EL MONÓLOGO DE ALSINA

El monólogo de Alsina: Las curvas de este año electoral de 2015 ya han comenzado

Les voy a decir una cosa.

Los que no llegaron a hablar anoche —los que no quisieron hablar anoche—ohan empezado a hacerlo hoy. Algunos, porque otros aún evitan comenzar la jugada en público. La jugada es el resultado de las primeras elecciones del año, las autonómicas andaluzas, las urnas del susanismo.

Carlos Alsina | @carlos__alsina

Madrid | 23.03.2015 20:17

Ha hablado hoy Pedro Sánchez, que anoche cedió el foco a su socia de partido y que hoy ha puesto empeño en decir que ha ganado el socialismo español, o sea que la victoria es (también) suya y que Susana va a seguir siendo una gran presidenta de Andalucía y en Andalucía (si de Sánchez depende, no otros cuatro años sino otros cuarenta).

Ha hablado esta tarde Rosa Díez, la gran damnificada de las elecciones de ayer —más que Moreno Bonilla, más que Maíllo—: la UPYD de Rosa Díez asiste al más crudo de los sorpassos: Ciudadanos, su gran rival, ha pegado un acelerón y debuta con nueve diputados, nueve a cero, en el tanteo Rivera-Díez, goleada que ha escocido en el partido, donde ahora ya lo que temen no es tanto haber tocado techo sino volver, poco a poco, a lo que fue su suelo. Descolgado del grupo que forman estos cuatro partidos (los dos grandes de siempre, PP y PSOE, y los dos nuevos, Podemos y Ciudadanos) en UPYD empieza ahora el lío.

La madre de todos los líos porque al menos dos diputados nacionales, Lozano y Cantó, empiezan a pedir cambios. Cambios de estrategia y cambios de reparto. UPYD sigue siendo visto hoy, mayoritariamente, como el partido de Rosa Díez, circunstancia que en su momento fue un activo (siempre salía como la política más valorada por los encuestados, aunque luego no le votaran) pero que, a día de hoy, tiene su aspecto negativo: se la ve como el personalismo hecho carne, la intransigencia ante la discrepancia, Cruela vestida de magenta y ahuyentando dálmatas.

¿Quéuha dicho Rosa Díez esta tarde? Pues que ella no tiene la culpa de que la gente no haya aprendido a votar bien, que son los andaluces los que han decidido dar dos tercios del Parlamento a los dos partidos que han corrompido la democracia y ni un solo escaño a su partido, que es insobornable, libre y necesario.


Y que, por supuesto, la dirección del partido va a estudiar cómo hacer mejor las cosas, pero afirmando que todas las decisiones que se tomaron (por ejemplo, no pactar con Ciudadanos) han sido plenamente acertadas. De manera que no, ni dimisión, ni congreso del partido ni paso atrás ante las próximas primarias. Díez reivindica que la militancia, mayoritariamente, está con ella y que, por tanto, lo único que toca es seguir. “Valor para continuar con la cabeza alta”, ha dicho.

Los candidatos a la presidencia de la Junta —los primeros contenidos por el resultado de ayer—ose pronunciaron ya anoche. Con euforia tal vez excesiva, pero justificada Susana Díaz. Con tono fúnebre, también muy justificado, Juanma Moreno. Con desolación Antonio Maíllo; con sorpresa porque ni él mismo se esperaba que le fuera tan bien Juan Marín; y con entusiasmo arrollador de sus bases Teresa Rodríguez, diputada electa de Podemos que encabezaráuel tercer grupo parlamentario de la cámara. Demasiado entusiasmo, dicen sus críticos, para un resultado que tampoco es para tanto, se quedóipor debajo de sus propias expectativas.

Repasando los análisis que anoche y hoy se han realizado sobre el nuevo Parlamento andaluz, cabe subrayar que hay una gran coincidencia -Rajoy tiene un problema serio—; hay diferencias menores a la hora de juzgar cómo le ha ido a Susana —la horquilla va del ha empatado consigo misma a se ha legitimado con una contundente victoria—-; y hay discrepancias enormes, según quien hable (o escriba) sobre el resultado de Podemos. Que se ha merendado a IU parece poco discutible, pero dependiendo de si se fija uno en cuántos escaños tenía hasta ahora (ninguno) o en cuántos decían que iban a sacar (veinte) sale un triunfo con pocos precedentes o un fiasco que empieza a pinchar el globo. Ambas cosas se leen hoy sobre Podemos, hasta el punto de que hay comentaristas que califican de extraordinario el resultado de Ciudadanos (9 escaños) y de decepcionante el de Podemos (15). Algún día tendremos que empezar a ponernos de acuerdo sobre cuál es la unidad de medida, si de dónde viene un partido y a dónde llega, o si a dónde dicen que va a llegar y a dónde acaba llegando. Podemos esperaba más votos ayer, es verdad, esperaba, de hecho, emerger como el partido capaz de tratar de túga tú a PP y PSOE.

En Andalucía, de momento, eso no ha ocurrido. Por cada dos votantes de Podemos, el PSOE tiene cinco. El PP, tres y medio. Pero obtener, en tu primera vez, 600.000 votos (el 15 % de los emitidos), no parece que pueda considerarse un fracaso. Es un magnífico resultado para un partido recién nacido y que está, en realidad, empezando. Máxime cuando desde el comienzo se interpretóiel adelanto electoral en Andalucía como la pretensión de Susana de sorprender a Podemos con el paso cambiado, con apenas estructura y teniendo que poner en pie contra reloj, candidaturas y programa. Quienes pensaran, en Podemos, que esto era llegar y besar el santo, hoy ya habrán entendido que lo que han iniciado es una carrera de fondo. Las europeas fueron elecciones para sprinters, pero todas las demás lo son para mediofondistas. Es ahí, en el día a día (ahora ya con decisiones que hay que tomar en el Parlamento) donde se va a medir la solidez, y la capacidad de aguante, del proyecto.

En el Partido Popular, gran derrotado de marzo, se abstuvieron de hablar en público hoy tanto Cospedal como Rajoy. Es la voz de los subalternos la que se escucha cuando el partido despeña, es su cara la que sale a encajar las preguntas afiladas de la prensa y, si se tercia, los guantazos. El papel le correspondió, hoy a Carlos Floriano.  Tan esforzado en transmitir la idea de que tampoco ha sido para tanto que por momentos pareciódque las elecciones aún no hubieran pasado. “Somos la alternativa real al PSOE en Andalucía”, dijo Floriano, “vamos a trabajar para que se produzca de una vez el cambio”. Alternativa, en efecto, el PP andaluz es, sólo que los votantes han pasado de largo de esa alternativa: el millón y pico de votos que cosecha Moreno, habiendo contado con toda la potencia de fuego —electoral—ldel gobierno central, dan para hacerse poca ilusiones sobre el siempre aplazado cambio. Intentando encontrar razones ha apuntado el PP que el hecho de gobernar es un obstáculo para obtener buenos resultados electorales porque el votante castiga a quien estáugestionando una crisis económica.

Es un argumento conocido que ya emplearon los populares en las europeas solo que al revés: entonces lo que dijeron es que el suyo era el único partido en Europa (o casi) que estando en el gobierno había ganado. En rigor, quien está en el gobierno en Andalucía (que es de lo que iban estas elecciones) es Susana Díaz, y es ahí donde más perplejos están los populares: no por la derrota propia, sino por lo bien que ha aguantado la adversaria. Como si todo el coste de la crisis se lo adjudicaran los votantes a Rajoy y como si hubiera calado, ¿verdad?, la idea de que gracias a Susana el coste no ha sido tan alto.

De la Ejecutiva del PP sean escaqueado esta mañana todos los barones regionales que están gobernando -huidizos de la foto con un derrotado- y, por lo que se ha ido sabiendo, Rajoy ha venido a decirles a los presentes que aquíqno ha pasado nada. Nada grave. Después de todo, habrá pensado el presidente, ninguno hablábamos en serio cuando decíamos en los mítines que ganábamos seguro, ¿no?, cosas que se dicen, un hablar por hablar al que nadie echa cuentas. Y Andalucía es que es un sitio raro, eh, raro, raro, raro, siempre gobernando los mismos. No hay que inquietarse porque vayan a seguir haciéndolo cuatro años más, ni porque haya basado su campaña la candidata en lo mismo que la basó Griñán hace tres años: hacer oposición al PP desde el gobierno de la Junta. No hay que inquietarse porque el resto de España es otra cosa y quedará en evidencia en mayo.

Todo esto les habrán dicho Rajoy a los dirigentes regionales de su partido, gentes con experiencia y con costra suficiente como para poner cara de póker cuando escuchan análisis bondadosos de un topetazo electoral notable y concluir que, aunque en público no se admite, las curvas de este año electoral de 2015 ya han comenzado.