EL MONÓLOGO DE ALSINA

El monólogo de Alsina: El plural de crisis es crisis

Les voy a decir una cosa.

El plural de crisis es crisis. Y el plural de crisis de gobierno es Mariano Susana. El líder indiscutido del PP que todo lo decide él solo, Rajoy, y la lideresa emergente del PSOE enfrentada a su primer desafío serio, Díaz.

ondacero.es

Madrid | 10.04.2014 20:17

Aunque Rajoy dijo ayer que no tenía pensado hacer grandes cambios en su gobierno, más allá de buscarle recambio a Cañete, como también dijo en enero que sus ministros iban a aguantar toda la legislatura y ya se ha visto que -al menos uno- no, digamos que se le dio a la declaración el valor que tiene, que tratándose de un presidente en activo y de un posible baile de ministros es ninguno.

No hay presidente que anuncie con días, o semanas, de antelación que va a deshacerse de unos cuantos ministros. Salvo...que los vaya a meter en una lista europea que tiene que aprobarse ya. Ésta era la razón de que hoy estuviera el personal político y mediático atento a la candidatura del PP para las elecciones europeas. Dices: pero si ya sabe que es Cañete. El primero de la lista sí, pero faltaban los siguientes. Y faltaba saber si era una lista uniministerial, con un solo ministro, o poli, o sea, con más de uno.

El nombre de Ana Mato como número dos circulaba desde hace días a modo de rumor alimentado en corrillos por la propia interesada. De hecho, y en algunos círculos muy restringidos, el nombre de Ana Mato circula como aspirante a escaño europeo desde que, en febrero, se eligió (perdón, Rajoy designó) al número dos del ministerio, Juan Manuel Moreno, como antítesis de Susana Díaz en Andalucía.

A Susana Díaz, que heredó de Griñán la presidencia autonómica y el pacto con IU que la hace posible (porque sin los votos de IU en el Parlamento no habrían podido ser investidos ni él ni ella), se le ha abierto una vía de agua en su coalición de gobierno por lo que ella entiende que es una insubordinación y el socio, IU, entiende que es la simple aplicación de uno de los principios que inspiran este matrimonio político: buscarle alojamiento a las personas desahuciadas.

Elena Cortés, que saltó a la fama política en toda España como impulsora de la norma que permite a la Junta quitarle pisos a los bancos, tenía dicho que si las familias de la corrala eran desalojadas de los pisos vacíos que habían ocupado, por su cuenta, en 2012, ella les buscaría una salida: o entregarles las llaves de viviendas públicas o pagarles el alquiler de pisos privados. La presidenta de la Junta, la señora Díaz, le dijo que dónde iba, que familias esperando una vivienda pública hay por lo menos doce mil en Sevilla y que saltarse esa lista para alojar a las de la corrala era un trato de favor que discriminaba, negativamente, a los demás.

En realidad lo que le estaba diciendo Díaz a la consejera Cortés es que la decisión final la tomaba ella, la presidenta, y dado que ya la había tomado, no cabía que la consejera obrara por su cuenta. La trayectoria política de Susana Díaz acredita que tiene una idea de la organización política ligada a la jerarquía y la disciplina: el que manda, manda. Cuando en octubre se estrenó políticamente en Madrid, en aquella intervención en un desayuno informativo que glosó con entusiasmo Canal Sur, le preguntaron por la coalición de gobierno con IU, dado que a ella nunca se le había visto muy entusiasta, y dijo: “Éste es un gobierno sólido, cohesionado y con una voz única”. Subráyese esta última parte: “con una voz única”, “que es la mía”, pudo haber añadido.

La consejera Cortés desoyó la decisión de la presidenta y anoche entregó llaves de pisos oficiales a los de la corrala. Díaz ha respondido con un gesto de autoridad: quitarle la competencias hasta que se avenga a hacer las cosas en sintonía (u obedeciendo) a la presidencia. “No puede haber dos gobiernos”, dicen en el PSOE. Pero lo cierto es que IU siempre ha entendido que la coalición era un poco eso, no dos gobiernos, pero sí autonomía suficiente como para marcar algunas diferencias en las consejerías que reclamó para sí cuando se negoció este pacto.

La consejería que más interesó a IU fue Vivienda (o Fomento y Vivienda), precisamente porque es ahí -desahucios, viviendas vacías, hipotecas- donde más discurso diferenciado puede hacer frente a eso que IU sigue llamando “coalición de hecho entre el PP y el PSOE para que no cambie el sistema”, porque IU, teniendo un pacto en vigor con el PSOE para gobernar en Andalucía, sigue coqueteando con la idea de que PP y PSOE, en realidad, son lo mismo. “Están preparando el pacto PP-PSOE para 2015”, dijo hoy el diputado nacional Garzón. “En todo lo importante ya existe ese pacto”, escribió el concejal de IU en Madrid, García Castaño. Si esto lo ha leído Guillermo Fernández Vara se le habrán abierto de par en par los ojos.

La señora Díaz, que tiene cuenta en twitter, habrá comprobado hoy la cera que le están dando los cargos públicos, militantes, votantes y simpatizantes de IU. Algunos le reprochan que haya dejado de ser de izquierdas y que se sienta más cómoda en el pacto con el PP, aunque el único pacto que tenga firmado es con IU. Se ha rescatado del archivo la foto que se hizo con Botín y se la está presentando poco menos que como una dinamitera de la justicia social. Hombre, si eso es así, tendría que ser IU quien renunciara a seguir apoyándola y a seguir gobernando. Lo que pasa es que IU siempre tiene a mano el argumento del mal menor para explicar lo poco que les gusta el PSOE -partido del régimen, le llaman algunos de sus tuiteros- pero aceptando, a la vez, la oferta del PSOE para gobernar juntos unas cuantas plazas: es que la alternativa es que gobierne el PP, explican, o Susana en minoría apoyada por el PP, porque, en efecto, IU carece de respaldo social suficiente (o aún carece) para poder gobernar ella en solitario.

Eso le anima a criticar a la presidenta socialista por estar confundiendo churras con merinas -ha dicho Llamazares que no es lo mismo la lista de espera para pisos de protección oficial y la situación de emergencia que se ha producido con la corrala- y por estar liquidando el gobierno progresista y por haberse vuelto conservadora, pero permaneciendo en ese gobierno y en el ejercicio del poder; es un gobierno que no habría sido posible sin el concurso de IU, cierto, pero que aún habría sido más imposible si el PSOE no hubiera obtenido 47 escaños.

Esto es lo que está en el fondo de las curvas que, de cuando en cuando, aparecen en esta coalición de gobierno: que ambos se definen como partidos de izquierdas que combaten las desigualdades, pero los socialistas tienen 47 escaños e IU, 12.

Que Díaz tiene aspiraciones en la política nacional y que, para ese viaje, viene haciendo guiños al electorado menos izquierdista, digamos, es una evidencia. Y que IU depende, hoy, del PSOE para tocar poder (y poder pasar de los discursos a la gestión con consecuencias) en casi todas partes -son excepción unos pocos municipios- también parece bastante acreditado. Aunque hoy pongan a escurrir a Susana Díaz.