que escribió fue 'Némesis', los niños de la polio, hace ya ocho años. Anunció que, desde entonces, guardaría silencio. Cumplió, para disgusto de sus lectores. En estos últimos meses comentaba que, llegada a esta etapa de su vida, la muerte se había hecho frecuente.
Sus padres, su hermano, sus amigos. Paso mucho tiempo en los cementerios.
Nunca recibió el Nobel de Literatura pero sí recibió el Principe de Asturias. Hace seis años. El jurado destacó entonces que era uno de los cuatro escritores vivos más importantes de Estados Unidos. Su Conjura contra America, la ucronía en la que gana la presidencia Lindbergh, vivió un segundo éxito editorial a raíz del triunfo de Trump en las elecciones presidenciales hace año y medio.